“300 horas de consultoría presencial. Buenos Aires, Colombia y México”. Con esa breve descripción se compone la factura que Juan Carlos Monedero, cofundador estrella de Podemos, le giró a la empresa Neurona. 26.200 euros le pagaron por aquello. Bien pagados, a casi 90 euros la hora, pero el precio ahora podría ser más elevado. Esa es la factura que podría tumbar, definitivamente, a Monedero. Este lunes tendrá que hacerle frente.
Hubo un tiempo en el que Podemos era la esperanza. Su estrategia de asaltar los cielos caló. ¡Por fin una formación alternativa a esas que, a ambos bandos de la ideología, se parecen demasiado entre sí! Pero las alas de cera del Ícaro se han ido derritiendo por el camino. Primero fueron las luchas cainitas. Luego, el poder; los viejos vicios de la casta, la colocación de amigos y los escándalos de corrupción que afloran como si el partido morado fuera el PP de la vieja guardia.
Todo esto lo encarna a la perfección Juan Carlos Monedero (58 años). Intelectual de referencia en la izquierda, gurú de cómo había que ver las cosas, él y un grupo de colegas de la Universidad Complutense de Madrid decidieron un día formar Podemos. El inicio fue idílico, lleno de proclamas grandilocuentes y habitando un espectro ideológico que hasta entonces no tenía partido que lo representase. Pero su llama se apagó en 2015 tras defraudar a Hacienda por un trabajo al Gobierno venezolano y tuvo que dejar el partido, aunque siguió en su órbita. Ahora, está imputado.
Este lunes 15 de marzo, Juan Carlos Monedero acudirá a los juzgados de Plaza de Castilla, en Madrid, para declarar como imputado en el llamado Caso Neurona. El juez Juan José Escalonilla, que le ha citado a las 11.30 de la mañana, cree que esa factura de 300 horas de consultoría presencial es falsa y que se elaboró ad hoc para camuflar una comisión por facilitar el desembarco de Neurona en España a finales de 2018.
El Caso Neurona se ha convertido en el verdadero talón de Aquiles de la formación morada, el lío judicial que más dolores de cabeza le está trayendo ahora mismo a la formación liderada por el vicepresidente segundo, Pablo Iglesias. Escalonilla, titular del Juzgado de Instrucción número 42 de Madrid, sospecha sobre los pagos que Podemos realizó, de 363.000 euros provenientes de subvenciones públicas, a la empresa consultora mexicana Neurona Consulting que ha asesorado a múltiples gobiernos populistas de América Latina.
La empresa fue contratada, supuestamente, para realizar contenidos electorales de cara a las elecciones generales del pasado mes de abril de 2019. El juez, sin embargo, cree que esos trabajos nunca se llegaron a realizar y su opinión es compartida tanto por la Fiscalía de Madrid como por el Tribunal de Cuentas, el órgano responsable de monitorizar el dinero de los partidos políticos. Podemos, que como partido político está imputado, se enfrenta aquí a unos presuntos delitos de falsedad documental y fraude electoral.
Desde que Juan Carlos Monedero tuvo que dejar Podemos en 2015 ha seguido ayudando ideológicamente a la formación y ejerciendo como intermediador a favor del partido. Aún así no ha dejado la actividad privada y, en 2019, ganó 162.000 euros que le entraron por 15 vías distintas. La otra cara de la moneda de esa bonanza es su sociedad unipersonal que, desde que no ingresa del Gobierno venezolano, no levanta cabeza: en 2019 registró una deuda de 1,1 millones de euros.
La prueba de que sigue metido hasta el fondo en Podemos es que este lunes no irá solo a declarar. Junto a él, acudirá como testigo Eric Alfredo Guerrero Márquez, un mexicano viejo amigo de Monedero que llama la atención a todos por su forma de vestir, como un auténtico dandi. Quizás es por eso, por los colores de su ropa, que le apodan El Colibrí. Se trata de uno de los personajes más desconocidos de la trama, pero es asistente de Podemos en el Congreso de los Diputados y el juez sospecha que él redactó los contratos de Podemos con Neurona.
‘El Colibrí’, un dandi
Entre el 19 y 23 de noviembre de 2018 se celebró en la capital argentina, Buenos Aires, el 1º Foro mundial del pensamiento crítico. Bajo ese nombre rimbombante se reunieron ahí grandes dirigentes de la izquierda populista latinoamericana. Acudieron la expresidenta argentina, Cristina Fernández, la exmandataria brasileña, Dilma Rouseff, y el expresidente uruguayo, José Mugica. Entre todos ellos estaba un español venido a menos tras salir de su partido pero con notable poder de influencia en el puente Latinoamérica-España: Juan Carlos Monedero.
