Según los datos de la DGT, en el año 2019, se han recaudado más de un millón de euros diario en multas, lo que supuso a final de año un total de 374.301.167 millones de euros. Este año a consecuencia de la pandemia de COVID-19 y con el objetivo de doblegar la curva de contagios, se han establecido restricciones que afectan a los desplazamientos que se realizan en los vehículos privados ya que se trata de espacios de tamaño reducido en los que resulta complicado mantener la distancia de seguridad interpersonal.
Una de las restricciones impuestas en cuanto a los desplazamientos que se realizan en los vehículos privados es el uso de la mascarilla. Los agentes, tanto policías como guardias civiles, pueden sancionar a las personas que no cumplan con la ley.
No es nada nuevo. Llevar mascarilla es obligatorio en espacios privados donde estemos con personas no convivientes si no estamos realizando una ingesta de alimentos o bebidas. Por lo tanto, dentro del vehículo, si nos acompañan personas que no conviven con nosotros en el mismo núcleo familiar, debemos llevar la mascarilla puesta en todo momento. No hacerlo podría costarnos hasta 100 euros de multa.
Cabe recordar que quedan exentos los menores de 6 años. Ellos no tienen por qué portar las mascarillas ni en recintos públicos ni en los privados. Tampoco aplica la norma a aquellas personas que no tengan que llevarla por motivos médicos.
Sin embargo, no es lo único a lo que hay que estar atento. Si en el lugar están prohibidas las reuniones de más de 4 personas, en el coche no podrán ir cinco. A pesar de que el vehículo tenga una capacidad mayor, la limitación de movilidad está por encima de ese hecho. Infringir eso también podría costar 100 euros de multa.
Un último apunte. Si te quitas la mascarilla en el coche porque viajas solo o con miembros de la unidad familiar, vigila dónde la dejas. Colgarla del retrovisor podría suponerte una multa de 80 euros por impedir tu visibilidad.
No es lo único a lo que hay que estar atento cuando viajamos en coche. El resto de normas no han desaparecido, así que de vez en cuando conviene recordarlas. Que lo mismo no te toca, pero si te toca puede ser un despiste caro en tiempos complicados.
Por ejemplo, hay dos tipos de personas: los que echan gasolina cuando el coche está a punto de entrar en reserva y los que repostan cuando al vehículo apenas le da para andar. Los segundos deben tener cuidado. No hay ninguna norma que pene quedarse sin gasolina, pero el Reglamento General de Circulación puede ser aplicado a quienes se vean en esta situación.
Quedarse sin combustible en la carretera puede suponer una multa de 200 euros por conducción negligente si se origina una situación de riesgo o peligro.
Con todo ello, queda claro que los conductores deben tener siempre los cinco sentidos en la carretera. Y también en el BOE y el Reglamento General de Circulación. Cualquier despiste puede suponerles una multa.
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