¿Dónde tienen planeado ir en vacaciones? Muchos han elegido la costa catalana. Deben saber entonces que ese litoral es, junto a Chipre y varias áreas del norte de Reino Unido, la zona de Europa con las tasas más altas de contagios de Covid-19. Una explosión sin precedentes que está provocando que se modifiquen a marchas forzadas todos los planes estivales.
La quinta ola ya ahoga. En la última semana se han contabilizado en Cataluña unos 42.000 contagios. 100.000 en las últimas tres. La incidencia acumulada de casos en los últimos 14 días por cada 100.000 habitantes no deja de crecer y se ha situado ya en 848. Los brotes están repartidos por las cuatro provincias catalanas, pero han cebado cebado especialmente con las áreas de costa.
Sitges, Salou Palafrugell, Blanes, Lloret de Mar... son algunos de los municipios con las cifras más alarmantes de toda la comunidad autónoma, según los últimos datos que ha hecho públicos la Generalitat. Desde la Costa Brava (Girona) hasta la Costa Dorada (Tarragona) pasando por el litoral barcelonés, no hay zona que se libre de este inesperado rebrote. Todas están juntas en esta Costa Covid.
¿Las causas? Principalmente tres: las nuevas variantes del virus (mucho más contagiosas), la relajación de las restricciones... y el verano mismo. Cataluña ya está de vacaciones y, aprovechando el buen tiempo, ha albergado en la última semana varios festivales de música. Caso del Vida Festival, el Cruïlla o Jardins de Pedralbes, además de otros conciertos que se han llevado a cabo sin distancia de seguridad. Casi todos ellos celebrados en zonas de playa. Además, son muchos los turistas (principalmente franceses y británicos) que ya se encuentran disfrutando de sus vacaciones en las poblaciones costeras catalanas, como cada verano.
Los datos
Cataluña se estaba convirtiendo en las últimas semanas en el símbolo del fin de las restricciones. El Vida Festival de Vilanova i la Geltrú fue el primero de toda España en llevarse a cabo sin distancia de seguridad. En el entorno de ese festival se han registrado algunos de los brotes más importantes de toda Cataluña: Sitges y Sant Pere de Ribas, las dos poblaciones más próximas a Vilanova, lideran el ranking de incidencia en los últimos días: la primera es Sitges, que tiene la incidencia acumulada de casos en los últimos 14 días en 2.281. Sant Pere de Ribas es la tercera, con 1.511. La segunda plaza es para Vilassar de Mar (1.812) que, como su propio nombre indica, también es zona costera (en este caso del Maresme, Barcelona).
Pero el coronavirus no está golpeando solamente en el litoral barcelonés. La clasificación de riesgo de rebrote está encabezada por Salou, que está en la Costa Dorada (Tarragona) y es otro de los buques insignia por antonomasia del ocio en Cataluña: playa, hoteles, discotecas y Port Aventura. Este municipio tiene el riesgo de rebrote en 3.438, según las últimas cifras de la Generalitat. Allí se han cerrado en los últimos días varias discotecas por no cumplir las normas sanitarias relativas al coronavirus.
La segunda es Lloret de Mar (2.721), que está en Girona y es Costa Brava. Una zona muy alejada de Salou. Y en tercer lugar vuelve a aparecer Sant Pere de Ribes (2.293), que tiene la playa a 4 kilómetros y es provincia de Barcelona. Es decir: los puntos más afectados de Cataluña están muy alejados entre sí, pero tienen a la costa como común denominador.
Litoral al margen, la otra gran damnificada de esta quinta ola ha sido la Cataluña obrera. Las ciudades del cinturón metropolitano de Barcelona. La región sanitaria llamada 'Área Metropolitana Nord', que reúne a los dos Vallés (Oriental y Occidental) y la comarca del Maresme, es la que presenta peores cifras en valores totales, registrando 183.342 casos. Le sigue Barcelona, con 165.517.
Las consecuencias
Las consecuencias de esta quinta ola son: frenazo y marcha atrás. Los festivales y la laxitud en las restricciones han convertido a Cataluña en una especie de gigantesco experimento microbiológico que ha salido mal. Las cifras de contagios son superiores a las de los tiempos del estado de alarma. Las UCIS vuelven a estar colapsadas y los pacientes que acuden al médico aquejados de síntomas son cada vez más jóvenes.
Por ello, el gobierno catalán ha decidido volver a tomar medidas drásticas: cierre de los bares antes de las doce y media de la noche y prohibición de las reuniones de más de 10 personas. También ha propuesto otras menos comprensibles, como la prohibición de comer o beber en la calle. Incluso estudian la posibilidad de volver a imponer toques de queda selectivos en determinados municipios.
El propio conseller de Salut, Josep Maria Argimon, ha reconocido que se han visto sobrepasados por el número de contagios y se ha referido a esta quinta ola como una "explosión. Pensaba que habría un repunte, pero no una explosión tan rápida de casos"; confesó en su último comparecencia pública.
Las restricciones llegan en un momento delicado: justo después de que se hayan autorizado festivales masivos sin distancia y el mismo día en el que el TC ha decretado que el confinamiento domiciliario que impuso el gobierno en marzo de 2020 fue inconstitucional. Ahora, la Generalitat ha encargado un informe jurídico sobre la opción de pedirle al Tribunal Superior de Justicia de Catalunya (TSJC) un toque de queda nocturno en los municipios con mayor incidencia.
En cualquier caso, se vienen restricciones justo cuando empezaba lo bueno: turistas llegando en masa, ocio abierto y libertad de movimientos. La quinta ola puede provocar un alud de cierres en los próximos días en hoteles, restaurantes y discotecas, además de cancelaciones entre los turistas que tenían previsto visitar Cataluña. Otro golpe para los sectores más castigados.