"Profesor, vidente, brujo, Satán, experiencia y seriedad, poder en todos los ámbitos para solucionar problemas, especialmente de amor, recuperar pareja, quitar mal de ojo, impotencia sexual… etc".

En ese etcétera, Carlos Javier Rojas, un gaditano conocido como el Hijo de Satán, incluía la resolución de cualquier problema personal. Así se anunciaba en cambalache.es entre mediados de 2008 y 2009. Su base de operaciones estaba en Chiclana de la Frontera, donde tenía una casa para instalar a sus víctimas hasta que la situación de éstas mejorase.

A Eva María M. M. la estafó diciéndole que su novio iba a sufrir una enfermedad y que su madre iba a morir. Carlos Javier Rojas le dijo que “únicamente podía solucionarse mediante entregas de dinero a Satán”. Eva María le entregó 9.500 euros.

A Antonio Daniel L. Z., pareja de esta mujer, lo persuadió para que le entregara 13.500 euros si quería que su negocio funcionara. Daniel le dio el dinero. Los dos, Eva María y él, se instalaron por un tiempo en la guarida gaditana del estafador que decía ser hijo del mismísimo Satanás.

Si intentaban marcharse antes de tiempo, él los atemorizaba asegurándoles que su intermediación no iba a servir de nada. 

No fueron las únicas víctimas de el Hijo de Satán. María Consolación J. P., una mujer de Lepe que perdió su empleo, contactó con él para que le ayudara. Carlos Javier Rojas realizó con ella “ritos para curar una enfermedad de su hijo menor”. 

“Logrado el necesario ascendente para manipularla, la convenció de que sobre ella y sobre su hijo pesaba el riesgo de morir en un accidente y que, para evitarlo, había que hacer una serie de sacrificios económicos”, se lee en una reciente sentencia que ha condenado a el Hijo de Satán a tres años y medio de cárcel.

María Consolación vendió dos casas en Huelva -una en Lepe y otra en Cartaya- y le entregó los 239.000 euros que recibió por las transacciones.  

Personas manipulables

Pero el Hijo de Satán no sólo tenía conocimientos espirituales, según él mismo llegó a decir en una entrevista concedida a Telecinco. Con la ayuda de Mario Abel V. A., traía coches de alta gama de segunda mano desde Alemania y los vendía en España manipulando antes su cuentakilómetros.

Carlos Javier Rojas hacía “pasar automóviles antiguos por seminuevos para así obtener precios que de otro modo no hubiesen logrado. En esta dinámica, contactaba con los compradores en España, negociaba y vendía los coches”.

El pasado 28 de octubre de 2020, la Sección Cuarta de la Audiencia Provincial de Cádiz condenó a el hijo de Satán como autor de un delito de estafa continuada.

Carlos Javier Rojas, trasladado de prisión hasta la Audiencia Provincial de Cádiz para someterse a juicio. Lourdes de Vicente / Diario de Cádiz (Cedida)

"Consiguió contactar con personas que, ya fuese por tener personalidades influenciables o por hallarse en una situación problemática, detectó que eran fácilmente manipulables", relata la sentencia. Para ello, se sirvió de "la ayuda de la que era su pareja", Marisa M. P., que ha sido condenada a un año y nueve meses de cárcel.

El fallo relata que Carlos Javier Rojas "realizaba rituales presuntamente satánicos en los que se adoraba a una figura demoníaca, se sacrificaban animales, sangre u órganos de éstos, se rezaban letanías en las que tanto él como Maria M. realizaban actos de adoración como el embadurnarse el cuerpo con la referida sangre".

En total, el hijo de Satán estafó más de 350.000 euros a una decena de personas que captó, bien para someterlas a trabajos espirituales en su domicilio de Chiclana, bien para venderles coches de alta gama con el kilometraje manipulado. El tribunal que lo ha juzgado ha dictaminado que el supuesto santero indemnice a todas sus víctimas con el importe defraudado.

"Les hacía creer que si no se le entregaba dinero o bienes materiales para ofrecerlos a Satán, sufrirían desgracias tales como enfermedades propias o de familiares, muertes propias o de parientes, problemas laborales", reconoce la resolución judicial.

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