Rubén y María José, la pareja detenida en Murcia por la Guardia Civil.

Rubén y María José, la pareja detenida en Murcia por la Guardia Civil.

Reportajes

María José y Rubén, libres después de quemar viva a Encarna: "Si la quiero matar no sale de aquí"

La Guardia Civil arrestó a la pareja por prender fuego y tratar de asfixiar con una bolsa a una amiga a la que inculparon en una multa de tráfico

22 julio, 2021 02:44
Los Ramos

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Rubén y María José regresaron a casa la semana pasada. No volvían de disfrutar de unas vacaciones de verano, nada de eso, él venía de pasar unas horas a la sombra, en los calabozos de la Guardia Civil, y ella de dormir un día en el Centro Penitenciario Murcia II. El asunto no es baladí, sobre todo para los residentes del edificio de Los Ramos que tienen como vecinos a esta pareja y que están "hartos" de sus "trifulcas", especialmente de la última: fueron detenidos por tratar supuestamente de quemar viva a su amiga Encarna.

La historia es rocambolesca de principio a fin. Rubén, María José y Encarna eran amigos. Los tres son de la misma quinta: cuarentones nacidos en Murcia. También comparten 'aficiones': les encantan los bares y la fiesta. Y tienen un 'currículo' parecido: "Cuentan con varias detenciones relacionadas con 'trapicheos' de drogas", según confirman a EL ESPAÑOL fuentes próximas a la investigación.

El caso es que la amistad se acabó por dos motivos: una multa de tráfico que dio pie a una tentativa de homicidio de Rubén y María José contra Encarna, a la que rociaron supuestamente con gasolina y después trataron de asfixiarla con una bolsa de plástico en la cabeza. El escenario de tan truculento episodio fue el piso donde convive la pareja en un edificio de Los Ramos: una pedanía de 3.457 habitantes situada en la Cordillera Sur de Murcia.

En la tercera planta del citado edificio nadie quiere hablar sobre lo ocurrido porque no quieren líos con Rubén y María José. "A los tres meses de instalarse comenzaron los problemas de convivencia: la Guardia Civil ha venido varias veces por sus fuertes discursiones de pareja", cuenta un residente, paretado tras su puerta, y pidiendo anonimato.

El edificio de marras ha pasado por numerosas vicisitudes desde que comenzó a construirse. Primero quebró la promotora; luego algunos pisos acabaron en manos de okupas; después, otros inmuebles fueron alquilados a inmigrantes que no pagaban un euro de comunidad, y ahora, el último quebradero de cabeza del vecindario, son las 'noches toledanas' que protagoniza estos novios cuarentones: "Beben y de madrugada tienen unas trifulcas que son tela porque gritan, dan golpes...".

María José regresa junto a su pareja en Los Ramos tras ser detenida por tratar supuestamente de quemar a otra mujer.

Otra residente corrobora desde el anonimato "las broncas" entre Rubén y María José. Él es un comercial de una empresa del sector energético que hace un par de años se compró un piso en este céntrico edificio de Los Ramos. Ella es una prejubilada. En 2020 comenzaron una relación y con ella arrancaron los problemas de convivencia en la planta tercera del bloque. Esta vecina detalla que los dos tienen 47 tacos y un problema: "El alcohol". De hecho, insiste en que "solo se pelean si beben". 

El relato que ofrecen algunos de los residentes consultados por este diario es como un bucle: "Rubén se compró un piso y los follones comenzaron cuando empezó a salir con María José, algunos vecinos han llamado varias veces a la Policía Local". También se repite en el testimonio de los propietaros otra cuestión: "Si a Rubén te lo cruzas al día siguiente, tras una pelea, siempre pide perdón por el ruido, y alega que ella lo pone loco".

La multa de tráfico

La tempestuosa pareja conocía a Encarna, "una empleada de un supermercado", a la que supuestamente le endosaron un marrón: una multa de tráfico. Las citadas fuentes de la investigación cuentan que los novios -presuntamente- "fueron cazados por un radar y cuando les llegó la típica notificación para identificar al conductor del vehículo, al parecer, facilitaron los datos personales de su amiga".

De forma que tanto la sanción económica como la pérdida de puntos se le notificó a Encarna y el lunes 12 de julio acudió al bloque de pisos donde residen Rubén y María José. El objetivo de la visita era pedirles una explicación. Algo lógico. Pero el recibimiento que le dieron fue brutal, según expone en un comunicado el Instituto Armado:

"La víctima manifestó en la denuncia presentada ante la Guardia Civil que se personó en la vivienda de los presuntos autores, que éstos le abrieron la puerta y, sin mediar palabra, la rociaron con un líquido inflamable, posiblemente gasolina, y le prendieron fuego. La víctima consiguió apagar las llamas rápidamente, aunque sufrió numerosas quemaduras, momento que aprovecharon los agresores para ponerle una bolsa en la cabeza y asfixiarla hasta que perdió la consciencia".

Escapó en un descuido

Un vecino del edificio confirma a este diario los hechos: "Había una chica que estaba gritando que la querían matar". Nadie salió de su piso al pasillo de la planta porque saben cómo se las gastan los novios cuarentones. Encarna salvó su viva de milagro, tal y como detalla el comunicado de la Benemérita: "En un descuido de los presuntos homicidas, posiblemente porque pensaban que ya había fallecido, la víctima se quitó la bolsa, huyó de la vivienda y se dirigió hasta el cuartel de la Guardia Civil".

