El más violento de los jóvenes que acabaron de una paliza con la vida de Samuel Luiz fue expulsado horas antes de la discoteca Andén tras una fuerte discusión con su novia en el interior del local. Según han confirmado a EL ESPAÑOL fuentes próximas a la seguridad del establecimiento, el individuo, ya detenido, no hacía más que ocasionar problemas a lo largo de aquella noche.
Testigos de aquella madrugada han confirmado a este periódico que el joven, de entre 20 y 25 años y sin antecedentes penales, había mantenido una actitud agresiva durante el tiempo que permaneció dentro del local. En un momento de la fiesta inició una violenta bronca con su pareja y, tras ver su comportamiento, uno de los empleados le condujo hasta la puerta. "Vete afuera a reflexionar", le señalaron.
Posteriormente, al apreciar que se había calmado, le permitieron acceder de nuevo al lugar. Allí, mezclado entre el gentío, disfrutando con sus amigos y amigas aquella noche, estaba también Samuel Luiz. Ni él ni las personas que acompañaban a la víctima se cruzaron con los agresores. Tampoco se conocían. Otras fuentes, cercanas al joven y conocedoras de los hechos, confirman que no coincidieron dentro ni entablaron conversación.
La agresión
Sí lo harían fuera del establecimiento, alrededor de las 3.00 de la mañana. Entonces, en evidente estado de embriaguez y acompañado de la misma pareja con la que había discutido esa noche, el presunto agresor atizó a Samuel un par de puñetazos al pensar que le estaba grabando con el móvil. A la vez, le espetó: “O paras de grabar o te mato, maricón”, según han confirmado las amigas de la víctima. A los pocos minutos, acompañado de una jauría de entre 7 y 10 amigos, le persiguió durante 250 metros y le golpeó hasta matarlo.
De momento, sólo ha habido cuatro detenidos, tres hombres y una mujer de entre 20 y 25 años, que durante la mañana de este viernes pasarán a disposición de la titular del Juzgado número 1 de A Coruña, informan fuentes del Tribunal Superior de Justicia de Galicia (TSXG).
La autopsia preliminar, conocida este miércoles, revela que el joven murió de un traumatismo craneoencefálico severo provocado por una patada en la cabeza. Según han relatado a EL ESPAÑOL fuentes próximas al caso, ese último golpe y el primero pudieron ser obra del mismo individuo, el que echaron de la discoteca, considerado además como el agresor principal de la paliza mortal.
La violencia del caso fue tal que quienes indagan en él se encuentran sorprendidos ante la brutalidad del crimen. El contexto, dicen, vino precedido de una noche rodeada de alcohol y violencia, aunque uno de los testigos asegura que los asesinos estaban drogados. De momento, ni las testificales ni las grabaciones han podido confirmar este extremo.
Lo que sí indica todo este trabajo de interrogatorios y reconstrucción es que no habría motivación homófoba en el asesinato, que los amigos de Samuel sí consideran como una de las claves del crimen. Las personas cercanas al joven, sobre todo las amigas que se encontraban con él esa noche, relatan que sus agresores le llamaron "maricón" y que, dada la orientación sexual de la víctima, homosexual, habría un claro delito de odio.
Los policías no lo tienen tan claro. Fuentes cercanas al caso alegan que, durante la agresión, el grupo de asesinos profirió múltiples insultos, desde "maricón" hasta "hijo de puta" o "cabrón", lo que a sus ojos sería un indicio de que no sabían nada de su orientación sexual. Indican, además, que no hay constancia de que se conocieran, aunque hubiesen coincidido en la misma discoteca esa noche.
El teléfono móvil
Al cuarto de los arrestados, que fue localizado y esposado este jueves por los agentes de la Policía Nacional, se le imputa, además del crimen, un delito de apropiación indebida. Fuentes testificales apuntan que habría ocultado el móvil tras llevárselo del lugar de los hechos, una vez el cuerpo de Samuel yacía inerte al final del Paseo Marítimo de A Coruña, tras 15 minutos de persecución, acoso, y paliza.
Al momento de escribir esta información, cuatro personas, tres hombres y una mujer, de entre 20 y 25 años de edad, han sido detenidas por el asesinato de Samuel Luiz la madrugada del 3 de julio. Todos, como adelantó EL ESPAÑOL, son amigos de la misma pandilla, tienen nacionalidad española y son vecinos de A Coruña.
A tres de ellos se les investiga por su presunta implicación directa en los hechos, y a la cuarta por instigación a la mortal paliza. Se espera que pasen a disposición judicial este viernes, declarando ante la juez, que decidirá si ingresan o no en prisión. Se esperan, además, más detenciones en las próximas horas.
Los hechos
A las 3.00 de la mañana, Samuel y su amiga Lina salieron de El Andén, un pub nocturno en el Paseo Marítimo de A Coruña, y empezaron una videollamada. Al otro lado estaba Vanesa, novia de Lina, que no había podido acompañarlos esa noche. En un momento de la conversación giraron el móvil y una pareja de desconocidos, hombre y mujer, pensó que les estaban grabando.
Al ver el móvil, él se dirigió a Samuel agresivamente y le increpó: “O paras de grabar o te mato, maricón”, le dijo, según Lina. A Samuel no le dio tiempo más que a contestar: “Maricón de qué”, y recibir un puñetazo en la cara, y luego otro, hasta que un tercer joven que pasaba por allí logró intervenir y parar el asalto. La víctima, aturdida, pidió a Lina que volviera al club a por su móvil, y se quedó solo.
Tras un par de minutos, el agresor empezó a perseguirlo por el Paseo Marítimo, acompañado de un grupo de entre 7 y 10 amigos y conocidos. Samuel corrió durante 250 metros, entre golpes constantes, hasta el inicio de la Avenida de Buenos Aires, y cayó al suelo. Allí, la camarilla de presuntos homicidas le pateó la cabeza durante 15 minutos hasta matarlo. Él nunca devolvió un golpe ni intentó enfrentarse a sus asesinos. De momento hay cuatro detenidos, incluidos el principal agresor y su pareja. Todos ellos, pasarán este viernes a disposición judicial.