El acto, organizado por el Consejo Latinoamericano de Ciencias Sociales (Clacso), está considerado como el momento en el que Podemos acordó colaborar con Neurona Consulting. Hasta ahí se desplazó César Hernández Paredes, director de la consultora y amigo íntimo de Juan Carlos Monedero. Basta con otear sus redes sociales para ver cómo comparte comidas y experiencias con su amigo de la formación morada. Hernández Paredes ya conocía al jefe de comunicaciones de Pablo Iglesias, Juanma del Olmo, también imputado por la causa, y en esos días de noviembre cuajó todo.
Y ahí aparece también Eric Alfredo Guerrero Márquez, El Colibrí, amigo de Monedero y, casualmente, miembro igualmente del Clacso. Según ha podido comprobar EL ESPAÑOL, Márquez estudió Derecho en la Universidad del Valle de México, donde se licenció en 1992, y un máster en Política Pública en el Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, en 2006.
Sin embargo, este hombre de llamativas vestimentas y mensajes combativos, ya rondaba por España a principios de la década pasada. Desde 2012 ya aparece dando conferencias en Madrid y en 2014 figura como coordinador de clases online del Clacso que impartía Juan Carlos Monedero y de vez en cuando acudía a su programa, Otra vuelta de Tuerka, como tertuliano. También ha participado en actos con Pablo Gentili -miembro del Clacso, exjefe de gabinete de Pablo Iglesias, presentados ambos por Monedero- y con Dina Bousselham, exasesora del vicepresidente segundo y actual directora del medio de propaganda de Podemos, La Última Hora.
Tras fraguarse en el campo del pensamiento político latinoamericano, Eric Alfredo entró en Podemos prácticamente a la vez que Monedero, con la creación del partido en 2014. Desde entonces, siempre ha estado ligado a la formación morada y a su cofundador. Aunque hasta hace poco no ocupaba ningún cargo orgánico en la formación, este diario ha podido comprobar que desde enero de 2020, a la vez que Podemos entraba en el Gobierno de coalición, se premió la lealtad de Eric Alfredo y era nombrado asistente para la formación en el Congreso de los Diputados. Ahí sigue a día de hoy, a la par que se muestra como doctorando en la Universidad Complutense de Madrid, cuna de Monedero y de Podemos.
El Colibrí también tendrá que ir a declarar, aunque como testigo, el mismo día que su amigo Monedero, este lunes 15. El juez Escalonilla y los investigadores consideran que él es el “Eric” responsable de redactar los contratos de Podemos con la consultora Neurona para unos trabajos que supuestamente no se llegaron a realizar nunca. Hacia él apunta el denunciante, el abogado purgado de la formación morada, José Manuel Calvente, en una versión que goza de la credibilidad de las autoridades judiciales.
Como en Podemos todo queda en casa, el contrato redactado por Eric Alfredo tuvo lugar antes de los comicios de abril de 2019 y después de la presunta comisión que se llevó Monedero por poner a ambas partes en contacto. Los investigadores consideran que la factura del cofundador de Podemos es falsa porque la emitió Neurona, y no él, un domingo 30 de diciembre. El hecho de que fuera un día no laborable, el penúltimo día del año y que aparezca, aún así, como la “factura número 1” ha hecho levantar las sospechas. Más aún cuando el concepto es el de “consultoría”, algo muy difícil de demostrar y una figura habitual en las facturas falsas.
Una deuda millonaria
Esta no es la primera vez que Juan Carlos Monedero se ve envuelto en polémicas económicas. Él estaba llamado a ser un Pablo Iglesias, uno de los fundadores de Podemos que llegaría a lo más alto. Su lealtad al líder le apuntalaba en la cúpula y todos los éxitos de la formación habrían sido también los suyos propios. Sólo ha tenido un problema personal grande con Iglesias, ya salvado, y es el que le hizo tener que salirse de la primera línea de la formación morada: su lío con Hacienda.
Esta caída comenzó cuando, en 2013, el cofundador de Podemos cobró 425.150 euros por parte del Gobierno de Venezuela. En una situación asombrosamente parecida a la actual, el trabajo también fue de asesoramiento y nunca quedó claro del todo qué en concreto asesoró para cobrar tal cantidad de dinero. Lo que sí que hizo fue crear la empresa Caja de Resistencia Motiva 2 Producciones SL, una sociedad unipersonal para canalizar esos ingresos.
