Un Renault Scenic amaneció este sábado partido por la mitad en la calle Jaime el Conquistador de Madrid, en el barrio de Delicias. Se le cayó un árbol entero encima. Sin miramientos, siniestro total. Infinidad de vehículos resultaron dañados en el centro de la capital por el desprendimiento de ramas a causa de la nevada. Los propietarios llegan a su coche y se tiran las manos a la cabeza. Y la primera pregunta que salta es: “¿Me lo cubrirá el seguro?”. Sí, tranquilos.
Desde el año 2016 todos los coches asegurados en España están cubiertos por el Consorcio de Compensación de Seguros (CCS) del Ministerio de Asuntos Económicos y Transformación Digital.
El Consorcio es un organismo adscrito al Ministerio que se financia por una cuota procedente de las pólizas de seguros. Asume el pago de los desperfectos en viviendas y vehículos, así como los daños que suelen cubrir los seguros de vida y accidentes. Siempre, en caso de “riesgo extraordinario”.
¿Qué me cubre el CCS?
Todos los daños causados por “riesgos extraordinarios”, como los desprendimientos causados por un temporal, e incluso si nuestro seguro no incluye esa cobertura. El Consorcio no tiene un máximo establecido de daños: ya puede ser una luna rota como que un árbol parta por la mitad tu Scenic.
¿Qué es un riesgo extraordinario?
Para que nos indemnice el CCS, el daño ha tenido que ser causado por alguno de los siguientes factores: Accidentes naturales como inundación extraordinaria, embate de mar, tempestad ciclónica atípica, tornados y vientos con rachas superiores a 120 km/h, terremotos, maremotos, erupción volcánica o caída de meteoritos. También cubre hechos violentos como consecuencias del terrorismo, rebelión, sedición, motín o tumulto popular y actuaciones de las Fuerzas Armadas o de la Policía en tiempo de paz.
¿Todos los daños son indemnizables si se producen por un riesgo extraordinario?
No todos. Solo son indemnizables por el Consorcio los daños que afectan a personas o bienes sobre los que se ha contratado un seguro, en cualquier compañía de seguros autorizada, y siempre que la póliza esté vigente en el momento de producirse los daños y el asegurado esté con el seguro pagado.
¿Y si solo se me ha roto una luna?
Las lunas rotas sí que suele estar cubiertas por las compañías aseguradoras, incluso si tenemos seguro a terceros. No suelen excluir causas naturales. Si los desperfectos han sido causados por la caída de una rama o un árbol, la responsabilidad es del propietario del terreno. En el caso de las zonas metropolitanas, el Ayuntamiento.
¿Qué hago para cobrar?
Es importante comunicar cuanto antes los desperfectos a las aseguradoras y solicitar la indemnización por teléfono. Cuanto antes se haga la solicitud, antes llegará la compensación, ya venga del seguro o del CCS.
¿Si la nevada me destroza la casa?
En cuanto a los desperfectos que pueda ocasionar el temporal en nuestra casa (cañerías, tejados, canalones, etc), es fundamental contar con seguro del hogar. Hay que ver en cada caso qué cubre cada póliza: las pertenencias personales dañadas (muebles, electrodomésticos…) pueden ser objeto de debate y dependerá del seguro de cada uno. Normalmente, en las casas se tienen que dar unos mínimos desperfectos para que la aseguradora se haga cargo. Si los daños son muy acusados, el CCS también cubre casas.
¿Y las grandes olvidadas: las motos?
Ocurre lo mismo. Si el temporal ha destrozado nuestro vehículo de golpe y porrazo, el CCS y la aseguradora deberán hacerse cargo de los desperfectos. Por ejemplo, este periodista se ha puesto en contacto con su aseguradora para poner su moto a resguardo.
La máquina está bien, pero no puede circular por un Madrid cubierto de hielo. Sería un riesgo inasumible. La aseguradora pone una grúa gratuita para llevar la moto a un garaje de confianza, aunque la moto arranque. La grúa tardará en poder acceder al centro de Madrid, pero, cuando lo haga, no supondrá ningún coste para el asegurado.
Hay que tener en cuenta que, cuanto más resguardado esté nuestro vehículo, menos desperfectos sufrirá. Por tanto, a las aseguradoras les sale a cuenta ayudar a poner el coche o la moto a resguardo, aunque tengan un terceros o un “terceros ampliado”.
Pero, ¿llegará la grúa al centro de Madrid? ¿O llegará el Ayuntamiento a retirar el árbol que ha partido el Renault Scenic?
En estos casos, la paciencia es nuestra aliada. No caía una así en Madrid desde 1904. Para consultar cómo avanza el estado de las calles de Madrid, este mapa en directo puede ayudarnos.