Aitor con solo ocho años ya tenía claro que de mayor quería ser arqueólogo. “Cuando íbamos haciendo senderismo por la montaña le gustaba buscar fósiles y minerales para analizarlos”, recuerda compungida su madre, Marta Gonzálvez Alba. Su amado niño no podrá cumplir ese sueño porque el pasado miércoles 28 de octubre falleció en el Hospital General Universitario de Elda después de ingresar en el Servicio de Urgencias. “Solo quiero Justicia, que me den una explicación sobre la muerte de mi hijo y que se depuren responsabilidades”, subraya de forma tajante Marta en conversación telefónica con EL ESPAÑOL mientras confirma que ya ha contactado con un bufete de abogados para emprender acciones legales por el deceso del pequeño.
“Desde el hospital nadie se ha puesto en contacto conmigo, ni me han dicho los resultados de la autopsia: todavía no sé de qué ha muerto mi hijo”, asegura Marta una semana después de haber enterrado a Aitor en el camposanto de Petrer. “A mi hijo todo el mundo lo adoraba porque tenía muchos valores y por donde pasaba transmitía amor: sus profesores decían que tenía una sonrisa cautivadora”. Un día después del sepelio esta madre decidió grabar un vídeo para denunciar a través de Facebook las circunstancias que rodearon al trágico fallecimiento de Aitor: “A mi hijo lo tuve enfermo desde el día 24 de octubre, que me escuche el mundo entero, os pido por Dios que compartáis el vídeo, para que esto no quede en agua de borrajas (...)”.
El relato estremecedor del periplo de Marta con su niño enfermo por el Centro de Salud de Petrer y el Hospital General Universitario de Elda se prolonga durante seis minutos y medio: el vídeo se ha viralizado. “Este jueves tenemos una cita con los abogados para ver de qué forma vamos a llevar el caso”, avanza esta auxiliar de geriatría. “El día 24 (sábado) llevé a mi hijo a las urgencias del ambulatorio y de allí me lo mandaron al hospital con dolor de estómago: decían que no era nada. Le vieron para cortarle los vómitos. Mi hijo estaba rabiando de dolor en el estómago y encima me dijeron que no lo podían auscultar porque no se dejaba, pero Aitor les decía que si se ponía bocarriba no podía respirar por el dolor”, tal y como narra en la citada grabación. “Me lo mandaron a mi casa”.
De vuelta al domicilio familiar no remitían ni las molestias estomacales ni los vómitos del niño. De forma que su madre decidió regresar el lunes al Centro de Salud de Petrer. “El médico le dio un suero para que se le cortaran los vómitos y me dijo que si no se le pasaban que lo llevase por la tarde al hospital”. Pasadas unas horas, por cuarta vez, Marta volvió a poner el caso de su hijo en manos del personal sanitario plantándose ese mismo martes en el centro hospitalario de Elda.
Allí insistió mostrando su preocupación porque no remitían los dolores que padecía su hijo desde que el sábado salió con su bicicleta de montaña para dar una vuelta con su pandilla de amigos. “Le atendieron para cortar los vómitos y lo volvieron a mandar a mi casa: no era nada”, insiste con ironía en el vídeo que ha viralizado esta madre para denunciar la atención médica que recibió su hijo antes de morir.
Patria potestad del menor
“Mi cabeza está saturada”, admite Marta. A sus 55 años está totalmente sobrepasada por el dolor y la pena que le ha causado la muerte de Aitor: un niño educado y cariñoso al que ella y su marido, José Antonio, criaron como un hijo desde que vino al mundo. “Mi hija Dolores tuvo a Aitor cuando ella tenía 14 años, era solo una niña, vivía con nosotros, y mi marido y yo nos hicimos cargo del bebé”. El pequeño tenía un gran apego tanto a su madre biológica como a sus abuelos que en estos años ejercieron como unos progenitores ejemplares. “Aitor era nuestra vida, teníamos su custodia y le criamos entre algodones: se lo dimos todo”. Lo último que le regalaron fue un par de guantes para que este niño disfrutará de su gran pasión: la bici. “Tenía tanta destreza con la bicicleta de montaña que los ruedines se los quitamos en diez minutos: un vecino que está federado no se lo podía creer”.