Hacienda le acusó de haber creado esa sociedad exclusivamente para tributar como empresa en vez de haberlo hecho como rentas del trabajo. Si bien Monedero nunca quiso confirmar ese extremo, pagó una multa de 200.000 euros para evitar la sanción fiscal y se salió de Podemos, de manera más teórica que práctica, para que el barco no se hundiera con él. Hoy en día, esa sociedad sigue existiendo, sigue estando a su nombre, sigue activa… pero es una ruina.
Según las cuentas del ejercicio 2019, a las que ha tenido acceso EL ESPAÑOL y que son las últimas entregadas, la Caja de Resistencia Motiva 2 Producciones tiene unas deudas a largo plazo de nada menos que 1,1 millones de euros. Algo que resulta muy llamativo para una empresa dedicada a la consultoría y que no cuenta con ningún empleado contratado ni tiene ningún tipo de tarea logística. Por otro lado, tiene un activo de 616.663,39 euros y la mayor parte de ese dinero son los 521.830,64 euros que le deben a él.
Otro de los asuntos más llamativos de sus cuentas es que los resultados de 2019 y de 2018 son prácticamente los mismos. Como si en un año no hubiera tenido ningún tipo de actividad o como si se hubieran cuadrado al milímetro. Aún con todo, registró unas pérdidas de más de 400 euros, lo que viene a reforzar la teoría de que la empresa se creó para cobrar del Gobierno venezolano. Sin ese medio millón proveniente del país latinoamericano, siempre se queda en números rojos.
A pesar de la deuda millonaria y de las pérdidas que registra su empresa, a Monedero no le va mal en su vida económica. Tiene dos inmuebles en propiedad, una finca en Segovia y una vivienda en Chamberí y, según la Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal (UDEF), que ha analizado sus cuentas en el marco del Caso Neurona, el cofundador de Podemos cobró en 2019 un total de 162.000 euros, un sueldo más elevado que si hubiera entrado en el Gobierno.
Sus ingresos, que reparte en siete cuentas bancarias, vienen de un total de 15 vías distintas. Entre ellas hay trabajos para productoras tanto españolas como iraníes, para museos como el del Prado, y recibe pagos también de universidades como la UNED y la Complutense. Todos esos trabajos, en la actualidad, los compagina con un pequeño programa en el periódico Público llamado En la Frontera. Desde ahí editorializa, hace entrevistas y saca a pasear su facilidad para el verbo fácil, la ironía y las frases gruesas.
Demasiados frentes judiciales
A principios de 2020, la cúpula de Podemos decidió despedir a los abogados del partido José Manuel Calvente y Mónica Carmona por estar investigando presuntas irregularidades internas. El movimiento fue, a todas luces, un error colosal. Desde entonces, Carmona y especialmente Calvente han estado denunciando ante las autoridades todas esas irregularidades que habían visto. Para defenderse, la formación acusó a Calvente de haber acosado sexualmente a su compañera, la abogada Marta Flor. La denuncia se mostró falsa y acabó archivada. Podemos reconoció, finalmente, el despido improcedente.
Con estos precedentes, a lo largo de 2020 se ha ido construyendo una compleja maraña de frentes judiciales que ahora asedian a Podemos. Desde el partido siempre argumentan que todo son invenciones y difamaciones, que ninguno de los casos acaba en nada, sin embargo, hay varias causas que siguen latentes y que suponen un peligro para el partido porque rozan muy de cerca a sus dirigentes políticos, Pablo Iglesias y su pareja, la ministra de Igualdad, Irene Montero.
El Caso Neurona es la joya de la corona. No sólo está Juan Carlos Monedero imputado, sino que también lo está el partido como tal y el responsable de Comunicación de Iglesias, su gran aliado, Juanma del Olmo. Pero también se están investigando unos extraños incrementos salariales por los que están imputados Daniel de Frutos, el tesorero, y la gerente de la formación, Esther Val. A ello hay que sumar la investigación sobre la Caja de Solidaridad del partido, donde donan sus sueldos, y el uso de ese dinero, tras una denuncia de la exsenadora morada Celia Cánovas.
Por último, Escalonilla también ha aceptado investigar el caso de Teresa Arévalo. Ese es el último y dicta que Arévalo, asesora del Ministerio de Igualdad de Montero, ha estado cobrando dinero público por hacer de niñera de los hijos de Iglesias y la ministra. Todo ello está muy lejos de quedar en nada, aunque sin ninguna duda eso será lo que vaticinará Juan Carlos Monedero frente a las cámaras este lunes, a su salida de los juzgados. Porque no lo podrá evitar, porque intentó ahorrarse el paseíllo y no le dejaron. Se le verá entrando y saliendo de declarar y dirá que tampoco es para tanto, que las víctimas son ellos.