Las culturas nórdicas llaman doppelgänger a ese ser que es físicamente la copia de uno, pero que guarda intenciones radicalmente distintas. En este caso, el alter ego de Jesús Candel bien podría ser el hombre conocido como Spiriman, personaje polémico e indisociable a la figura del médico que, en octubre de 2016, movilizó a las mareas blancas para tumbar la reforma sanitaria de la Junta de Andalucía.
Desde entonces, el facultativo granadino parece haber perdido la batalla interior contra su ‘gemelo malvado’ de las redes sociales y las polémicas continuas. La última de ellas, un cáncer "agresivo y extendido" diagnosticado en agosto que, contra todas las expectativas, dice haber superado a base de “fuerza interior”.
"El pasado 4 de agosto decidí, por caprichos del destino, luchar contra el cáncer. Uno además muy agresivo y extendido por distintas partes de mi cuerpo. ¿Cómo me iba a poner el destino un reto fácil?", explicaba en un comunicado el 10 de agosto Candel. O Spiriman. A estas alturas es difícil diferenciarlos. Tenía, según reveló más adelante, adenocarcinoma de pulmón con multitud de metástasis en huesos y órganos. Estaba mal. Le daban no más que unos meses de vida. Ahora, ha vuelto.
Después del fatídico estadio anunciado por el médico, sorprende más aún su pronta -y efectiva- sanación ahora, poco más de seis meses después. Para Candel, el proceso de recuperación todavía es una incógnita. Lo que no lo es, según sus propias palabras en un vídeo publicado en las redes sociales, es que "el tumor ha desaparecido y las metástasis de mi cuerpo, de todos los huesos, esas vértebras que tenían lesiones líticas tremendas y que incluso penetraban en el canal de la médula, han desaparecido". Un caso extraño el suyo.
Cree entonces que la mayor razón que le ha llevado a superar la enfermedad ha sido su voluntad, la cual es "capaz de hacer milagros". Así, atribuye a su propósito firme de curarse la panacea de todos sus males, pero reconoce tímidamente que, en este sentido, lo ha probado “todo” antes de llegar a la conclusión, desde la radioterapia hasta la quimioterapia. “El poder de cambiar las cosas está dentro de cada uno de nosotros [...] esa fuerza en mi interior que es capaz de hacer milagros”. Y claro, surgieron las especulaciones sobre que la enfermedad podía ser falsa.
"Tienes un TAC catastrófico"
Un trabajador del Hospital Clínico San Cecilio, donde Candel ejerce como médico de Urgencias, confirma a este diario que el informe clínico sobre la situación del doctor en agosto era, efectivamente, preocupante. La placa de tórax no había detectado nada, pero el TAC posterior cambió las caras de todos los profesionales sanitarios, compañeros, que veían los resultados.
El neumólogo fue el primero en decirlo: “Tienes un TAC catastrófico”, le dijo. La prueba evidenciaba un cáncer de pulmón con metástasis ósea en varias vértebras y en la cadera, en el hígado y un derrame pericárdico. “Estaba comido por todos lados por culpa de un adenocarcinoma mucinoso, un tipo de cáncer muy agresivo”, recordaba Candel a este periódico. “Yo sólo sabía llorar y agarrarme de la mano de uno de mis compañero”. Ahora, esa visión ha cambiado gracias al “milagro” de su recuperación.
Lo que este diario no ha podido confirmar es cómo sabe Spiriman que el cáncer ha desaparecido. Según señala una fuente sanitaria, el doctor Candel todavía no ha vuelto a las revisiones de la terapia y, a fin de cuentas, no se sabrá con certeza si está curado “hasta dentro de 10 años”. En este caso, explica que muchas veces el tratamiento logra parar la enfermedad y a veces curarla, pero que en todo caso será algo que se confirme definitivamente con el tiempo. No parece importarle a Spiriman. Él respira tranquilo. Sigue.