Este es un viaje en el tiempo que comienza el 14 de julio de 1963 en la provincia de León. Fue en esta fecha cuando dos jóvenes virólogos comenzaron su recorrido pueblo por pueblo cargados con un elixir que salvaría miles de vidas. Era el inicio de la campaña de la poliomielitis, una enfermedad que causaba parálisis a 2.000 niños al año. Esta fue la primera campaña de vacunación sistemática en España, un reflejo pasado de lo que ocurrirá con la Covid-19.
Este domingo comienza en España la vacunación contra el coronavirus, prácticamente un año después de que el bicho le diera la vuelta a nuestras vidas. "Vamos a recibir en las próximas 12 semanas 4.591.235 dosis de la vacuna de Pfizer, a razón de 350.000 dosis por semana", ha asegurado este miércoles el ministro de Sanidad, Salvador Illa. Está previsto que la primera dosis se aplique en Guadalajara.
Aunque todo esto nos resulte tan extraño, hubo un tiempo no tan lejano en que las campañas de vacunación provocaban colas en las calles. Aquellas vacunas tardaron mucho más en descubrirse que la de la Covid y, además, llegaron con retraso a una España que, por entonces, iba tarde en todo. En cualquier caso, gracias a estas vacunas, quedaron erradicadas la poliomielitis —en toda Europa— y la viruela —en todo el mundo—.
Un Jeep y mulas
Los virólogos que se encargaron de llevar la vacuna de la polio pueblo por pueblo fueron Rafael Nájera y Florencio Pérez. Viajaban en un Jeep, pero en varias ocasiones tuvieron que llegar a pueblos a lomos de mulas por lo infernales que eran los caminos. Ni un todoterreno podía con ellos.
En cada pueblo, despachaban a los niños un terrón de azúcar con tres dosis de la vacuna. La vacuna de la polio usada en España fue la elaborada por el virólogo polaco Albert Sabin, que se administraba por vía oral.
La vacuna tenía unos costes inasumibles para el maltrecho estado español, que necesitó la ayuda de Estados Unidos para traer la vacuna a España y que solo pudo ofrecerla gratis a los más vulnerables. Era tal la falta de medios que el equipo de Nájera llevaba la vacuna refrigerada en pequeñas neveras de Coca Cola a las que habían borrado los logotipos previamente.
“En España, la eliminación de la poliomielitis costó 25 años, de 1963 a 1988, proceso excesivamente largo ya que podría haberse realizado en 5 a 10 años, como en la mayor parte de los países de nuestro entorno”, escribió Nájera en la Revista Española de Salud Médica en septiembre de 2013. Él puso la primera vacuna —oficial— en España, en aquel verano del 63.
Pero en realidad, la vacunación no oficial empezó mucho antes, además, con otra vacuna. Antes de que Albert Sabin creara su vacuna oral, Jonas Salk había creado una inyectable. "En el V Simposio Europeo sobre Poliomielitis celebrado en Madrid en 1958, se reconoce que, en España se vacunaron con la inyectable Salk 200.000 niños en el ámbito de la medicina privada y también vacunaron desde las direcciones generales de sanidad. Llegando a la cifra de 1.000.000 de niños vacunados 1963, según datos de la Dirección General de Sanidad, siempre con la vacuna inyectable Salk", explica la Asociación Afectados de Polio y Síndrome Post-Polio.
El régimen franquista no le dio ninguna publicidad a estas vacunaciones privadas, ya que encerraban una oscura lucha de competencias entre el Seguro Obligatorio de Empleados (SEO), dominado por la Falange, y la Dirección General de Sanidad (DGS), gestionada por los sectores militares católicos. De hecho, las hemerotecas de entonces apenas albergan documentación sobre los brotes de polio de los años 50 y 60.
Ya en 1988, el propio Nájera firmó la erradicación de la enfermedad en nuestro país, siendo el primer director del recién creado Instituto Carlos III.