En concreto acudió al puesto de Torreagüera y relató que casi la matan por una denuncia de tráfico. Encarna fue traslada a un centro hospitalario de la capital del Segura donde fue atendida de las quemaduras que presentaba en la zona de la espalda

Rubén esposado tras ser detenido.

Rubén esposado tras ser detenido. Guardia Civil

Ese mismo lunes, un equipo de Seguridad Ciudadana solicitó al juzgado una orden de entrada al inmueble para detener a la pareja y montó un dispositivo en Los Ramos para impedir su huida. Los agentes controlaban tanto el edificio donde residen los sospechosos como las calles aledañas y a altas horas de la madrugada, la espera dio sus frutos: Rubén y María José pasaron por la zona vigilada y fueron cazados por un delito de homicidio en grado de tentativa.

El martes 13 de juio fueron puestos a disposición judicial. El comercial de empresas de energía quedó en libertad con cargos, con una orden de alejamiento de 200 metros de la víctima. La prejubilada ingresó en la cárcel de Campos del Río y al día siguiente, el miércoles, ya estaba en libertad. Desde el 14 de julio los vecinos tienen constancia de que la pareja ha regresado a su pisito, como si nada, pese a haber sido detenidos por tentativa de homicidio. "Estamos flipando", aseguran.

Un disparate de conversación

"Todos los implicados son unos pintillas", resume un hostelero de la zona que tiene como clientes a los implicados. "El otro día el novio de la víctima estaba en el bar contando que casi queman a su novia".  

EL ESPAÑOL acudió este miércoles al edificio donde se produjeron unos hechos más propios de una película de Tarantino que de la vida real. El periodista se topa en la tercera planta del bloque a un redactor de los informativos de 7RM y ambos llaman al piso de la pareja investigada. La puerta luce una especie de quemazón. María José abre con un vestido de verano, unas babuchas de terciopelo, y luciendo un vistoso tatuaje de un corazón en el pecho.

Este fue el contenido de la primera conversación que la mujer mantuvo con los periodistas y donde mostraba síntomas de ir supuestamente bajo la influencia del alcohol tras haber quedado en libertad con cargos:

- Periodistas: ¿Por qué motivo trató de quemar a Encarna?

- María José: Esa mujer se dedica a vender las casas que están vacías a los camellos. Es decir, es una drogadicta. Yo ya no quiero decir más. Vino al piso a atosigarnos. Aquí no hubo un intento de asesinato. De lo contrario, ¿cómo me iban a haber soltado de la cárcel? Si hubiese sido un intento de asesinato, yo seguiría dentro de prisión. Mírame, si estoy en mi casa. No hagan caso a lo que dice ella. Esa mujer nos puede complicar la vida.

El diálogo que la mujer mantiene con los periodistas se ve interrumpido porque Rubén comienza a vociferar desde el salón.

- Rubén: ¡Mari, vale ya hombre! ¡Venga ya! ¡Cierra la puerta!

Dos periodistas de los informativos de 7RM en el edificio de Los Ramos donde se produjo la tentativa de homicidio.

Dos periodistas de los informativos de 7RM en el edificio de Los Ramos donde se produjo la tentativa de homicidio. Badía

Los periodistas vuelven a llamar con el objetivo de hacer algunas preguntas al comercial, pero una vez más la que abre la puerta es la prejubilada. Este es el contenido de la segunda conversación:

- Periodistas: Disculpe, queríamos preguntarle a Rubén su versión.

- María José:  Él no tiene nada que ver. Lo único, es que esta es su casa y ella (Encarna) lo está molestando. Siemplemente eso. Rubén, aquí no quiere follones. Ella se dedica a vender casas o chalés que están abandonados a los camellos. Es drogadicta: lo tiene todo.

- Periodistas: ¿Encarna es amiga suya?

- María José: No, era compañera. Trabajaba en un supermercado. Le gusta mucho la droga y extorsionar (...). Yo la conozco de muchísimos años cuando ejercía la prostitución, pero ahora es una yonqui (...). 

- Periodistas: ¿Cómo es posible que el otro día usted tratase de quitarle la vida por una denuncia de tráfico?

- María José: Ella vino aquí a pedir dinero y aquí nadie la quemó. Si hubiésemos intentado matarla, esa no sale de aquí. Si no llego a abrirle la puerta, esa no sale. Más vale que se vaya buscando otra fantasía porque le voy a poner una querella. 

- Periodistas: Disculpe, pero la Guardia Civil ha informado de que el intento de homicidio se produjo porque usted y su pareja la identificaron como autora de una infracción de tráfico. ¿Eso es cierto?

- María José: ¿De tráfico? Si ella no tiene vehículo, a no ser que haya robado alguno para vendérselo a algún camello.

- Periodistas: ¿Los arañazos que tiene usted por los brazos y el cuello son del forcejeo con Encarna?

- María José: No, esto es de coger higos y limones. Si aquí no pasó nada. Simplemente, ella vino a pedir dinero, le dije que no, le abrí la puerta, la empujé y se marchó. Vino a pedir dinero porque estaba 'enmoná'.