El aceite de oliva es uno de los elementos fundamentales de la dieta mediterránea y España es el mayor productor del mundo. En la ensalada, para cocinar a la plancha, sobre el pescado, en las tostadas del desayuno y la merienda, en la cena, para hacer un huevo frito perfecto. Sin duda, un producto al que estamos tan acostumbrados que casi no nos percatamos de que siempre está en nuestra cesta de la compra; lo incluimos en casi todas nuestras comidas.
Sin embargo, esto contrasta con lo poco que conocemos el producto en sí. Lo primero que se nos viene a la cabeza cuando hablamos de aceite, como cuando lo hacemos de olivas y olivares, es la provincia andaluza de Jaén. Normal. Luego, tendemos a creer que debemos fijarnos en el color para elegir el mejor. Ahí caemos en el primer error. A partir de aquí, hay otros clichés y falsos estereotipos consumados que nos impiden saber qué consumimos y de qué forma.
Cuando vamos al supermercado, se nos presentan distintas categorías de aceite de oliva. Una estantería repleta en la que entendemos por verde intenso el mejor producto. Podemos elegir por marcas y tipologías. Pero ¿qué producto es el mejor? Vamos a comenzar desde el principio.
Las tres categorías más básicas son —disculpen la redundancia de lo que se viene— el aceite de oliva virgen extra, el virgen y el aceite de oliva. Luego está el orujo, y alguno más, pero no entraremos en esas categorías. Nos quedamos con esas tres.
Mar Luna Villacañas, directora de la Escuela Europea de Cata de Aceite de Oliva Virgen Extra, nos da un curso acelerado y en pocas palabras de las diferencias entre estas categorías. En primer lugar, el aceite de oliva virgen extra podríamos decir que se sitúa en el mejor escalafón. Es zumo de oliva. “Como cuando exprimes la naranja en casa”, expone. Esto es igual: es la uva exprimida por así decirlo. Pero no es lo único: para tener categoría de extra, el aceite no puede tener ningún defecto físico-químico.
Si en estos exámenes se encuentra un solo fallo, el aceite no ostentará la categoría de extra. Se quedará, simplemente, en aceite de oliva virgen.
Por último, si el aceite no cumple con los estándares de calidad, pasará a ser aceite lampante. Es decir, no serviría para el consumo. Este óleo se lleva a las refinerías y allí se hace apto para el consumo. Aun así, no tendremos el producto acabado que conocemos como aceite de oliva. Para obtenerlo, habrá que mezclarlo con aceite de oliva virgen. Con la mezcla obtenemos el producto acabado que encontramos en los supermercados como aceite de oliva.
Cabe realizar un apunte en estas líneas. En los últimos tiempos se ha puesto de moda el aceite sin filtrar. Luna Villacañas hace hincapié en que esto no es ninguna revolución, ni siquiera algo positivo. Simplemente, alguien ha visto que con el filtrado se pierde el 5% del aceite y ahora vende este nuevo producto con un margen de beneficios superior, como si hubiesen innovado. Lo único que han hecho ha sido poner ante el público un aceite inacabado, con agua y residuos orgánicos.
Como ven, el aceite es un mundo casi inexplorado del que se nos escapan muchos pequeños detalles. No hay demasiado conocimiento al respecto, pero España es el mayor productor y un gran consumidor. Por eso, en EL ESPAÑOL hemos decidido acudir a las instalaciones de la Escuela Europea de Cata de Aceite de Oliva Virgen Extra. Llevamos 10 aceites diferentes de marca blanca. Pertenecen a Dia, Lidl, Mercadona, Carrefour y Alcampo. De cada una de estas marcas, dos tipos: aceite de oliva y aceite de oliva virgen extra en cristal. La catadora será Mar Luna Villacañas, enóloga, sumiller y directora de la escuela.
Aceites de oliva
La primera categoría analizada es la de aceites de oliva. Tal y como se ha explicado anteriormente, aquí se encuadran aquellos productos que mezclan óleos refinados con virgen para su elaboración. En todas las etiquetas se resalta así.
Habitualmente, este tipo de aceite suele venir subdividido en otras dos categorías: intenso y suave. La diferencia entre ambos suele ser notable en los tapones de las botellas. Color rojo significa suave. El color verde suele mostrarnos lo intenso.
Aunque Luna Villacañas nos advierte que no varían demasiados unos de otros, la explicación científica de esta separación se encuentra en la acidez. Un 0.4% de acidez en la etiqueta nos remarca un aceite de oliva suave. Si el etiquetado explica que este parámetro se encuentra en el 0.8%, es intenso.
Para que nadie pueda sentirse engañado, antes de comenzar la cata hay que explicar que, a pesar de los parecidos, los productos de Alcampo y Carrefour son suaves. Los de Dia, Lidl y Mercadona son aceites de oliva intenso.
Mar Luna Villacañas comienza a tomarlos en las tazas homologadas para la cata. Indica antes de nada. “Este es un tipo de calidad que no destaca por buscar una personalidad muy potente, sino que tratan de encontrar un producto más neutral. La diferencia entre unos y otros, por tanto, es muchísimo más pequeña. No va a ser tan distinta como el virgen extra”.
A primera vista, se puede comentar pocas cosas: el aceite hay que probarlo. “Intensidad, equilibrio y complejidad”. Esas son las tres patas que sustentan un buen óleo, según Luna Villacañas.
Vamos a entrar en materia, pero antes hay que hacer un último apunte. El aceite también se valora por su envasado. Los óleos de esta categoría vienen todos en plástico. Asumimos que los botes de cristal son más caros. No debería ser así. “¿No hay vino por un euro en botellas de cristal?”, compara Luna Villacañas para exponer su visión.
