Haze se ha encerrado a estudiar la oposición los pasados 17 meses.

Haze se ha encerrado a estudiar la oposición los pasados 17 meses. Fernando Ruso

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Haze, el rapero que dejó el colegio, ya es profesor: "Quiero llevar a las aulas mis experiencias vitales"

El músico sevillano se licenció en 2019 y ahora ha consiguido una plaza como profesor funcionario de Lengua y Literatura en la última convocatoria de Andalucía.

31 julio, 2021 00:55
Pepe Barahona Fernando Ruso

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Confiesa Haze, el rapero que ha puesto banda sonora a las cárceles españolas, que su camino como estudiante se torció en Sexto de EGB. Justifica que fueron las ganas de nuevas experiencias y la ebullición de hormonas propias de la pubertad. Y crecer en Los Pajaritos, hoy el barrio más pobre de España y, en el 'boom' de la heroína de los años 80, una zona tomada por la violencia y la brutalidad policial. De aquella época, de su paso por las aulas del colegio Jorge Juan y Antonio Ulloa, recuerda a don Jesús, su profesor de Lengua. Un tipo serio y delgado, con gafas de vista y una precisa dicción. En una de sus clases, por hacerse el gracioso delante de sus compañeros, el pubescente Sergio —López Sanz, los apellidos del rapero— le hizo una peineta. El maestro se percató pero, lejos de formarle un numerito en mitad de la clase, le dijo aquello que dicen los maestros y que tanto temor infunde en los alumnos: “Hablamos después de clase”. Al sonar la campana, el avergonzado Sergio pidió perdón. “Solo trataba de hacerme el gracioso”, alegaba. La afrenta se zanjó con un “que no vuelva a pasar”. Y no volvió a pasar. Más de veinte años después, aquella anécdota sigue en la mente del rapero Haze, que ve en su antiguo profesor de Lengua un modelo a seguir en la que será su nueva vida: acaba de aprobar las oposiciones del cuerpo de profesores de Andalucía. El rap llega a las aulas.

—¿Por qué le marcó aquel incidente con don Jesús?

—Porque no me puso en evidencia delante de la clase. No me humilló, y podía haberlo hecho. Fue una lección de vida que espero aplicar en mis clases. Y me gustaría contactar con él y darle las gracias.

Haze ha confesado que estuvo en la cárcel y abusó de sustancias.

Haze ha confesado que estuvo en la cárcel y abusó de sustancias. FR

El camino de Sergio López (Sevilla, 1978) vivió un punto de inflexión en el año 2010. Él se refiere a ese momento como la búsqueda de un plan B. “Todo estratega lo tiene”, explica. Y pensó que tal vez la docencia podría ser un buen complemento a su vida como rapero. Haze había abandonado los estudios cuando cursaba el segundo curso de la Formación Profesional de Auxiliar Administrativo. Ya en Sexto, Séptimo y Octavo de EGB había empezado a aflorar un carácter incompatible con la vida académica. Pero enmendando los errores del pasado, Sergio inició el camino a la universidad en una escuela de adultos como paso previo a la prueba de acceso a la universidad para personas mayores. La superó y un año después empezó a cursar el Grado en Filología Hispánica. Se sacudió las asignaturas a curso por año, todo un éxito. Luego un máster, después otro. En 2019 recibió el premio al mejor expediente de su promoción y disfrutó del honor de dar un sonoro discurso en representación de sus compañeros. Y empezó a opositar.

—¿Se lo recomiendas a la gente?

—Sí, a mi peor enemigo. Para que sufra. Pero también le estoy haciendo un favor, porque si aprueba…

—¿Cómo lleva eso de ser Sergio López el funcionario?

—Ufff. [Ríe]. Suena muy fuerte eso de funcionario. Todavía no sé qué es eso de ser funcionario, pero pensar en un sueldo para toda la vida hace que me pese menos la cabeza, que me pesen menos los hombros y veo la vida con más tranquilidad. Lo hice por vocación, pero también por estabilidad.

—Si le hubiesen dicho al Sergio de 1992 que iba a ser funcionario de mayor…
—No se lo hubiese creído. Ese Sergio solo quería trabajar, ganar dinero y comprarse una moto para ir de barrio en barrio y ligar. Ese era mi rollo.

—¿Y se compró la moto?

—La compré, la compré. Una Honda Wallaroo. Le puse un tubo de escape Fasmen y no veas cómo tiraba aquello. [Risas].

Un rapero opositando

En los últimos 17 meses, el rapero Haze no ha despegado los codos del escritorio. De lunes a sábado a una media de ocho horas —que pasaron a ser diez en los previos al examen—, Sergio el opositor se ha enfrentado al reto mental más desafiante de su vida. Pandemia mediante, ocho días antes de ponerse a estudiar nació su hijo. “Ha sido duro, muy muy duro, sobre todo por no haberlo podido ver todo lo que yo quisiera”, detalla el de Los Pajaritos.

—¿A qué ha tenido que renunciar para aprobar estas oposiciones?

—A muchos cumpleaños, a muchas bodas, a mucho tiempo con la familia. A todo.

—¿A la música?

—También. En septiembre de 2020 corté. Le dije a mi manager que cerrase todos los conciertos. Me dediqué cien por cien a los estudios. No he compuesto nada en ese tiempo.

—¿Llegará tu experiencia como opositor a contagiar a tus letras?

—De momento, en el próximo disco no. El disco nuevo es la pura esencia de mi música: calle, violencia, problemas, policía, cárcel…

—Le has puesto la banda sonora a las cárceles.

