Albert Rivera junto a los cuatro presidentes de parlamentos autonómicos que tiene Cs, uno de ellos el murciano Alberto Castillo.

Albert Rivera junto a los cuatro presidentes de parlamentos autonómicos que tiene Cs, uno de ellos el murciano Alberto Castillo. Cedida

Reportajes

Alberto Castillo, de azote de Jesús Gil en las ondas a presidente tránsfuga de la Asamblea de Murcia

El presidente del Parlamento avanza que emprenderá acciones legales para recurrir su "expulsión de facto" de Ciudadanos y para restituir su honor

2 junio, 2021 03:52
Murcia

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En los años noventa pocas cosas enturbiaban la rutina diaria del entonces alcalde de Marbella, Jesús Gil y Gil. El regidor -y presidente del Atlético de Madrid- gozaba de mayoría en las urnas y de popularidad gracias a 'Las noches de tal y tal': un programa de Tele 5, donde lo mismo se marcaba un monólogo con su caballo Imperioso, que se metía en un jacuzzi con las explosivas Mama Chicho luciendo bikini. Una de esas pocas cosas que le podían fastidiar el día a Gil y Gil eran los artículos de opinión de un periodista murciano: Alberto Castillo, actual presidente de la Asamblea Regional.

Castillo vivió durante nueve años en Málaga donde fue director de programas para Antena 3 Radio y escribía a diario una columna de opinión en la edición andaluza de El Sol. En esa sección criticaba "el ordeno y mando" de Jesús Gil y Gil al frente del Ayuntamiento de Marbella y el regidor marbellí vetó al periodista murciano. De hecho, prohibió su entrada a los plenos hasta que ambos limaron asperezas en una comida.

Esa anécdota es solo un botón de muestra de que Alberto Castillo (Murcia, 1965) es un hombre que no se achanta y que habla claro: lo hizo cuando era periodista y ahora que es político. Tanto es así que este martes, después de leer en EL ESPAÑOL que su "expulsión de facto" en Ciudadanos le convierte en el primer presidente tránsfuga de un Parlamento autonómico, no dudó en anunciar que recurrirá la decisión en los tribunales: "Seré el primero que lleve a Inés Arrimadas a un juzgado".

El presidente de la Asamblea Regional siempre actúa guiado por su convicción. Prueba de ello es que ese niño que se crió en el Barrio de San Lorenzo en el seno de una familia creyente y se formó en el Colegio Maristas de Murcia, en cuanto superó la mayoría de edad decidió convertirse en cura. "Durante más de dos años recibí formación en Teología en el Secretariado de Catequesis Diocesana de Cartagena para ser religioso, pero el servicio militar y una crisis de fe lo interrumpieron todo".

Castillo no se puso el alzacuellos ni llegó a oficiar misa ante una parroquia llena de fieles, pero sí que acabó hablando a diario para miles de fieles radioyentes. "Llevo mucha mili en la radio, treinta y dos años dan para mucho". A Alberto Castillo le ficharon para el periodismo y también le ficharon para la política: nunca buscó por iniciativa propia ni el micrófono de la radio ni el de la Asamblea Regional.

Jesús Hermida, Raphael...

"Siempre estudiaba con el transistor, escuchando de madrugada el programa 'Estamos contigo', al que llamé varias veces para responder a preguntas de cultura, y un día el director de Radio Juventud, Adolfo Fernández, se puso en contacto conmigo para ofrecerme un programa sobre costumbres y tradiciones de Murcia". A partir de ese momento, tanto le picó el gusanillo radiofónico,  que decidió acudir a la Escuela de Radio dando el pistoletazo de salida a una exitosa carrera: formó parte del equipo del mítico Jesús Hermida, cuando conducía 'Viva la gente'.

"En aquella época estaba en Málaga y Jesús Hermida me dio en su magazine de Antena 3 Radio una sección llamada 'Leyendas de Andalucía'". Entre los compañeros de Castillo también estaba la periodista Nieves Herrero: "Ella tenía la sección 'Unidad Móvil Rosa', donde yo también intervenía porque en verano en la Costa del Sol había fiestas y se movía mucha información del corazón: Gunilla von Bismarck, Luis Ortiz...". 

El cantante Raphael junto a Alberto Castillo, en su etapa radiofónica, antes de convertirse en presidente de la Asamblea Regional.

