Chipiona está preparada para un tsunami de hasta 6 metros: el otro peligro además de Granada
Es la única población española que trabaja en un plan de evacuación. Colabora con el Instituto de Hidráulica de la Universidad de Cantabria.
31 enero, 2021 01:56Noticias relacionadas
“La gran ola llegará a las costas del Golfo de Cádiz. No sabemos si mañana o dentro de 300 años, pero llegará, estoy seguro”, explica el ingeniero de Caminos Mauricio González, profesor en la facultad de Ciencias y Técnicas del Agua y del Medio Ambiente de la Universidad de Cantabria.
González lidera el grupo de investigación de Ingeniería y Gestión de la Costa en el Instituto de Hidráulica (IHCantabria), en el que también hay un equipo de estudio de tsunamis.
“Cuando llegue, lo importante es saber cómo actuar y enfrentarnos a ella. Si ahora mismo se produjera un maremoto frente a las costas de Cádiz, las consecuencias en tierra podrían ser similares, incluso más dramáticas, que en los tsunamis de Indonesia (2004) y de Japón (2011)”, se lamenta el profesor.
Como recurso preventivo, la localidad gaditana de Chipiona, con 19.200 habitantes, ultima un plan piloto de preparación y respuesta frente a un maremoto. Trabaja en colaboración con el IHCantabria y cuenta con el apoyo institucional de la UNESCO, la organización de Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura.
Chipiona es la primera población española que participa en el Plan Tsunami Ready, una acreditación que otorga la UNESCO para los enclaves que desarrollan un plan de evacuación en caso de maremotos. Ya la tienen distintos lugares costeros de países caribeños como República Dominicana, Antigua y Barbuda o Trinidad y Tobago.
Desde el Instituto de Hidráulica de Cantabria, que colabora también con la Universidad de Málaga en el plan de Chipiona, pretenden que la UE financie este mismo proyecto en poblaciones costeras de países como Italia o Turquía.
“Creemos que es necesario tener un plan concreto antisunamis”, explica el alcalde de Chipiona, Luis Mario Aparcero, en conversación telefónica con EL ESPAÑOL.
“El Golfo de Cádiz, donde se encuentra esta población, es una zona con notable actividad sísmica en el mar. Si se produce un terremoto potente frente a nuestras costas y levanta una gran ola, queremos tener a nuestros vecinos y visitantes preparados para saber cómo actuar. De cara al turista, saber que este es un sitio seguro siempre es un plus”.
Terreno plano y edificado
Chipiona supera los 200.000 habitantes en verano, ha edificado en gran parte de su litoral a escasa distancia de la costa y su territorio es eminentemente plano. Estos tres factores, unidos a la voluntad del Consistorio de querer dotarse de herramientas con las que enfrentarse a un hipotético maremoto, han propiciado que la localidad trabaje en coordinación con el grupo que lidera Mauricio González.
Según las proyecciones hechas por el equipo de González, Chipiona dispondría de una hora para reaccionar desde que se originase el maremoto hasta su llegada a la costa. Habría zonas donde la inundación alcanzaría el 95% del suelo.
Los terrenos más próximos al litoral se inundarían sólo entre 10 y 15 minutos después, y el 60% de su casco urbano quedaría inundado durante 75 minutos tras generarse la ola. En esa franja de tiempo se tendría que evacuar a la población y proteger los negocios.
Los cálculos hechos por Mauricio González señalan que, en función de la zona del pueblo, la ola podría alcanzar una mayor o menor altura. En la playa de Regla (sur) podría llegar a los seis metros. “Eso sería en el peor de los casos. Una altura de dos pisos de un edificio”, explica el profesor.
Mientras, en los 2,5 kilómetros de dunas que tienen algunas playas de la localidad, las cuales ejercerían de freno, podría llegar a los 4,5 metros. Pese a todo, a la espalda de éstas se generarían corrientes. En cambio, en la zona del puerto de Chipiona (norte) sería de unos tres.
Los recientes terremotos de Granada han provocado temor tanto en los vecinos granadinos como en las provincias cercanas. El Instituto Geográfico Nacional contabilizó 702 temblores de tierra en la falla de Santa Fe entre el 23 de enero y este pasado viernes, de los que sólo cinco superaron la magnitud cuatro.
La provincia de Cádiz no es ajena a estos terremotos de baja intensidad. Sobre todo, su sierra, aunque rara vez superan la magnitud 3 en la escala Richter. El Golfo de Cádiz se encuentra en el límite de dos placas tectónicas, la euroasiática y la africana. Según recoge el Informe de Sismicidad de Andalucía, la línea trazada entre las Islas Azores y el Golfo de Cádiz alberga una gran cantidad de fosos sísmicos, aunque de poca magnitud.
