El pasado 30 de octubre, la fábrica de la farmacéutica Zendal en O Porriño (Vigo) era noticia porque recibía la visita del presidente gallego, Alberto Núñez Feijóo. Unos días después, el 5 de noviembre, lo era porque recibía la visita, esta vez, del ministro de Sanidad, Salvador Illa. Hay muchos ojos puestos en Zendal. No en vano, van a fabricar la vacuna contra la Covid-19 de la empresa estadounidense Novamax. Pero este martes ha sido noticia porque ha sufrido una estafa millonaria.
La empresa, en concreto el jefe financiero del Grupo Zendal, ha sido víctima de una estafa conocida como phishing. Un anónimo se hizo pasar por su jefe y le pidió que realizara varios ingresos por valor de más de 9 millones a una cuenta ubicada en algún país de Asia. La excusa era que iban a empezar a establecer relaciones con una empresa extranjera para la propia fabricación de la vacuna contra la Covid-19.
Los hechos ocurrieron la semana pasada y han sido denunciados a la Guardia Civil, que se encuentra actualmente investigando el destino del dinero. Seguramente, recuperar los 9 millones se trate de una labor difícil debido a la profesionalidad que han demostrado los estafadores.
EL ESPAÑOL se ha puesto en contacto con Zendal y, desde la empresa, han asegurado que no ha perjudicado de ninguna forma en el proceso de fabricación de la vacuna. El grupo gallego tiene contratos con Novamax, con el consorcio internacional CEPI y con el CSIC para el desarrollo de las vacunas y, actualmente, se encuentra inmersa en la transferencia tecnológica necesaria para su fabricación.
"Actualmente hay una investigación abierta, por lo que entendemos que es el momento de dejar trabajar a los profesionales para esclarecer lo sucedido y exigir las responsabilidades oportunas", ha asegurado la farmacéutica a través de un escueto comunicado. Han pedido "ser cautos y no entrar en valoraciones" y ha añadido que siguen "trabajando con normalidad en todos los desarrollos biotecnológicos" en los que están inmersos.
Un email falso
El delito empezó a tener lugar la semana pasada, cuando el jefe financiero recibió un correo de su superior asegurando que iban a establecer una relación con una importante compañía multinacional y que para ello necesitaban tener disponible dinero de fondos propios. Según ha adelantado el diario La Voz de Galicia, el superior, que luego se demostró ser los estafadores, además pidió cierta discreción al empleado y le pidió que realizara una serie de transacciones.
El primer ingreso fue de 400.000 euros y, durante los cuatro días siguientes, le pidieron hasta 20 transferencias cuya cuantía total ascendía a más de 9 millones de euros. Para no levantar sospechas, el jefe financiero recibía, además, una serie de facturas por los trabajos que luego han resultado ser falsas.
Cuando la empresa empezó a notar problemas de liquidez, el jefe financiero pidió a su superior hablar personalmente con él para trasladarle la complicada situación económica que se estaba generando por culpa de sus nuevas alianzas empresariales. Ahí se descubrió el pastel.
En ese momento, el grupo Zendal se dio cuenta de que, en realidad, todo se trataba de una farsa. Los estafadores habían copiado la estética de un correo electrónico interno de la empresa y habían solicitado el dinero desde un servidor que tenía una ligera diferencia, apenas imperceptible, respecto al oficial.
Esta popular técnica de estafa se conoce como phishing, que en inglés significa pesar; porque la víctima, en efecto, pica. De hecho, estos días se está detectando una estafa parecida. La Policía Nacional ha asegurado que mucha gente ha comunicado haber recibido un email de Correos en el que se asegura que hay un paquete dispuesto a ser entregado y que, para que sea efectivo, hay que pagar una serie de tasas. Sin embargo, aunque en estética se parece, la dirección que manda la comunicación no es la oficial.
¿Y la vacuna?
El Grupo Zendal, con sede en O Porriño, es una empresa que arrancó a principios del siglo XX como un matadero familiar y que ahora se ha convertido en una de las principales farmacéuticas del país, revitalizando una zona como O Porriño. Curiosamente, tiene el nombre de la enfermera Isabel Zendal, gallega que llevó la vacuna de la viruela junto a Francisco Javier Blamis y que también ha inspirado el nombre del hospital construido por Isabel Díaz Ayuso en Madrid.
El pasado mes de septiembre, la compañía firmó con la empresa estadounidense Novamax la producción industrial de la vacuna contra el SARS-CoV-2 en la Unión Europea. Lo hizo a través de su filial Biofabri. Ahora, lo más importante es asegurar que la estafa no ha afectado al proceso de fabricación, algo que la empresa niega rotundamente que haya sucedido.