La gran explosión que ha sacudido el centro de Madrid poco antes de las tres de la tarde de este miércoles ha dejado un nuevo fallecido. Se trata del sacerdote Rubén Pérez Ayala (Madrid, 36 años), que había sido trasladado al Hospital La Paz en pronóstico "grave, con quemaduras". Pero, finalmente, a las 1:30 de la madrugada ha perdido la vida como consecuencia de sus heridas.
El presbítero Rubén se suma a la lista de víctimas mortales que ha dejado la explosión provocada por una fuga de gas. Según ha podido confirmar EL ESPAÑOL, los otros tres fallecidos son el electricista David Santos, de 35 años y otros dos hombres cuya identidad no ha trascendido hasta el momento y que rondaban los 45 años de edad, según informan fuentes policiales a este periódico. Además, hay al menos 11 personas heridas.
En todo caso, Rubén se encontraba en el número 98 de la calle Toledo, ya que era el sacerdote de la parroquia Virgen de la Paloma. Llevaba menos de un año a cargo de ella, pues fue ordenado como sacerdote el pasado 20 junio de 2020 por el arzobispo de Madrid, Carlos Osoro, en la Catedral de La Almudena. De hecho, la citada iglesia de la calle Toledo era el primer destino de este presbítero con vocación sacerdotal tardía.
Pese a ello, antes de ser ordenado como sacerdote, Rubén Pérez no era ajeno a la Iglesia Católica, ya que pertenecía a la congregación Camino Neocatecumenal, más conocida como Los Kikos por su fundador, Kiko Arguello. Es más, como ha informado este periódico, el edificio que ha explotado era la residencia de los sacerdotes de la parroquia Virgen de la Paloma, que eran de esta congregación.
El fatal accidente
Pero la muerte del sacerdote Rubén Pérez se debió a que en el momento de la explosión se encontraba buscando de donde provenía un extraño olor a gas que había en el edifico parroquial. Para ello, había llamado a su amigo, el electricista David Santos, con quien había quedado en un 100 Montaditos próximo a la parroquia.
Al parecer, el tubo de gas que surte al edificio desde la calle Toledo se había desprendido, dejando escapar el gas, que penetró en el interior del edificio. Rubén, extrañado, llamó a David para que le ayudase a detectar la avería. Pero no lo consiguieren. Estando entre la tercera y cuarta planta, el edificio explotó como consecuencia de la fuga dejando "grave" a Rubén y provocando la muerte de David Santos, padre de cuatro hijos, quien también era feligrés de la parroquia Virgen de la Paloma y que había ido a "echar una mano".
Y, tras producirse el accidente, al sacerdote se le dio por desaparecido. Sin embargo, minutos después, el hombre, herido y con quemaduras, había logrado salir del edificio destruido. Fue cuando los Servicios de Emergencias de Madrid le trasladaron al Hospital La Paz donde finalmente fallecería con la edad de 36 años. Rubén era el segundo de cinco hermanos y fue su hermano, el también presbítero Pablo Pérez, quien le dio la extrema unción.
Por su parte, el cardenal de Madrid, Carlos Osoro, ha querido compartir sus condolencias a los familiares y amigos del sacerdote a través de su cuenta personal de Twitter: "Esta noche ha muerto el joven sacerdote Rubén Pérez Ayala, al que ordené hace apenas siete meses. Agradezco su vida de entrega a Cristo y a su Iglesia. Rezo por su familia. Pido también por los otros fallecidos tras la explosión en La Paloma y por todos los afectados".
Y aunque Rubén Pérez recibió el sacramento de la Iglesia Católica del Orden Sacerdotal el pasado junio, su formación vocación se remontaba al año 2007, cuando se celebró la Misión Joven de 2007 en Madrid, una programa dirigido a los jóvenes feligreses y a las personas que quieran formarles y contribuir en su crecimiento espiritual.
Rubén Pérez, en consecuencia, se dio cuenta de su vocación sacerdotal e ingresó, en 2011, en el seminario Redemptoris Mater, perteneciente a Los Kikos, en donde se formó durante nueve años hasta su ordenación como presbítero. Siete meses después de recibir el sacramento y tras un fatal accidente, el sacerdote Rubén Pérez Ayala ha perdido la vida.