Probamos cinco pintas secretas de las mejores cervecerías de Madrid: las hay hasta por 5,50 euros
El 83,4% de los adultos de España reconoce que consume cerveza. Por ello, EL ESPAÑOL ha visitado los mejores locales especializados de la capital.
2 julio, 2021 02:10Noticias relacionadas
En España —con todo el respeto que merece nuestro tradicional vino— somos cerveceros. Salvo en el 2020, el año en el que el consumo de cerveza por persona decayó dos litros respecto al año anterior debido a la pandemia, quedándose en 50 anuales por persona, la tendencia en los últimos años ha estado al alza. Y ahora que ha llegado el verano en el que la vacunación avanza y la Covid-19 ha dado cierto respiro a la sociedad, los consumidores vuelven a salir a las calles ansiosos de tomarse unas cañas con los amigos y con la familia.
Es casi cultural lo de tomarnos unas cervecitas junto a unas tapas. Ejemplo de ello es que según la Asociación de Cerveceros de España, un 83,4% de los adultos de este país reconoce que consume cerveza, la bebida hecha a partir de la cebada —u otros cereales—, el lúpulo, la levadura y el agua. La mezcla y fermentación de estos ingredientes son las que hacen que haya cientos de estilos de cerveza: Lager, IPA, Stouts…
Por ello, en EL ESPAÑOL hemos querido darnos un paseo por Madrid y acudir a las mejores cervecerías de Madrid, según las opiniones de los consumidores y las referencias que tienen en Google. En cada una de ellas, este diario ha pedido que nos sirvan media pinta de alguna cerveza artesanal de origen español que triunfe entre los clientes.
Y, la verdad, nos hemos sorprendido porque las referencias cerveceras que hemos probado, aparte de estar buenas, no tenían precios desorbitados pues todas nos han costado entre 3 y 5,7 euros. Sin embargo, las pintas enteras de la misma cerveza cuestan entre 5,50 euros y 7 euros. A continuación, los sitios que hemos visitado junto a sus cervezas:
Cervecería Oldenburg
El paseo que nos hemos dado este jueves por la capital bajo un sol de justicia y a una temperatura media de 33 grados empezaba por la Cervecería Oldenburg. Este negocio se sitúa en el número 12 de la calle de Hartzenbusch, muy cerca de la conocidísima calle de Fuencarral. Allí nos atiende el dueño del local, Juan Carlos Cabezón (Madrid, 1985) con mucha amabilidad.
El cervecero regenta el negocio desde hace varios años y el gusanillo del lúpulo le picó desde pequeño debido a que su tío dirigía desde 1986 la Cervecería Oldenburg —aunque en otro local—. Tras su jubilación, Juan Carlos asumió el negocio que tiene unas 200 cervezas distintas en botellas y 10 en barril. Todas ellas son de distintos estilos y van rotando cada semana, así que si el consumidor acude al local no se aburrirá de beber siempre lo mismo.
Juan Carlos nos invita a tomarnos media pinta de una de las recomendaciones de la semana. En este caso, se trata de la cerveza Sons of the Clear, que tiene origen español. Se trata de una cerveza artesanal de estilo doble IPA con una graduación alcohólica del 8%. La media pinta de 33 centilitros, en este caso, nos cuesta 4,50 euros, pero si hubiésemos pedido la pinta entera —de 50 centilitros— habríamos pagado 7 euros.
Y, la verdad, ha sido una grata recomendación, pero no es apta para los paladares que no les guste la cerveza amarga, ya que el alma y el espíritu de las IPA es tener los IBUS bastante elevados. En otras palabras, son cervezas muy amargas, pero muy refrescantes y más ahora que apenas estamos empezando el mes de julio.
El Sainete
Tras visitar la primera cervecería, este diario acude a otra de las cinco mejores cervecerías de Madrid. En este caso, nos dirigimos a la cervecería El Sainete, situada en el número 6 de la calle de Ponzano. En este local, el consumidor puede encontrar entre 70 y 80 referencias de cervezas embotelladas, según nos explican los camareros que trabajan en esta cervecería perteneciente al grupo Mahou-San Miguel.
Pero, antes de hablarles de la pinta que nos hemos tomado, hay que destacar que el sitio impresiona y no es lo que uno se espera. Desde el exterior, parece un local normal —y más bien pequeño— con su barra, sus 10 grifos de cerveza y algunas mesas. Pero, cuando accedemos vemos que la cervecería cuenta con un amplísimo espacio al fondo del local. Está decorado con motivos florales y hay incluso una segunda barra. De hecho, el techo es de cristal lo que provoca que la claridad y la luz natural entren en la cervecería y la iluminen.
