La osa Sarousse murió este domingo abatida por los disparos de un cazador en el Valle de Bardají (Ribagorza, Huesca). En animal fue tiroteado durante una batida de jabalí en un coto en la que participaban varios vecinos de la comarca. El cazador aseguró ante la Guardia Civil que actuó en defensa propia. Este es el tercer ejemplar de oso pardo que ha muerto por la mano del ser humano en lo que va de año. También este mismo domingo, otro cazador mató a una osa en Palencia, al parecer, de forma accidental.
El Seprona se ha hecho cargo de la investigación. Este domingo tomó declaraciones a los participantes de la batida. Según el relato de estos, los perros de caza alteraron a la osa, que apareció ante los cazadores. Uno de ellos intentó asustarla a gritos. Pero al ver que la osa avanzaba, hizo uso de su rifle en defensa propia. Disparó tres veces en corta distancia, según han relatado testigos presenciales al Heraldo de Aragón. Desde ese momento la batida quedó suspendida y se avisó a la Guardia Civil. Este lunes se practicará la necropsia al animal.
Sarousse tenía 21 años y había nacido en Eslovenia en cautividad. Fue liberada en Francia en 2006, pero en 2010 se trasladó a la vertiente sur de la cordillera pirenáica y se instaló en el macizo de Turbón. Esto se sabe porque llevaba un collar localizador desde que fue puesta en libertad.
La hembra era un animal solitario que no ayudó a multipicar la población de osos en el Pirineo. Cada cierto tiempo copaba titulares de la prensa local por atacar a las colmenas y el ganado de los vecinos de municipios cercanos al valle. Pequeños ataques que para los ganaderos locales suponían "un sinvivir", según recogió el Heraldo este verano. En 2020 mató a cuatro ovejas y se comió al menos 10 colmenas.
Este año ha sido trágico para estos animales protegidos. En abril fue encontrado en el Valle de Arán el cadáver de un macho depredador llamado Cachou. La primera causa aparente era la pelea con otro macho, pero después se descubrió que había sido envenenado. Hace solo unos días se detuvo a un agente de Medio Ambiente como sospechoso de esta muerte.
Aunque su presencia en España no es abundante, el oso pardo europeo no está en peligro de extinción, ni siquiera amenazado. Este año se han contado nuevas camadas en el Pirineo con cerca de 12 oseznos.
Respecto a la caza del jabalí, hay varias comunidades en que los cazadores tienen un permiso especial para actuar pese a estar en vigor el confinamiento perimetral por la pandemia.