Sabemos que la reina Letizia ha visto la entrevista de Oprah Winfrey que el pasado lunes emitió la cadena americana CBS al Príncipe Harry de Inglaterra y a su mujer, Meghan Markle. Lo que no podemos saber es qué sintió o pensó en el momento en el que la actriz le confesaba a la periodista americana que no se sintió apoyada en ningún momento por la institución ni por la familia de su marido cuando entró a formar parte de la realeza británica.
Puede que Letizia se sintiera identificada con ella en ese preciso instante, pero la determinación de cada una ha sido muy distinta. Meghan, la consorte del príncipe británico Harry, decidió poner tierra de por medio y marcharse a la otra parte del mundo con su marido, mientras que la nuestra plantó cara a su destino aprendiendo y trabajando para vencer, como hemos podido ver, a todos y cada uno de los obstáculos que se le interpusieron por el camino.
Seguramente a muchos monárquicos españoles acérrimos esta entrevista les ha despertado un recuerdo, de allá por 2004, cuando ellos mismos estaban seguros de que la recién llegada Princesa de Asturias, Letizia Ortiz, la periodista, acabaría siendo una 'Meghan Markle' para la Corona española al aceptar entre sus filas a una plebeya que no conocía las reglas del juego. Hasta su propio suegro, Juan Carlos, comentó en alguna ocasión que "se iba a cargar la monarquía".
"La Reina no es la actriz, ni mucho menos Lady Di. "Lo primero porque siempre ha sido una mujer con los pies en la tierra; nunca entró en Zarzuela pensando que iba a ser un cuento de hadas; ella era consciente perfectamente de dónde entraba. Para ella aquello fue un cambio de trabajo, dejó de ser periodista para pasar a ser Princesa de Asturias. Dejó TVE para servir a España. Así, sin más", confiesa a EL ESPAÑOL una amiga íntima de la Reina cuando le sugerimos la comparación con las mujeres de la familia real británica.
Hijas de la clase media
Las comparaciones son inevitables porque en el caso de la actriz y la periodista, ambas vienen de familias de clase media, sin ninguna relación con los círculos royals en los que crecieron sus respectivos maridos. "Sí, pero Letizia se casó con el heredero, no con un nieto de la Reina. El Príncipe Felipe tenía claras sus prioridades y estuvo dudando si seguir con su relación. No sabía si al ser divorciada ella iba a poder casarse con la periodista Ortiz y ser Reina. Finalmente, el tiempo les ha dado la razón como pareja. Se basa en el amor, que no dudo que Harry y Meghan lo tengan, pero también en una clara concepción de su deber, en hacer equipo. Felipe lo tenía marcado a fuego", cuenta la misma persona.
Hacer equipo con su esposa, cumplir con sus obligaciones constitucionales. Eso ha quedado patente en estos últimos meses. Felipe VI está solo, ha tenido que sacrificar todas sus relaciones familiares con los Borbón por culpa de ciertas actividades incívicas de su familia. La última, la vacunación de sus dos hermanas, las infantas Elena y Cristina, en Abu Dabi. "El Rey se apoya en su mujer, la Reina, y en sus dos hijas. Los cuatro son las patas sobre las que sustenta el reinado. Las decisiones no las toma solo; ella le aconseja y apoya, son un matrimonio, un equipo. Y esto sabemos que con Lady Di no ocurría en realidad. Aunque entre los mitos, entrevistas, series… ya nadie sabe qué fue lo que ocurrió", añade la misma fuente.
"A Letizia se le valora más por su trabajo fuera de España que dentro. Mira el documental de la periodista alemana". Nuestra fuente se refiere al programa De profesión: Reina, realizado por Julia Melchior para la cadena ZDF, en el que destacaba "su pasión, el tiempo que dedica a preparar cada encuentro". La periodista alemana llegó a decir a los medios españoles que si ella fuera española "estaría orgullosa de tenerla como reina". "¿Cuándo se ha dicho eso de Meghan Markle?", se pregunta la amiga de la esposa de Felipe VI.
Lo cierto es que cuando no pocos vaticinaban que la asturiana iba a ser la bomba que haría explotar por los aires la institución, ha resultado ser la calma en la tempestad creada por la familia Borbón. Cuando hace unos meses Felipe VI tuvo que estar 15 días haciendo cuarentena por un contacto estrecho con una persona positiva en Covid-19, la Reina tomó la agenda real, y sin temblarle el pulso, representó al Jefe del Estado en los actos de esas dos semanas. Fue unánime el reconocimiento sobre su profesionalidad, sobre el tesón con el que aborda su labor y sobre el gran papel que hace en representación de la Corona.
Sin embargo, no se pudo hablar de una sustitución, fue un apaño para aquel momento que puso en evidencia la urgente necesidad de una Ley de la Corona que rehaga el Título II de la Constitución, porque hace falta que se regulen las funciones de la consorte. Está fuera de toda discusión que Letizia no es Lady Di ni tampoco tiene intención de ser Meghan Markle. "Ella tiene claro que es su trabajo, su deber y que hace equipo con su marido. Es una Reina del 2021, nada de cuentos de hadas; ella es una mujer de su tiempo", sentencia la misma amiga de la ex periodista.
Casi 18 años después de entrar en palacio, al ser presentada como prometida en noviembre de 2003, y casi siete años como Reina, se puede firmar que no es la más simpática de todas las soberanas europeas, pero cuesta encontrarle fallos en su trabajo. Aunque su perfeccionismo y afán de control parecen pasarle factura en algunos momentos. Recordemos la escena con su suegra en Palma de Mallorca. Letizia y Meghan, la periodista y la actriz, sólo se parecen en que aterrizaron inesperadamente en dos de las familias reales más antiguas de la Historia. También en que despertaban el mismo temor entre los monárquicos más conservadores. Pero en el caso español, el andamiaje de la Monarquía no se ha resentido con el 'efecto Letizia', sino que se ha convertido en el pilar más firme del reinado de su marido, Felipe VI. Y ni mucho menos es una amenaza a la Corona, sino más bien su mejor valor en alza.