Muchos expertos entienden que el aceite de oliva no se debería poder comprar en plástico. Lo devalúa y hace perder propiedades a un producto muy bueno. “¿Imaginas un vino de Jerez en una botella de plástico?”, dice la sumiller. Además del daño al medioambiente que hace el plástico, aunque ese tema lo dejamos para otra ocasión.
Pasado este primer vistazo, abrimos las botellas. Es otra de las diferencias de estos productos. La experta se fija en los tapones: la dificultad para abrirlos marca la diferencia. El de Lidl, el primero en probar suerte, se rompe. Primer fallo. El resto no oponen mayor resistencia en el abre fácil. Sin embargo, el tapón de Dia da varias vueltas al completo. No se descuelga. Otro fallo recurrente por un precio irrisorio.
Mar vierte los productos en las copas. Azules, las que mandan los cánones internacionales del COI (Consejo Oleícola Internacional). Las va cogiendo una a una, siguiendo el mismo ritual con cada aceite. Coloca la mano izquierda como base, tapa la apertura de la copa con la derecha y le da vueltas. Sí, está tratando de calentar el producto, pues así se debe probar. Luego, la copa va a la nariz. Un par de segundos oliendo y, por último, a la boca.
“Tengo muy claro que hay unos que destacan más que otros. Hay caballo ganador en este caso. Aunque hay poca diferencia, el hecho de poder elegir, me quedo con Hacendado (2,30 euros la botella). Además, en boca tiene determinados matices que lo hacen que sea más agradable. Creo que la calidad técnica es mejor que la de sus compañeros”, concluye Luna Villacañas.
La clasificación completa finaliza con el resto de participantes. “Tenemos esta muestra de Lidl (2,29 euros el litro), que tiene pocas diferencias, pero un interés notable para ponerlo en segundo lugar. Luego, nos iríamos a Dia (2,40 euros la botella) como tercero en el ránking. Vuelvo a insistir en que no hay diferencias notables entre ellos”.
En esta primera cata de aceites, los intensos son mejores que los suaves. “Los que más diferencia tienen son los casos de Alcampo (2,29 euros) y Carrefour (2,50 euros). Son aceites de oliva en los que la personalidad no es lo que más va a marcar, pero bueno”, establece Luna Villacañas.
Al final, en la boca vence uno de los más baratos, sólo un céntimo más caro que Alcampo y Lidl, y pierde el que más nos costaría en el supermercado.
Además, cabe destacar que el etiquetado de la botella de Carrefour no es correcto. En la misma se indica con letras grandes su acidez: 0.4%. Sin embargo, se omiten el resto de parámetros físico-químicos en esta parte del etiquetado. La normativa establece que todos los valores deben ir en el mismo tamaño y bajo la misma tipografía.
Aceites de oliva virgen extra
Pasamos a los productos de mayor calidad. El aceite de categoría comercial virgen extra es zumo de aceitunas, según la experta consultada. Sin embargo, entre los distintos tipos de aceite habrá unas diferencias de intensidad, equilibrio y complejidad que se notarán al llegar a la boca.
El proceso de prueba es similar al iniciado anteriormente con los aceites de oliva. Primero el producto de Lidl. Luego el de Alcampo, Carrefour, Dia y, por último, Mercadona.
Estos aceites se diferencian de sus ‘primos’ en el envasado. Son botellas de cristal, de 750 mililitros. Normalmente, los aceites de calidad exquisita se suelen introducir en vidrio y no en cantidades superiores a medio litro. Es decir, estos son buenos óleos, de una calidad alta.
Hay que resaltar aquí un apunte. La botella de la marca Auchan, perteneciente a Alcampo, tiene un detalle que se escapa a las demás. Debajo de su etiqueta, hay un relieve que muestra en braille el etiquetado. Hace años que esta marca colabora estrechamente con la Organización Nacional de Ciegos de España (ONCE).
El envasado de vidrio de estas botellas no parece muy dispar. Sólo en el tapón tienen diferencias. Mar Luna Villacañas apunta que es algo relativamente nuevo, pero que en ocasiones entorpece el servicio del producto. Este tipo de gollete extensible lo portan los productos de Dia, Carrefour y Lidl. Alcampo no lo lleva, mientras que el óleo de Mercadona es irrellenable, lo que le hace apto para servir en restauración.
Mar Luna Villacañas comienza la cata. Mismo proceso que antes y misma relación de productos. Tras probarlos todos, hace la clasificación.
“En el caso de los vírgenes extra, que me parece la opción más interesante a la hora de comprar, puesto que aquí ya sí tenemos zumos de verdad, la calidad establece un salto cualitativo en lo que respecta a los aceites de oliva. Aquí tenemos un empate”, expone la sumiller.
Comenta su elección. “He elegido Hacendado y Carrefour, pero no son los mismos parámetros de cata. El de Carrefour (3,70 euros) es un aceite más dulce. Y en el caso de Hacendado (3,50 euros) tiene un ligero toque de personalidad. En nariz y en boca hay picantes y amargos que en el de Carrefour no tenemos”, propone. Una vez más, vence el aceite más barato.
Pasamos a los tres últimos aceites. Hay otro empate en el tercer puesto. “Estos dos están un poco por debajo en expresividad —habla de Lidl (3,69 euros) y Alcampo (3,68 euros)—. No tienen tanta potencia ni en nariz ni en boca”, apunta para calificarlos en el bronce.
En último lugar, un producto que no cumple con las expectativas. Ya se veía al trasluz: el de Dia (3,89 euros) es un aceite no filtrado. “Eso está haciendo también que determinados aromas estén apareciendo y lo dejo en la última posición”, concluye la directora de la Escuela Europea de Cata de Aceite de Oliva Virgen Extra.
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