El cantante Raphael junto a Alberto Castillo, en su etapa radiofónica, antes de convertirse en presidente de la Asamblea Regional. Cedida

Castillo asistió a saraos y se recorrió Andalucía con el camión estudio de Antena 3 Radio llegando a realizar programas con Mayra Gómez Kemp: la actriz, cantante y presentadora del inolvidable concurso 'Un, dos, tres...' de TVE. Tocó todos los palos, hasta un programa de copla junto a la leyenda -y Premio Ondas- Jose Luis Pecker, en el que intervinieron divas de la canción del momento como Marifé de Triana.

La Costa del Sol la cambió en los noventa por la capital del Segura donde fue director de Programas e Informativos de Radio Murcia Cadena Ser. En esa etapa, Alberto Castillo también vivió grandes momentos como la visita a la emisora del cantante Raphael, con motivo de una gira, incluso llegó a protagonizar él mismo algunos lances destacados, comos los debates políticos que moderó en la Asamblea Regional -a cuya presidencia llegaría muchos años después-.

- Señor Castillo, si a usted le hubiese tocado cubrir como periodista esta legislatura marcada por la moción de censura en la Región de Murcia: ¿Qué titular le habría puesto al mandato?

- Legislatura histórica: ¡Si es que no hay otro! El año que viene se cumplen cuarenta años del estatuto de autonomía y mira a ver cuál ha sido la legislatura más convulsa, al margen de aquella con la moción de censura para quitar a Carlos Collado como presidente de la Región de Murcia: aquel golpe de estado que el PSOE le dio a su propia gente.

El ERE de Prisa

La exitosa carrera radiofónica de Albero Castillo en el Grupo Prisa llegó a su fin con un ERE en el que negoció su jubilación. Eso sobre el papel, porque la pasión periodística no la ha perdido ni la perderá porque es un fervor similar al que siente cuando ve los pasos de su querida Semana Santa: "Soy cofrade de Nuestro Padre Jesús y del Rescate en Murcia y de Nuestro Padre Jesús El Rico de Málaga que cada año indulta a un preso".

Precisamente, en Ciudadanos no van a indultar a Alberto Castillo ni aunque se encomiende a la cofradía malagueña de El Rico. El actual presidente de la Asamblea Regional será expulsado tras haberse abstenido en dos votaciones clave para el partido naranja.

La primera, el 18 de marzo, cuando no votó a favor de la moción de censura de Cs y PSOE para arrebatar la presidencia de la Región al PP. Esa abstención de Castillo fue la guinda al 'tamayazo' que protagonizaron sus compañeros Isabel Franco, Paco Álvarez y Valle Miguélez, cuyos votos en contra de la iniciativa salvaron al presidente popular Fernando López Miras.

La segunda, ocurrió a principios de abril, en una reunión convocada por los parlamentarios tránsfugas. El objetivo era decidir el reparto de las comisiones de control al Ejecutivo y de la portavocía de Cs en el Parlamento. En la votación, Álvarez, Franco y Miguélez, se posicionaron a favor de dejar sin funciones a la coordinadora autonómica, Ana Martínez Vidal, y sustituir al portavoz, Juan José Molina. El voto de Castillo era crucial y se abstuvo declinando la balanza del lado de los autores del 'tamayazo' murciano: tomaron el control del Grupo Parlamentario Ciudadanos.

El presidente de la Asamblea, Alberto Castillo, con la coordinadora autonómica de Cs, Ana Martínez Vidal.

El presidente de la Asamblea, Alberto Castillo, con la coordinadora autonómica de Cs, Ana Martínez Vidal. Cedida

- Usted firmó la moción de censura cuando se la entregó el vicesecretario general de Cs, Carlos Cuadrado. ¿Por qué motivo se abstuvo el día de la votación si la moción ya estaba tumbada con los votos de sus tres compañeros tránsfugas y de los tres diputados expulsados de Vox?

- La noche que nos presentaron la moción de censura yo la llamo: 'La noche de los cristales rotos'. Me llamó la atención que en el PSOE nadie había firmado la moción, solo nosotros, pero todo eso lo analizas después y luego te enteras de que la comisión ejecutiva nacional no sabía nada y tampoco el consejo general, que es el máximo órgano de Ciudadanos. Entonces, te surgen una serie de dudas y sí que me abstuve. Me acogí al reglamento de la Cámara que dice que el presidente de la Asamblea Regional debe evitar tomar partido por alguno de los bandos que se puedan originar en el Parlamento. Me abstuve, pero es que mi voto no era decisorio.