Después de impresionarnos por las dimensiones y la decoración del local, nos sentamos en una mesa y el camarero nos recomienda una pinta de Kiskale, elaborada de manera artesanal en el País Vasco. Se trata de una cerveza de estilo Brown Ale American que tiene 7,5% de graduación alcohólica. Como pedimos media —33 centilitros—, nos vale 4,70 euros, pero si hubiésemos pedido la pinta entera hubiésemos tenido que abonar 6,50 euros. En este caso, el sabor es muy agradable y más dulce. Este tipo de cervezas se asemejan mucho a las tostadas.
La Caníbal
Desde Ponzano viajamos a Lavapiés. Allí nos espera en el número 28 de la calle Argumosa, una de las arterias del barrio, la cervecería La Caníbal. Si bien es cierto que es joven —sólo cuenta con tres años de antigüedad—, el local ha conquistado los paladares de los madrileños. Y, en este caso, el consumidor no sólo puede degustar 100 referencias de cervezas, sino también 200 de vino.
Pese a su juventud, es cierto que el negocio es de los mismos propietarios del local contiguo, O Paso de Lugo, un restaurante familiar que funciona en la capital desde 1986, según explica una de sus trabajadoras a EL ESPAÑOL. Además, una peculiaridad que tiene La Caníbal es que no sólo vende cervezas de todos los estilos y procedencias, sino que también elabora —y vende— las suyas propias.
Por ello, este diario, a recomendación de la camarera, decide pedir media pinta de la cerveza “número 5”, cuyo nombre es Centea. En este caso, la cerveza ha sido elaborada por La Caníbal y tiene 5,3% de alcohol. De estilo Pale Ale, esta cerveza es realmente refrescante y tiene un paso en garganta muy frío. Absolutamente recomendable para beberla durante estos días estivales. No obstante, la cervecería, que cuenta con ocho grifos de cervezas y ocho de vino, va variando las marcas, clases y estilos cada poco tiempo.
La Osita
La siguiente parada de nuestra particular ruta para conocer las mejores cervecerías de Madrid nos lleva al barrio de La Latina. Concretamente, al número 10 de la calle de la Cava Baja. Allí, en un pequeño local decorado con todo tipo de motivos cerveceros, David Ross y Patrick Tuck, que se conocieron durante su Erasmus en Madrid, decidieron levantar la cervecería La Osita.
Si bien es cierto que al principio sólo tenían un pequeño puesto en el que vendían dos referencias, ahora, la pequeña empresa liderada por cinco amigos “fabrica 3 ó 4 nuevas cada mes”, explica a este diario el camarero del local. Eso sí, todas las cervezas que se venden en la cevercería son de elaboración propia, así que si el consumidor busca la artesanía de proximidad, no deje de visitar este negocio.
Y es que todas las cervezas que elabora La Osita se fabrican en España utilizando lúpulos y productos locales. “Las fabricamos en Segovia, Navarra, Zaragoza, Cataluña…”, cuenta el camarero, que también está implicado, con mucho orgullo, en el proyecto. De hecho, cuenta a este diario que, poco a poco, se han especializado en cervezas artesanales de estilo IPA.
Por ello, nos ofrece un doble IPA “muy lupulada” y con 8,5% de alcohol llamada El Madrileño III. El precio de la media pinta de 34 centilitros es de 5 euros, mientras que el de la pinta entera quedaría en 7 euros. Pese a todo, los bebedores de cerveza han de saber que pueden probar de todos los estilos: Lager, Imperial Stout… o lo que les apetezca en estos días veraniegos.
Fábrica Maravillas
Cierra nuestro particular paseo por las mejores cervecerías de Madrid la Fábrica Maravillas, situada en el número 29 de la calle Valverde. Y lo primero que nos ha sorprendido nada más entrar es que, tras la barra, hay una puerta en la que asoman los enormes recipientes metálicos en donde los cerveceros fabrican in situ las cervezas que uno se va a beber en el propio local. Mayores garantías de artesanía, pocas.
De hecho, fue una de las primeras fábricas de cervezas artesanales que abrió en el barrio de Malasaña. Es, en realidad, una microfábrica por sus dimensiones, pero eso es lo que la hace auténtica. Se ha convertido, con el tiempo, en un lugar de peregrinaje para los amantes madrileños de la cerveza artesanal desde su apertura en 2012.
Cuando nos sentamos, el camarero nos ofrece una cerveza de estilo IPA. Concretamente, se llama Flippa. La media pinta nos ha valido 3,75 euros, pero si hubiésemos comprado la pinta entera hubiésemos pagado 6,90 euros. Es una cerveza muy refrescante y para ser de estilo IPA no es excesivamente amarga, así que puede ser apta para todo tipo de paladares.
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