En los despachos de los loteros donde en 2019 corría el cava y la alegría desbordante de los premiados para celebrar El Gordo, ahora se vislumbra con preocupación el cierre de una mala campaña de Navidad. Entre una imagen y otra hay casi un año de diferencia y un factor clave: la pandemia de coronavirus. “Nosotros hemos reducido las ventas un 20%, cuando deberíamos haberlas subido un 25% porque el año pasado repartimos 80 millones de euros de El Gordo”, reflexiona Juan María Lorente, dueño de la Administración de Lotería número 1 de San Vicente del Raspeig (Alicante) donde se vendieron decenas de décimos con el número 26590, cada uno agraciado con 400.000 euros.
“En un año normal esta campaña tendría que haber sido buena”, insiste Juan María Lorente. Sin embargo, las restricciones que ha impuesto el bicho a la nueva normalidad le han quitado canales externos de venta tradicionalmente vinculados a esta administración alicantina y que desde 1981 contribuían a garantizar que llegase a buen puerto su campaña del Sorteo Extraordinario de Navidad: “Entre las AMPAs de los colegios la venta ha sido casi cero”. También han visto reducida la comercialización de series enteras de décimos a diversas asociaciones culturales: “De 2019 a 2020 hemos pasado a vender la mitad”.
Según la Sociedad Estatal de Loterías y Apuestas del Estado (SELAE), cada español gastará este año una media de 65,66 euros en comprar décimos para el Sorteo Extraordinario de la Lotería de Navidad que se celebrará el próximo 22 de diciembre. Esta cifra representa un total de 2,82 euros menos que en 2019.
Otro canal de venta mermado por la COVID ha sido el de los clubes deportivos amateur que han visto alteradas sus competiciones para evitar contagios y que financian parte de su actividad vendiendo lotería de El Gordo. “Los equipos de baloncesto, patinaje y atletismo me han pedido menos décimos y uno de fútbol directamente no ha reservado nada”, ejemplifica este lotero, de 46 años. “Lo que se ha perdido en ventas a asociaciones no se va a recuperar ya, porque si pierdes 200 boletos que te compra un colectivo, necesitas que vengan 200 personas a comprar a la ventanilla”.
El panorama de la Administración de Lotería número 1 de San Vicente del Raspeig es un botón de muestra de lo que está pasando en los despachos de toda España. Prueba de ello es que un colegio de abogados de la Comunidad Valenciana ha anulado la compra de 1.700 décimos por culpa del COVID. La Agrupación Nacional de Asociaciones de Lotería (Anapal) prevé que en la actual campaña del Sorteo Extraordinario de Navidad se pierdan 350 millones de euros de venta de boletos a través de asociaciones, peñas festeras, clubes deportivos o empresas, entre otros colectivos. Esto supone que se pasará de los 1.200 millones de euros ingresados por este vía en 2019 a 850 millones en 2020.
Más series, menos ingresos
“Loterías y Apuestas del Estado pensó que 2020 iba a ser un año muy bueno, de hecho se subió la emisión de números para Navidad pasando de 155 series a 172 series por número y se van a devolver muchos billetes”, advierte Juan María Lorente. Este lotero no exagera un ápice porque el presidente de Anapal, Josep Manuel Iborra, pronostica una mala campaña para El Gordo: “La previsión final que tenemos es que la disminución total de las ventas ronde el 20%, con lo cual estaríamos hablando que en 2020 se venderán 500 millones de euros menos respecto a los 2.900 millones que aproximadamente se recaudaron con el Sorteo Extraordinario de 2019”.
- Josep, ¿una caída de ventas así qué consecuencias puede tener para el gremio de los loteros?
- Una reducción del 20% para el sector es una barbaridad. La campaña de El Gordo arrastra las ventas de lotería de El Niño, la campaña de San Valentín y la del Día del Padre, entonces se puede llegar a que las ventas se arrastren hasta marzo si este Sorteo Extraordinario de Navidad no funciona bien. No podemos olvidar que el sorteo de El Niño se nutre de la reinversión de los reintegros de 20 euros de El Gordo porque la gente no los cobra: los cambia por otros décimos. Todo esto es una cadena.
- ¿A qué perfil de compradores de lotería de Navidad ha afectado más el COVID?
- El 40% de las ventas de los décimos de El Gordo se nutren de las asociaciones que utilizan la lotería para financiarse y que han reducido sus actividades, a los colegios y los institutos que no están organizando viajes de fin de estudios por la pandemia y que antes financiaban con lotería.. Nos hemos visto muy afectados por la disminución de la venta de participaciones para financiar actividades que es algo tradicional en comunidades como Valencia o Murcia...
El mes de diciembre jugará un papel clave para confirmar -o no- las previsiones de caídas de ventas que maneja Anapal. Por este motivo, Josep Manuel Iborra, el presidente de esta asociación que “representa a una cuarta parte de las 4.100 administraciones de lotería que hay en España”, aprovecha su conversación telefónica con EL ESPAÑOL para hacer un llamamiento a la ciudadanía de cara al próximo día 21 cuando se cerrarán las ventas del Sorteo Extraordinario de Navidad: “Detrás de cada décimo de El Gordo hay inversión en sanidad, en educación, en investigación... porque parte de lo que se recauda se destina a los Presupuestos Generales del Estado”.