Si en tierra la provincia está catalogada como zona de baja peligrosidad, el Golfo de Cádiz, junto al Mar de Alborán, al sur de la provincia de Málaga, son dos de los lugares de mayor intensidad sísmica de toda España. Estos territorios están situados justamente donde chocan las placas tectónicas euroasiática y africana.
Unida a Lisboa
En Chipiona hay una fecha que, pese a su lejanía, es difícil de olvidar. Es la del 1 de noviembre de 1755, cuando se produjo el terremoto de Lisboa, el más dañino de los registrados en la península ibérica. Su epicentro se localizó en el Cabo de San Vicente, en el océano Atlántico. El seísmo, de magnitud 8,5, provocó más de 15.000 víctimas mortales en Portugal, España y Marruecos.
El terremoto generó un tsunami posterior que alcanzó los 15 metros de altura. El estudio Los efectos en España del terremoto de Lisboa, de José Manuel Martínez Solares, publicado por la Dirección General del Instituto Geográfico Nacional, señala que el maremoto provocó la muerte de 200 personas en Cádiz capital, 24 en Conil de la Frontera, 22 en San Fernando, cinco en El Puerto de Santa María, cuatro en Chipiona y tres en Chiclana de la Frontera.
Aquel tsunami también provocó la inundación de varios barrios en Cádiz o la destrucción de corrales de pesca en Sanlúcar de Barrameda, población gaditana limítrofe por el norte con Chipiona.
Aquella tragedia creó un vínculo sentimental entre Lisboa y Chipiona. En 2005, esta localidad de la costa noroeste de Cádiz levantó el monumento de la Cruz del Mar. Se cumplían justo 250 años de aquel maremoto. El alcalde del pueblo, Luis Mario Aparcero, no quiere que se repita la desgracia.
“Tener un protocolo de evacuación establecido con el que la gente sepa cómo ha de actuar nos hace más fuertes”. afirma el regidor. “Los ayuntamientos del Golfo de Cádiz tenemos que darnos cuenta de que un tsunami es algo que está ahí, que puede suceder. Yo no quiero ver que a mi pueblo se lo traga el mar y mueren miles de personas pudiendo haber evitado una parte de los daños”.
Pasos
El ingeniero Mauricio González confirma que su grupo de trabajo ya ha confeccionado los mapas de inundación de Chipiona. Afirma que ahora trabajan en los de evacuación por las rutas más seguras. Quiere tenerlos listo antes de que termine el primer semestre del año.
Luego, el Ayuntamiento tendrá que colocar la señalética e instalar sirenas por las rutas de evacuación, establecer zonas de refugio y realizar simulacros y talleres informativos de forma periódica. En el plan deberán estar involucrados Bomberos, Protección Civil y Policía Local, indica el jefe del proyecto.
"Si se diera un terremoto como el de 1755, sería una tragedia similar a la de Indonesia o Japón porque toda la costa gaditana está muy urbanizada. Sería terrible. Todo el Golfo de Cádiz se encuentra en alto riesgo. Todas las poblaciones deberían tener protocolos de emergencia", explica Mauricio González.
La Junta de Andalucía comienza a moverse, aunque todavía de forma tímida, en busca de un plan antitsunamis. La semana pasada, Elías Bendodo, consejero de Presidencia, dijo que España, pese a estar impelida por una directiva europea, no cuenta con un plan nacional que proteja a la población de posibles maremotos.
Esta comunidad autónoma se presenta como la primera que prevé una actuación ante este tipo de riesgo. La Consejería de la Presidencia, Administración Pública e Interior dispone ya de un borrador del plan, que atiende a los esquemas de planificación, operatividad, análisis de riesgo, información previa a la población y sistema de alertas ante maremotos.
Los trabajos realizados hasta ahora gracias a un estudio hecho a nivel nacional por la Dirección General de Protección Civil y Emergencias determinan que la vertiente atlántica de la comunidad es la que presenta un índice más alto de peligrosidad, con alturas de inundación cercanas a los 12 metros en algunos puntos de la costa, como en Cádiz capital y la zona entre Conil y el Cabo de Trafalgar.
El borrador detalla que las provincias más afectadas ante un posible maremoto son Huelva y Cádiz. En concreto, la zona costera definida desde Ayamonte a Tarifa, un territorio en el que se incluye Chipiona, que ya es pionera en protegerse ante una posible gran ola.