Se llama José Israel, tiene apenas tres días de edad y es el primer bebé del estado de alarma. Su nacimiento estaba previsto para el próximo 16 de diciembre, cuando se habrían cumplido nueve meses y un día del momento en el que el Gobierno confinó en sus casas a todos los españoles. Sin embargo, el destino quisó que este niño naciese el pasado jueves, en el Hospital Ernest Lluch, en Calatayud (Zaragoza) a las 15.55 horas.
Detrás de la feliz noticia, no obstante, quedan nueve meses de gestación en plena pandemia en los que su madre, Ketty Milagros (40) no lo ha pasado especialmente bien. José es el cuarto hijo de esta enfermera que ha hecho frente al coronavirus en distintos escenarios durante la primera y la segunda ola de la pandemia.
Poco después de saber que estaba embarazada se contagió de Covid-19, posiblemente a causa de su trabajo en la barrera contra el virus, y tuvo que permanecer ingresada semanas en el Hospital Clínico de Zaragoza. Días en los que temió por la vida de su pequeño, pero que ambos superaron a pesar de los malos pronósticos. Aunque, al poco tiempo, se volvió a enfrentar a lo mismo trabajando como enfermera en su centro sanitario hasta que prácticamente salió de cuentas.
Podría decirse que la historia de esta madre zaragozana y su hijo es casi milagrosa. Apenas 24 horas después de que Ketty Milagros diese a luz a su hijo José, que ha rondado casi los cinco kilos de peso, atiende vía teléfonica a EL ESPAÑOL, desde la cama del hospital.
"No lo teníamos pensado"
José Israel no estaba en los planes de esta familia aragonesa y menos aún en un momento tan delicado como vivía el país, el estadillo de la pandemia. "No lo teniamos pensado, vino porque vino, nos sorprendió bastante", cuenta, entre risas, esta madre. Sin embargo, ella y su marido decidieron seguir adelante con ello y tener a su cuarto hijo.
Lo peor, no obstante, vino después cuando Ketty dio positivo en coronavirus. "A finales de marzo me enteré de que estaba embarazada y poco después me dijeron que tenía covid, me ingresaron en el hospital y aunque no terminó de ser mu grave, me pusieron antibióticos", relata Ketty a este diario.
Lo que más le preocupaba en esos momentos es que el bebé pudiese tener algun tipo de afectación por la enfermedad. Algo que tampoco pudo quitarse de la cabeza cuando volvió a trabajar como enfermera, después de haber superado el coronavirus aunque tuviese anticuerpos. "Hemos pasado muchos nervios y temor con todo esto del covid. En la recta final estábamos muy cansados, y además yo seguía viniendo a trabajar aquí, en consultas externas, eso sí con todas medidas. Gracias a Dios no ha habido afectación y todo ha ido genial", señala.
La causa del adelantamiento del parto, dos semanas antes, no fue otra que el tamaño del bebé, que pesó 4,9 kilos. "Todo ha ido muy bien bien en el embarazo, solo se complicó al final porque el bebé vino muy grande. Así que se decidió inducir el parto para que no hubiese ningún problema", precisan fuentes sanitarias.
Embarazos
A la historia de Ketty, pronto se sumarán la de Alicia, Ana, Cristina, Amaia, Sandra, Clara, María, Sara y Azahara. Todas ellas decidieron ser (o volver a ser) madres en los 45 días en los que todo el país estuvo confinado en sus casas por la primera ola del coronavirus. La mayoría engendró a sus hijos durante las dos últimas semanas de marzo y apenas quedan unas semanas para que den a luz, sobre la segunda quincena de diciembre, después de nueve meses de gestación en plena pandemia.
Alicia, por ejemplo, si todos los pronósticos se cumplen, tendrá a Guillermo el 15 de diciembre, cuando se cumplan tres trimestres de estado de alarma que dictó el Gobierno. Ella y su marido tenían claro que querían ampliar la familia cuanto antes. Así que en marzo se pudiseron a ello y poco después esta pareja malagueña conseguía su propósito. No se enterarían hasta días más tarde cuando, además de estar embarazada, el hospital les llamó para comunicarles que los tres —ella, su marido y el hijo nacido el año anterior— tenían coronavirus. "Pensábamos que nos encerrarían solo dos semanas, pero los días fueron pasando y todo se complicó", relataron en un reportaje de EL ESPAÑOL.
La historia ha demostrado que el milagro de la vida siempre se abre paso en los momentos más complicados. Está el ejemplo del gran apagón de Nueva York el 9 de noviembre de 1965. Una incidencia que hizo que miles de bebés nacieran nueve meses exactos después. Y con la Covid-19, el escenario puede repetirse, esta vez en medio planeta. Si las suposiciones son correctas, entre diciembre de 2020 y enero de 2021 llegará una nueva generación a razón del confinamiento durante los meses de primavera.