El palo del Imserso
De momento, en la Administración número 1 de San Vicente del Raspeig de Juan María Lorente capean esta crisis lotera gracias a que la gente no olvida que ellos repartieron 80 millones de euros en 2019: “Por suerte nosotros estamos notando menos la caída de ventas que otras administraciones porque vendimos El Gordo, pero en otros sitios de la costa de Alicante donde estaban acostumbrados a vender a muchos turistas de otras comunidades autónomas, lo están pasando mucho peor porque esas ventas las han perdido por las restricciones de movilidad del COVID”.
Una buena muestra de la citada situación es Benidorm donde los loteros han perdido el maná de los viajes del Imserso que arrancan en octubre y que movilizan a miles de jubilados dispuestos a comprar décimos de Navidad. En los despachos de lotería de la vecina Región de Murcia están esperando como agua de mayo a que este miércoles se levanten el cierre perimetral que afecta a 43 de sus 45 municipios, así como la apertura de una parte del interior de los locales hosteleros dependiendo de la situación epidemiológica de cada localidad.
“La red de hostelería es un punto de venta importante para nosotros, pero ha estado cerrada y se han resentido nuestras ventas al no existir la posibilidad de que la gente se pueda reunir en celebraciones donde se vende lotería”, razona Fuensanta Aupí Vicente, que regenta desde 1986 la administración de loterías número 1 de Las Torres de Cotillas (Murcia). “Todo lo que sea restringir movimientos afecta a los loteros: igual que la persona que teletrabaja no va al bar a tomarse el café, tampoco sale a la calle a comprar un décimo del Sorteo Extraordinario”, argumenta de manera didáctica esta experimentada lotera, cuyo despacho de la Virgen de la Salceda repartió 20 millones de euros de El Gordo de 2019.
“A falta de cerrar la campaña, yo me aventuraría a decir que las ventas de mi administración han bajado cerca de un treinta por ciento”, calcula Fuensanta mientras atiende con una sonrisa de oreja a oreja al tímido goteo de clientes que este martes se acercaba a su despacho. “Ahora nos queda el último empujón: a ver qué ocurre a partir de este miércoles que se han levantado las restricciones de movilidad y a la gente le gusta moverse para probar suerte comprando décimos en otros municipios”, subraya esperanzada la lotera torreña, aunque admite que esta ha sido la peor campaña de la historia vendiendo lotería.
De 120 a 80 euros
La Agrupación Nacional de Asociaciones de Lotería (Anapal) estima que de media cada cliente ha pasado de gastarse 120 euros a 80 euros de cara al Sorteo Extraordinario de Navidad de 2020. La venta de décimos de El Gordo comenzó en verano y los malos resultados en términos nacionales que ha cosechado la campaña turística estival también han afectado a pie de despacho, según confirma, el presidente de Anapal, Josep Manuel Iborra: “Desde julio hasta la tercera semana de noviembre, las ventas de décimos han caído un 23% respecto al mismo periodo de 2019”.
Las colas que estos días se ven en los puntos de venta que jalonan ‘El Olimpo comercial’ de la Diosa Fortuna, como La Bruixa d'Or (Lleida) o Doña Manolita (Madrid), son un espejismo de lo que está ocurriendo entre el gremio lotero a juicio de Iborra: “Evidentemente, en todos los sectores de actividad siempre hay puntos que funcionan bien a pesar de la crisis”. El presidente de Anapal alerta de que algunas administraciones llegan en el alambre al final del año: “Esta campaña golpeará duramente a muchos puntos de venta”. En enero podrían bajar la persiana de forma definitiva algunos loteros y también se podrían producir despidos en un sector que genera 14.000 empleos: “Hay administraciones que tienen personal en un ERTE y si ven que no recuperan ventas en Navidad habrá despedidos, por poner un ejemplo, en vez de tener dos trabajadores a jornada completa, a lo mejor se quedan con uno a media jornada. Esto es muy preocupante”.
Esa terrible decisión es la que tendrá que adoptar próximamente Fuensanta Aupí Vicente, que cuenta con dos trabajadoras en su administración de loterías número 1 de Las Torres de Cotillas: “Para la campaña de Navidad tengo a toda la plantilla fuera del ERTE, pero a partir de enero no sé que haré, todo dependerá de lo que ocurra en diciembre”.
Para el presidente de Anapal el descenso de ventas que está afectanto a todas las administraciones españolas -a causa de la pandemia de coronavirus- es la gota que colma el vaso para que Loterías y Apuestas del Estado (LAE) afronte una reivindicación de los loteros que data de 2009: “Desde hace años venimos reclamando que se modifique y se aumente el sistema de comisiones que reciben las administraciones por la venta de lotería del Sorteo Extraordinario de Navidad porque se paga un 30% menos que el resto de juegos, a pesar de que es el más complicado de vender porque la campaña dura seis meses al comenzar en julio y se diseñó cuando las casas de apuestas eran testimoniales”.