- Cuando Cuadrado le dio la moción para firmarla: ¿Qué le dijo?

- No dije si estaba a favor ni en contra. Aquello nos pilló a todos con el paso cambio. Se nos dijo que la Comunidad Autónoma y el Ayuntamiento de Murcia iban en el mismo paquete y lo que no se ha contado es que Mario Gómez se cabreó muchísimo. Se metió en un despacho más de media hora con Carlos Cuadrado porque no veía que el Ayuntamiento fuese en el mismo paquete: las primeras palabras de Mario fueron que la Alcaldía de Murcia era suya. Lo que luego se habló en ese despacho no lo sé.

- Disculpe mi insistencia, imagino que en su fuero interno opinaría algo sobre la moción que su partido le planteó al PP que hasta ese momento era su socio en el Gobierno regional y el Ayuntamiento de Murcia...

- Pensé que era errónea y que no tenía base ni fundamento porque si el Ayuntamiento de Murcia era sospechoso de algo por los contratos que los compañeros le habían pasado a la UDEF (Unidad de Delincuencia Económica y Fiscal): ¿Dónde están las sospechas o la corrupción en la Comunidad Autónoma? No las vi nunca. Todo venía por una guerra interna entre dos personas (Isabel Franco y Ana Martínez Vidal) por ver quién mandaba en el grupo parlamentario. A ver si ahora vamos a creer en los Reyes Magos.

-¿Qué valoración hace de la situación política que hay actualmente en la Región de Murcia tras la moción de censura?

- Hace falta consenso. Vamos a dejarnos de historias: de tránsfuga uno, tránsfuga el primo, tránsfuga el amigo... Vamos a cogernos de la mano y a trabajar. Los partidos se piensan que todo esto interesa a la sociedad civil, podemos salir a la calle a hacer encuestas, y lo que la gente quiere es cobrar su ERTE, solucionar el cierre de su negocio por el coronavirus... Que en la Asamblea se estén llamando unos a otros tránsfugas: ¿Tú crees que eso interesa a la gente? Vamos a ser serios, coño. Eso le interesa a los que estamos metidos en el ajo, a los políticos y a los periodistas. Veo la cosa como es, por esos 32 años de periodismo que llevo en mis costillas.

- ¿Usted se considera un tránsfuga?

- Me mantengo fiel al pacto de mayo de 2019, entre Ciudadanos y PP. No se puede olvidar que el PP votó que yo fuese presidente de la Asamblea porque entraba en el pacto: ¿Eso es ser tránsfuga? Y los dos (Ana Martínez Vidal y Juan José Molina) que rompen el pacto: ¿Eso no es transfuguismo? La misma persona que negociaba los presupuestos (Ana Martínez Vidal), estaba negociando la moción de censura: ¿Qué locura es esta? No me hace gracia lo de tránsfuga, pero ese discurso caduca cuando te lo dicen tres veces, entonces el discurso hay que cambiarlo y trabajar por Murcia. Insisto: hasta que no se pronuncie la Justicia, yo no sé si soy un tránsfuga, a ver si tenemos la presunción de inocencia para todo el mundo y para mí no.

- ¿Por qué piensa recurrir en los juzgados su expulsión de Ciudadanos?

- En primer lugar, el comité de garantías me dio 24 horas para alegar a mi expediente de expulsión cuando el plazo es de tres días. En segundo lugar, el artículo 67 de la Constitución dice claramente que el diputado no está sujeto a imperativo de ningún partido y esto también lo refleja el Estatuto de Autonomía de Murcia. En tercer lugar, en Madrid sabían cuál iba a ser mi posición en la votación del grupo parlamentario y me dijeron que lo importante es que Ana Martínez Vidal y Juanjo Molina no se fuesen al grupo mixto y yo les dije que con mi voto eso no pasaría. Todo esto se verá en un juzgado. Voy a denunciar al partido por intromisión en mi honor y recurriré mi expulsión y aportaré pruebas al juez: tengo pantallazos con amenazas e insultos de miembros de la ejecutiva actual de Murcia por mi abstención.

La leyenda radiofónica José Luis Pecker, la coplista Marifé de Triana y el periodista murciano Albert Castillo.

