Septiembre de 2003. El entonces presidente del Gobierno de España, José María Aznar, está de visita en Libia, gobernada por entonces con mano de hierro por Muamar el Gadafi. Hace un par de meses, Pedro Sánchez hizo lo propio, pero con dos notables diferencias: por un lado, no le recibió Gadafi, ya que fue ejecutado durante la primavera árabe en 2011; y por otro, Sánchez no volvió con un caballo de regalo como sí vino Aznar. El animal se llama El Rayo del Líder y el dictador libio se lo regaló al expresidente en su visita oficial al país. Hace 18 años que permanece al cuidado del Escuadrón de Caballería de la Guardia Civil en Valdemoro (Madrid).
Cuando Aznar visitó Libia, la situación del país era muy distinta a la que es hoy. Entonces, Gadafi llevaba 34 años en el poder, desde 1969. Pese al carácter autoritario de su líder, el país tenía una estabilidad y unas cotas de bienestar general envidiadas por sus vecinos. Hoy Libia lleva siete años en guerra, la segunda en una década y tras vivir en sus carnes la revolución que sacudió los países árabes y del Magreb.
Sánchez precisamente aterrizó en Trípoli para mostrar su respaldo a una transición a la democracia. Las diferentes facciones en guerra se dieron un alto el fuego en agosto de 2020 que pende de un frágil hilo. Esto no ha impedido al primer ministro libio, Abdul Hamid Dabeiba, hacer una ronda de contactos internacionales e intentar reconstruir el maltrecho estado libio. Si hoy la economía libia crece al 115% es porque el país se levanta sobre un espeso manto de petróleo.
Pero toda esta realidad queda muy lejos de Valdemoro, donde reside desde 2003 El Rayo del Líder. El animal llegó en un vuelo diplomático procedente de la capital Libia al aeropuerto de Barajas. “Llegó con menos papeles que una liebre. Ni piroplasma, ni control de peste equina, que es obligatoria para entrar en España desde África. Lo mandaron directamente a cuarentena”, explica una fuente del citado escuadrón a este periódico.
En España, si un presidente del Gobierno recibe un regalo oficial de un mandatario, ese bien no le pertenece y pasa a ser de la presidencia del Gobierno. "Cuando tenga algo más de tiempo le preguntaré al caballo qué le he parecido yo", dijo Aznar entre bromas al ser preguntado por los informadores por el regalo de Gadafi en 2003. Como en el palacio de la Moncloa no hay caballerizas, El Rayo del Líder permanece desde su llegada a España a cargo de la Benemérita. “Nadie se ha preocupado por él en estos años”, señala esta fuente.
A los pocos meses de llegar el caballo a España, sucedieron los atentados del 11 de marzo en Madrid y el PP perdió la presidencia dos días más tarde. El Rayo del Líder cayó en el olvido de los sucesivos presidentes, más preocupados en sacar un país de la ruina que en el caballo de Gadafi, lógicamente.
Casi un poni
El animal tiene 20 años y es un corcel pequeño, de 1,48 metros de alzada (hasta la cabeza), lo que le sitúa más cerca del tamaño de un poni que de un caballo apto para el servicio en la Guardia Civil. Los del cuerpo armado miden en torno a 1,64 metros de alzada. El Rayo del Líder es un caballo del desierto, si bien se desconoce su ascendencia.
Cuando tuvo lugar la primavera árabe en Libia, en 2011, los rebeldes arramplaron con todo, desde el que había sido su presidente durante 42 años, hasta con el registro y libro genealógico de este animal. Todos los datos que aquí están informatizados, allí estaban en papel, que —ya lo explicó Ray Bradbury en su novela distópica— arde muy fácilmente.
Ahora mismo no hay nada que certifique que El Rayo del Líder proviene de las cuadras de Gadafi. El líder libio —uno de los políticos más controvertidos del siglo XX— era un apasionado de los deportes, especialmente, del fútbol y la hípica. Paradójicamente, durante su mandato la industria equina de purasangre desapareció en el país magrebí.
En el tiempo que ha estado en Valdemoro, el animal apenas ha sido montado. Su pequeño tamaño requiere igualmente de un jinete de poco peso. Un adulto bajo o incluso un niño. “Está domado”, afirma la fuente, que ha estado con el animal prácticamente toda su vida. “De carácter es buenísimo. Para ser un caballo que ha tenido poco trato, es de carácter excepcional”.
El Rayo del Líder vino además con una silla de montar muy preciada: “Es artesanal, rematada con hilo de plata. La típica silla bereber”. Y ahí sigue, olvidada igual que el caballo que debería tener debajo. Dicen que el que fuera presidente del Atlético de Madrid Jesús Gil se ofreció a cuidarlo o adquirirlo para utilizarlo como semental. “A mí eso no me consta, no lo escuché nunca”, afirma quien lo ha cuidado todo este tiempo.