Acaba el mes en el que la movilidad dentro de las ciudades ha cambiado para siempre. La razón: ya está en vigor la nueva normativa de la Dirección General de Tráfico (DGT) en la que cambian los límites de velocidad intramunicipal. Así, desde el pasado 11 de mayo, la nueva velocidad máxima en las calles de un solo carril o de un único carril por sentido de circulación es de 30 kilómetros por hora, una medida que afecta a entre un 60 y un 70 % de las calles de este país. Y, como consecuencia, se están avistando varios radares de velocidad —fijos y móviles— en varias localidades de España, cuyo fin es vigilar que los conductores cumplen con la nueva normativa.
Estos conductores, si superan la velocidad límite, pueden ser multados con una multa de entre 100 y 600 euros por exceso de velocidad. No obstante, SocialDrive, una red social para conductores, ha seguido informado de los nuevos controles que hay en las ciudades españolas. Así, la plataforma explica que desde el pasado 25 de mayo, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado han ido poniendo varios sistemas de control de velocidad en ocho puntos regados por todo el país. Pero también se han instalado nuevos radares fijos en algunas ciudades de España que controlan que los conductores vayan a la velocidad adecuada.
De esta manera, la red social ha publicado que en Palencia, concretamente en un arcén cercano a la avenida de Asturias, se para un coche camuflado que tiene un radar de velocidad. También en Santiago de Compostela se ha avistado otro con radar en su interior. Lo curioso en este caso es que el coche tiene más de 20 años de antigüedad. Se trata de un de un Citroën Xantia azul oscuro. Así que si circula por Galicia y lo ve, sepa que controla su velocidad. Sin salir de Galicia, pero en este caso en la avenida de Arteixo, en La Coruña, también circula un coche gris, un Peugeot 307, que también tiene un radar.
Si viajamos a la Comunidad de Madrid, sepa que se ha visto un veloláser anclado a una farola en la M-507, muy cerca de la gasolinera del municipio Villa del Prado. También, SocialDrive ha informado de que se han instalado dos nuevos radares fijos. Por un lado, en la avenida Miguel de Unamuno de Alcalá de Henares. Y, por otro lado, en la avenida Gustavo Adolfo Bécquer, en la capital. Muy cerca del estadio Metropolitano.
En otras comunidades autónomas la tónica es similar. Por ejemplo, en Andalucía —Málaga, concretamente—, también se ha visto en la última semana que las autoridades instalan un veloláser en la avenida Salvador Allende. O, también, en Cataluña también proliferan los controles. En este caso, en el municipio gerundense Riudellots de la Selva, también han puesto un trípode escondido tras una parada de autobús.
La nueva medida
Todos estos detectores de velocidad tienen el objetivo de controlar si los usuarios de la vía cumplen la nueva normativa de velocidad dentro de los municipios. Esta nueva medida nace tras la modificación del artículo 50 del Reglamento General de Circulación en lo que se refiere a los límites de velocidad en zona urbana. Según el ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, el objetivo que persigue la Dirección General de Tráfico (DGT) con la reducción del límite de velocidad máxima en ciudad es el de “bajar cinco veces el riesgo de fallecer como consecuencia de un atropello”.
El texto fija, de esta manera, tres límites genéricos de velocidad en las vías urbanas: 20 kilómetros por hora para las calles de plataforma única de calzada y acera; 30 kilómetros por hora para las de un único carril por sentido de circulación y 50 kilómetros para las de dos o más carriles por sentido. En este último caso, 40 kilómetros por hora para los vehículos con mercancías peligrosas y para las travesías. Los carriles bus o reservados para taxis u otros usuarios no cuentan con estas limitaciones genéricas.
Estas nuevas velocidades máximas han entrado en vigor, como se ha apuntado, este 11 de mayo. En consecuencia, si los conductores los incumplen podrán ser sancionados. En este sentido, saltarse el límite de velocidad podrá suponer una multa de entre 100 y 600 euros. En el caso de las infracciones menos graves no acarrerá la retirada de puntos. Por el contrario, en las muy graves se detraerán seis puntos de carnet. El baremo para establecer la sanción, como siempre, dependerá del exceso cometido.
Pese a ello, “esta nueva medida, ampliamente demandada por los ayuntamientos para poder tener un paraguas normativo bajo el que poder aplicar los 30 km/h en sus localidades, permitirá reducir en un 80% el riesgo de fallecer como consecuencia de un atropello. Se trata además de una medida necesaria a la vista de que el 82% de los fallecidos en ciudades en 2019 fueron usuarios vulnerables, es decir, peatones, ciclistas y motoristas”, ha explicado la propia DGT.
Para el ministro del Interior, Grande-Marlaska, además, esta reforma legal “sitúa a España a la vanguardia de un movimiento global que, alineado con los Objetivos de Desarrollo Sostenible de Naciones Unidas, quiere que nuestras ciudades sean más humanas, que nuestras calles sean calles de vida y para la vida”.
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