Los que no llegaron a tiempo
Como hemos dicho, la vacuna de la polio llegó tarde a España y esto marcó a una generación. La poliomielitis es una enfermedad muy infecciosa que se contagia a través de un virus. Es especialmente dura en niños y se manifiesta especialmente en climas templados. La España rural de los 50 era el caldo de cultivo perfecto para este virus que provoca inflamación de la médula espinal y del cerebro y lleva a la parálisis, así como atrofia muscular y muy a menudo deformidad. En el peor de los casos puede causar parálisis permanente o la muerte al paralizarse el diafragma.
Que la vacuna no llegara a tiempo provocó que muchos niños quedaran cojos o con graves problemas de movilidad. Hay miles en España. “Hasta finales de 1963, en España no se realizó campaña de información y protección frente a la poliomielitis y dejaron de vacunar muy pronto, por lo que los casos de polio volvieron a subir”, explica Lola Corrales, presidenta de la Asociación Afectados de Polio y Síndrome Post-Polio, que agrupa a muchos de los afectados por la enfermedad.
La propia Lola no puede andar por lo que le hizo la enfermedad. Hasta que su asociación no alzó la voz, los estragos de la polio apenas eran conocidos en España. El 18 de diciembre de 2003, la asociación presentó una querella criminal en los Juzgados de lo Penal de la Plaza de Castilla. Denunciaban al estado por negligencia. “Este año hemos escrito en tres ocasiones, dos antes de la pandemia, al ministro de Sanidad y no hemos obtenido respuesta”, denuncia Lola.
Primera expedición humanitaria
"Una guadaña venenosa que siega sin distinción de clima, rango, ni edad". Así describió el médico Timoteo O’Scanlan a la viruela. Esta enfermedad acabó con la vida de 60 millones de europeos solo en el siglo XVIII. Esto es más de 100 veces los muertos que provocó la Guerra Civil española.
La vacuna de esta enfermedad fue creada por el médico inglés Edward Jenner en 1796 y llegó a España en 1800 por parte del médico de la corte Francisco Balmis. Este médico había trabajado en América durante años y presentó al rey un proyecto para llevar la vacuna a los territorios de ultramar. Recordemos que España era por aquel entonces mucho más que el territorio peninsular y los archipiélagos. Empezó entonces la primera campaña de vacunación filantrópica de la historia: la Expedición Balmis.
El viaje estaba programado para durar unos meses, pero se alargó hasta los tres años. El primer obstáculo que encontró Balmis fue el transporte de la propia vacuna, ya que la conservación de la muestra solo duraba unos días. ¿Solución? Llevarla en receptáculos vivos. Balmis transportó la vacuna en 22 niños de la casa de huérfanos de La Coruña. Aunque este método resulta éticamente muy cuestionable, funcionó. Permitió llevar la vacuna hasta el otro lado del Atlántico.
La primera parada de la expedición fue el archipiélago canario. Después iría directamente a la isla de Puerto Rico. Una vez allí, los diferentes navíos se dispersaron por el continente. Balmis fue a San Juan, la Habana, México y, de ahí, partió a Filipinas. José Salvany, el segundo al mando de la expedición, iría a Caracas, Cartagena, Medellín, Quito… Otras partidas llegaron a puntos como Nuevo México, Texas, San Francisco… Y hacia el sur: Lima, Santiago de Chile, La Paz…
La expedición volvió a España en 1806 tras vacunar a más de 10.000 niños en dos continentes. Los participantes fueron recibidos con todos los honores por el rey Carlos IV. Entre ellos estaba la rectora del orfanato de La Coruña de donde salieron los niños portadores. Se llamaba Isabel Zendal. ¿Le suena?
La viruela fue erradicada en todo el mundo en la década de los 70. Fue la primera enfermedad erradicada por el ser humano y, en parte, gracias a las vacunas. La siguiente fue la peste bovina en el año 2011.
La poliomielitis está erradicada en los continentes europeo y americano. En África quedan reductos residuales. Actualmente los únicos países con presencia notable de polio son Afganistán y Pakistán, pero se prevé que la enfermedad pueda quedar erradicada en las próximas décadas. ¿Pasará lo mismo algún día con la Covid? La historia ha demostrado que las campañas de vacunación funcionan.