La leyenda radiofónica José Luis Pecker, la coplista Marifé de Triana y el periodista murciano Albert Castillo. Cedida

Castillo -casado y con dos hijos- fue fichado como independiente en las pasadas elecciones autonómicas para ocupar el número cuatro de las listas. El objetivo de Cs era sacar rédito electoral de este reputado periodista radiofónico, con un discurso sin pelos en la lengua, y que además contaba con muchos seguidores tanto en el mundo del toro como del folclore, por su faceta como comentarista taurino y folclórico. Todo ello, sin olvidar su tirón en los ambientes cofrades por su libro: Murcia, la pasión del Barroco.

- ¿Está arrepentido de haber dado el salto del periodismo a la política?

- En aquel momento, cuando me llamaron de Ciudadanos, yo estaba jubilado tras el gran ERE del Grupo Prisa y era miembro del Colegio de Periodistas y presidente de la Fundación de la Asociación de Prensa. Me ofrecieron entrar en política y la idea me gustó porque era un partido de centro y soy un enamorado de la UCD, de lo que consiguió en este país con el cadáver de Franco todavía caliente. Yo soy un convencido del centro y en aquel momento estaba clara la historia: Albert Rivera abrió la puerta a mucha gente de la sociedad civil que no teníamos antecedentes políticos.

- Usted se abstuvo en la moción de censura que presentó Cs al PP y cuando el partido expulsó a sus compañeros por votar contra esa moción se volvió a abstener permitiendo que controlasen el Grupo Parlamentario de Ciudadanos. ¿Por qué no se ha mojado en los momentos clave de la formación?

- Mi postura en la guerra orgánica es la abstención. Mi conciencia está muy tranquila. Yo no estoy aquí para guerras internas, yo estoy aquí para lograr el consenso y para dialogar. No he venido a hacer carrera política, en absoluto. Soy un señor que volverá de nuevo a su pensión de jubilación. Todo esto de presidir la Asamblea Regional no me sirve de nada para la cotización como dicen algunos. Cuando la legislatura acabe volveré a ser un pensionista y esto será la experiencia más bonita que he tenido en mi vida y que está siendo la más jodida y dolorosa.

- Por sus palabras y a pesar de su "expulsión de facto" de Cs, entiendo que usted acabará la legislatura como presidente de la Asamblea Regional y después dejará la política: ¿Es correcto?

- Hombre por Dios. Claro, pijo. Yo no he venido a hacer carrera ni mi vida está en la política. La decisión la tenía tomada desde hace tiempo: ¡Menuda legislatura! Solo hay que ver a mis predecesores, Paco Celdrán presidió la Asamblea durante veinte años con una mayoría comodísima y holgada sin que nadie le tosiera. Rosa Peñalver, luces y sombras, pero había consenso en la Cámara y tenía un grupo fuerte detrás y la legislatura pasada no tenía nada que ver con esta que ha tenido todos los males: ¡Las plagas de Egipto! Yo llegué aquí como independiente. Si usted quiere que yo me vaya de la Asamblea Regional ponga usted una moción de censura. Ponga otra moción. ¡Necesitan 23 votos! ¿A ver de dónde los sacan?

- ¿Qué futuro le augura a Ciudadanos?

- Dios quiera que tengan suerte. No puedo renegar de mis principios, creo que el centro político cada día es más necesario. No podemos centrarnos en la izquierda y en la derecha. Soy un convencido del centro y un hijo del milagro de la Transición cuando en una mesa se sentaron Fraga, Carrillo y Suárez, las dos Españas que se habían pegado tiros. ¿Por qué eso no se puede conseguir ahora? Creo que el centro hace falta como el comer y además soy un convencido de las políticas liberales.

También le digo que el PSOE de 1982 nos vino muy bien, pero eran otras personas y otras políticas. Eran señores y mira que teníamos España llena de cadáveres, pijo. Estaba más próximo un golpe de estado y se salió de todo con diálogo. ¿Qué nos pasa cuarenta años después? Ojalá remonte el proyecto de Ciudadanos: es necesario. Las cosas claras. No me voy a esconder ahora: soy cristiano practicante y yo le juro que es lo que deseo, que remonte el vuelo, porque hay gente muy válida. Eso sí, también hay 'mala hierba' y habrá que limpiar el campo.