Una de las máximas de Greenpeace, ONG ambientalista internacional, es cuidar al máximo su financiación para no depender de gobiernos, partidos o empresas privadas. Cuidan sus donaciones, se nutren del apoyo de sus inscritos y vigilan que todo sea transparente y cristalino. Pero esto, claro, no ocurre con todos los que se relaciona el gigante medioambiental. Es el caso de las sociedades Retorna y Rezero, socios estratégicos de Greenpeace en la conocida como Alianza Residuo Cero (ARC), una coalición de entidades que lucha por imponer su propio modelo de gestión de reciclaje: el Sistema de Depósito, Devolución y Retorno (SDDR).
Todas las organizaciones que componen ARC, excepto Retorna y Rezero, publican en sus páginas web cómo se financian y las acciones a las que destinan sus recursos, incluida Greenpeace. Según ha podido saber EL ESPAÑOL, estas dos sociedades han recibido recurrentemente pagos del grupo noruego Tomra Systems, una multinacional centrada en intentar imponer el modelo de reciclaje de la Alianza en España. El motivo: obligar a los comercios a pagar por las máquinas que ellos mismos fabrican.
Este diario ha tenido acceso a un total de 21 operaciones de Tomra a diferentes entidades españolas desde el año 2015 hasta 2019. De ellas, el grupo Retorna ha sido el máximo beneficiado con ayudas de 1.390.000 euros desde ese año. En total, la sociedad habría recibido 830.000 directamente, mientras que el resto del dinero habría ido a las cuentas de Miguel Roset, director, y César Sánchez, director de comunicación, con 420.000 y 140.000 euros, respectivamente. Este diario se ha puesto en contacto con Retorna y con Sánchez para confirmar esta información y no ha recibido respuesta.
Además del casi millón y medio derivado a Retorna, este diario tiene constancia de otros 570.000 euros enviados por Tomra a la empresa Rethinking Together from the Grassroots, de la que Roset es administrador único, entre los años 2017 y 2019. Ninguna de las dos entidades ha reflejado estos pagos en sus portales de transparencia.
En lo que respecta a Rezero, otra aliada estratégica de Greenpeace dentro de la Alianza Residuo Cero, la sociedad recibió un único pago de 70.000 euros en el año 2019. Puestos en contacto con la empresa su directora, Rosa García, ha asegurado a este diario que no quiere “entrar en este juego”, sin desmentir un cargo de dinero que, al igual que sucede con Retorna, no es ilegal pero tampoco transparente de cara a afiliados y simpatizantes de sus iniciativas ecologistas. Una opacidad que no se destila en los estrictos filtros de Greenpeace.
Otras ayudas de Tomra
La empresa Tomra, además de financiar a Retorna y Rezero, también juega un papel importante en la difusión de campañas para promover -e imponer- su modelo de reciclaje, máquinas mediante. El modelo ha llegado a término en regiones como Islas Baleares gracias al apoyo de los grupos próximos a Podemos, pero en otros casos ha acabado por descabezarse gracias, entre otros, a los pequeños comercios que han esgrimido lo perjudicial que sería para sus negocios. Ahora, la formación liderada por Pablo Iglesias, vicepresidente del Gobierno, presiona porque se legisle al respecto a nivel nacional.
En lo que respecta a la multinacional noruega, sus redes no se han detenido en la Alianza Residuo Cero. También han realizado varios pagos a Recircula, plataforma que no figura en la ARC pero que mantiene fuertes vínculos y mismos objetivos con ella. La entidad recibió, también de parte de Tomra, un total de 370.000 euros entre 2017 y 2019; también su presidente, Eusebio Martínez de la Casa, a quien figuran pagos de 482.000 euros en el mismo lapso de tiempo.
Esposo de una alto cargo del PP de Madrid, Martínez de la Casa fue administrador de una agencia de publicidad contratada para financiar irregularmente campañas electorales del PP. Sus vínculos con el partido son de difícil soslayo, ya que su mujer es Isabel Mariño, uno de los pesos pesados del PP madrileño que, casualmente, ejerció como consejera de Medio Ambiente de Esperanza Aguirre.
En 2019, Martínez de la Casa salió del anonimato al declarar como testigo en la Audiencia Nacional durante el juicio de la operación Púnica, que investiga la presunta financiación irregular de los populares en las campañas municipales de 2007 y 2011 y en las generales de 2008. Este periódico se ha puesto en contacto con el empresario para ampliar esta información y la relación de Recircula con Tomra y la Alianza Residuo Cero, pero se ha negado a responder a ninguna pregunta.
Los planes de Tomra
En conjunto, todas las organizaciones que componen la ARC son claras y meridianas sobre sus fuentes de financiación, sus resultados económicos y las actividades que impulsa. Todas, con la excepción de Retorna.
La entidad no publica las cantidades de dinero o subvenciones que reciben tanto de empresas privadas como de instituciones y los proyectos en los que participan. Rezero, por su parte, sí cuenta con una sección de Transparencia en su web actualizada al año 2018, pero no detalla las entidades públicas que la subvencionan ni los servicios por los que obtiene de esos ingresos.
En el caso de Retorna, su red es incluso más opaca. No facilita información sobre su financiación, no tiene una sección de transparencia ni muestra sus cuentas de resultados. No obstante, sí reconoce las entidades que impulsaron su nacimiento, desde Greenpeace hasta Amigos de la Tierra, pasando por CCOO o Ecologistas en Acción, entre otros. También el Gremi de Recuperació de Catalunya, una liga de empresas que en 2017 también recibió un pago de Tomra: 45.000 euros.
Las diferentes ayudas económicas de la multinacional a los dos socios de la Alianza, en especial a Retorna, coinciden en el tiempo con los planes de Tomra para España. Según un informe de inversores de Tomra al que ha tenido acceso este diario, la cotizada noruega resolvía en el año 2016 su intención de implantar 15.000 máquinas en España antes del año 2018.
Cada una cuesta entre 15.000 y 24.000 euros al comerciante, un negocio que podría reportar a la empresa un monto de 300 millones de euros. Antes de la publicación del informe, los pagos de Tomra al lobby ecologista eran de 550.000 euros. Después, ascendieron hasta los 2,5 millones.
Pese a que la multinacional noruega, especializada en maquinaria de reciclaje y recuperación de envases, dirige las campañas publicitarias y proyectos pioneros para implementar un sistema que le beneficia, Greenpeace adopta una posición amable con la empresa.
En conversación con este periódico, un portavoz de la ONG medioambiental ha declarado no estar al tanto de las operaciones de Tomra para beneficiar a Retorna y Rezero pero, en todo caso, que Greenpeace “no las puede fiscalizar a ese punto [dado que] siguen de acuerdo con los objetivos de la Alianza Residuo Cero”.