Ahora todos esos momentos felices, como los días de juegos en la playa alicantina del Campello y los paseos por el campo buscando tesoros arqueológicos, forman parte del pasado de una vida que se ha apagado demasiado pronto. “Esto no debería pasarle a ninguna madre: el levantarse por las mañanas sin tener un hijo al que despertar”, reflexiona emocionada Marta en conversación con EL ESPAÑOL. Desde la Consejería de Salud Pública de Valencia no han aclarado las causas del fallecimiento del menor de edad y a preguntas de este diario se han limitado a subrayar que “la autopsia del niño se ha realizado en el Instituto Anatómico Forense, que depende del juez de guardia”.
Las mismas fuentes del departamento de la consejera Ana Barceló han subrayado que “no hemos recibido denuncia por parte de la familia”. EL ESPAÑOL ha interpelado a la Consejería si considera que se siguieron correctamente todos los protocolos de atención con el menor desde el Centro de Salud de Petrer y el Hospital General Universitario de Elda, pero Salud Pública tampoco ha respondido a esa pregunta ni ha aclarado si hay abierta una investigación interna sobre el deceso. “Desde el hospital se ha facilitado a la familia los informes que han solicitado”, tal y como han indicado las citadas fuentes autonómicas.
Cinco visitas a los médicos
De manera que hasta ahora solo ha trascendido públicamente el relato de los hechos que Marta ha realizado a través del vídeo viralizado en Facebook y donde denuncia que Aitor empeoró el martes 27 de octubre: “El martes por la noche mi hijo empezó con un dolor enorme de estómago, ya no podía más mi criatura y lo bajé a Urgencias otra vez. No sé por qué me dijeron que no valía la pena subirlo al hospital otra vez, con todo lo que había allí (coronavirus), no sé lo que le pincharon (...)”. Esta auxiliar de geriatría -en conversación con este diario- reitera la denuncia que en la citada grabación formula contra la atención médica que recibió Aitor: su hijo murió después de acudir en cinco ocasiones a instalaciones sanitarias donde no le realizaron supuestamente ni analíticas de sangre ni una ecografía.
El 27 de octubre fue la última vez que acudió al centro de salud y allí le pincharon un fármaco al menor para atajar sus dolores estomacales. “A las cinco de la madrugada se puso muy malico después del pinchazo”. Solo dos horas después, a las siete de la manaña del miércoles 28 de octubre, el pequeño Aitor se desvaneció en el cuarto de baño y sus padres llamaron asustados al 112. Una ambulancia del SAMU le trasladó de urgencia al Hospital de Elda: el personal médico trató por todos los medios de salvar al niño, pero finalemnete tuvieron que confirmar el fallecimiento de la criatura a Marta y a su marido, José Antonio.
La sombra del coronavirus
Este domingo la familia le rindió un homenaje a Aitor y próximamente le organizarán otra misa tras el entierro celebrado el 29 de octubre. “No le deseo esto a ninguna madre”, sentencia Marta a este diario. En el vídeo que filmó para denunciar las circunstancias que rodearon a la muerte de su hijo y que ha sido compartido en más de 27.000 ocasiones por otros usuarios de Facebook, esta mujer denuncia que los médicos supuestamente no llevaron a cabo las pruebas necesarias para determinar la patología que presentaba el niño ni le ingresaron y -a su juicio- eso le restó oportunidades al pequeño para paliar la sintomatología que sufría y que a la postre la costó la vida.
“Cinco veces en urgencias y le han dejado morir”, denuncia con rabia en varias ocasiones en el vídeo. Marta también critica en esa grabación que en la última visita que realizó al Centro de Salud de Petrer, el 27 de octubre, el personal sanitario presuntamente le aconsejó que no acudiera al Hospital de Elda por el coronavirus y se limitaron a inyectarle un fármaco a Aitor ante de instar a sus padres a regresar a casa con el menor. Al día síguiente, este niño bonachón y de sonrisa contagiosa, murió sin haber terminado de disfrutar su infancia ni poder cumplir su sueño de ser arqueólogo.
Marta reclama Justicia y lanza un mensaje demoledor en la grabación que se ha viralizado: “Todo lo tapan con un puto coronavirus y están dejando morir a la gente. Solo pido que no permitáis que a ningún niño más le pase esto. A ningún niño más. A mí me han quitado la vida. Ni una puñetera analítica de sangre le hicieron a mi criatura: ni una sola”.