Es media mañana en el distrito de Salamanca (Madrid). Calle Núñez de Balboa con Juan Bravo. Un individuo se acerca a un coche y avisa al conductor de que tiene una avería, que se le ha caído una tuerca. El conductor, desprevenido, sale del vehículo para comprobar si es cierto. En ese instante, otro individuo abre la puerta del copiloto con la intención de robar las pertenencias que pueda tener el conductor en la guantera o el asiento del copiloto. Este modus operandi se conoce como el semaforazo. Ocurrió este mismo miércoles.
Para suerte de la víctima, en este caso concreto, un agente de la Policía Nacional fuera de servicio fue testigo de toda la escena. El policía rápidamente advirtió de la situación mientras inmovilizaba al caco que abría la puerta del copiloto. El otro consiguió escapar. Resultado: no hubo robo y hay una persona detenida. Aunque esta no es una técnica muy habitual, hay suficientes casos como para estar alerta.
“Se aprovechan de épocas donde hay mucha afluencia de personas en la calle”, explica una portavoz de la Policía Nacional. Existen varias técnicas empleadas por los cacos para distraer la atención, dependiendo de la situación del coche y del conductor. Estos son algunos de los casos que se ha encontrado la Policía Nacional.
Pinchazo y robo
El objetivo siempre es el mismo: que el conductor abandone el vehículo para que un caco pueda acceder al interior. Para esto, hay diferentes métodos. Está, por ejemplo, el pinchazo: “Te pinchan la rueda, o bien te dicen que la tienes pinchada. Esto te hace apearte del vehículo mientras otra persona aprovecha para robar lo que pueda del interior”. Este caso se da más en coches parados o aparcados, a diferencia del semaforazo que se da en movimiento.
Hay otra técnica empleada que podríamos llamar el llaverazo, aunque la policía todavía no la ha bautizado. En este caso, para que el conductor abandone su vehículo, los cacos lanzan unas llaves mientras el propietario se está subiendo al coche. En ese momento el caco lanza su anzuelo: "Oye, se te han caído unas llaves". De nuevo, con el conductor distraído, un compinche accede al vehículo y roba lo que encuentre. Esta última se da más en aparcamientos o gasolineras.
“Está perfectamente ensayado”, explica la portavoz de la Policía Nacional. “Suelen ser hurtos sin violencia, al descuido. Normalmente la víctima ni se da cuenta hasta que llega a casa”.
Estos robos no siguen un patrón marcado y, por tanto, la Policía Nacional asegura no tener estadísticas concretas sobre lugares de actuación o perfil de los ladrones. Otras fuentes, en cambio, señalan como puntos clave las autovías de peaje en Cataluña y el levante.
Los cacos suelen ser personas de Europa del este que alquilan un coche de alta gama y en las gasolineras emplean la técnica del pinchazo. El conductor sale con la rueda pinchada y al poco rato para en la autovía. Los cacos fingen ayudarle para desvalijarle.
No solo robos
“No solamente hay hurtos al descuido, también se usa el coche como excusa para otro tipo de delitos”. Se han dado casos en que las distracción se ha usado para abusar sexualmente de las víctimas. A finales del mes pasado se dio un caso en Aranjuez. En ese caso, un coche conducido por un hombre se posicionó detrás de uno conducido por una mujer y empezó a hacerle señales lumínicas. La mujer paró y el hombre le explicó que no le funcionaba una luz de freno.
En un momento dado, mientras estudiaban la falsa avería, el hombre comenzó a realizarle tocamientos de carácter sexual a la mujer. Actualmente, este hombre se encuentra en libertad con cargos y a la espera de juicio.