—Total. Los Chichos y yo, ahí estamos en un mano a mano. [Ríe].

En septiembre saca un libro autobiográfico, ‘El niño que salió del barrio’, escrito en prosa y en el que va presentando sus canciones y en el que incluye algunos poemas inéditos con moldes clásicos: romances, sonetos… Y ha vuelto a los estudios de grabación. El próximo año, probablemente en primavera, saque su próximo disco. De momento tiene seis canciones de las diez con las que quiere salir.

Haze quiere ser profesor porque le gusta comunicar. Cree que el rap pronto tendrá una cátedra universitaria.

Haze quiere ser profesor porque le gusta comunicar. Cree que el rap pronto tendrá una cátedra universitaria. FR

—Cuando revisa el Sergio filólogo las letras precoces del Haze rapero, ¿se lleva las manos a la cabeza?

—No, porque tiene tal frescura que, aunque haya errores gramaticales, la manera en la que expreso, ese argot callejero… casi gritando. No le puedo poner pegas porque es auténtico y llega porque es auténtico no porque esté bien escrito. Eso no importa.

—¿En qué se parece el rap a clásicos, pongamos San Juan de la Cruz?

—El éxtasis de un rapero es distinto al de San Juan, que es religioso. Pero el rapero también cree en una luz, en una inspiración para realizar sus versos. Y el rap es poesía. Más o menos culta en función del autor. Pero es algo serio. Y la sociedad ya lo sabe. Ya no es nuevo.

—¿Ha metido el rap en la defensa oral de las oposiciones?

—Por supuesto que no, porque hay gente que no lo entendería y podrían calificármelo negativamente.

—¿Le da pena que la gente del tribunal pueda pensar que es un arte menor?

—No es un arte menor, y cada vez menos. ¡Para nada! Estoy seguro de que si no hay ya una cátedra de rap en una universidad española la va a haber pronto. Me gustaría. Cada vez se hacen más tesis doctorales sobre el rap.

“Respeto a la docencia”

Haze responde las preguntas de EL ESPAÑOL rodeado de libros y sobre un escenario, la síntesis de sus dos mundos. Algo solo posible en dos lugares del planeta: Buenos Aires, en el Grand Splendid, y Sevilla, en lo que fue el teatro Imperial. Ambos espacios reconvertidos en librerías, el Ateneo en la ciudad argentina y Verbo en la española.

—¿Se imagina el primer día que cierre la clase por dentro y se encuentre solo con los alumnos?

—Hasta ahora no he pensado mucho en ese momento. Sí les haré saber que es uno de los días más importantes de mi vida. Y quizás siga el consejo de los profesores de la vieja escuela: la primera clase no se da y la última se perdona. Es un día para conocerse.

—¿Da más respeto ese momento que subirse a un escenario?

—Es otro rol que todavía no experimentado. Subir al escenario es como estar en el salón de mi casa. Voy con mucha seguridad. La docencia es algo nuevo. Tengo mis conocimientos y se me da bien comunicar. Le tengo mucho respeto a esto porque es algo nuevo para mí.

—En 2019 cambió los escenarios por el estrado de la Iglesia de la Anunciación para hacer el discurso por el mejor expediente de la Universidad de Sevilla en representación de sus compañeros. ¿Qué sintieron los de su alrededor?

—Mi familia estaba muy orgullosa de mí. Todos saben los momentos difíciles por los que pasé y que me supe levantar. Pensé mucho en Mariano José de Larra, que dio un discurso cuando murió José Zorrilla. Me pareció muy significativo. Sentí que era algo muy relevante. Viendo de donde vengo. Miro para atrás y veo a todos los que se han quedado en el camino, que han muerto, y uff.

—¿Con qué idea se queda del discurso que dio?

—La sentencia que repito en más de una ocasión, que no es mía; la popularizó Machado aunque recientes estudios la atribuyen a Quevedo: “Solo en el necio confunde valor y precio”.

Llevar el rap a las aulas

Haze volverá a los escenarios el próximo 14 de agosto en la plaza de toros de Algeciras. Compartirá concierto con Omar Montes o Moncho Chavea, entre otros. Su trayectoria como rapero está próxima a cumplir veinte años. Empezó grabando una maqueta, ‘Crónicas del Barrio’ (2003), que acabó vendiéndose en el top manta. Ahí se fijó en él la discográfica Universal, que la reeditó como disco y con el que obtuvo el premio al mejor LP de Hip Hop de España en 2004. Luego llegaron otros más, y decenas de colaboraciones. El sevillano le ha puesto banda sonora a películas icónicas como ‘7 vírgenes’ de Alberto Rodríguez o ‘Yo soy la Juani’ de Bigas Luna.

En 2019 se graduó 'cum laude' de Filología y pronunció un discurso que dio la vuelta a todo el país.

En 2019 se graduó 'cum laude' de Filología y pronunció un discurso que dio la vuelta a todo el país. FR

—¿Qué habrá del Haze el rapero en Sergio el profesor?

—Que voy a usar muchas letras de canciones para trabajar la lengua o la literatura. Los recursos retóricos, por ejemplo. Me gustaría hablar con letras de raperos hispanohablantes. Y eso puede ser una novedad para los alumnos.

—¿Por qué profesor?

—Por vocación. Me han preguntado muchos amigos que si no me gustaba mi vida de rapero. Los conciertos, las giras, las entrevistas… Yo respondo que claro que me gusta, pero me enamoré de dar clase. Me encanta comunicar, que me escuchen y la posición del profesor es muy respetada. Se le deja que comunique los conocimientos.

—¿Tiene predilección por algún tipo de instituto? ¿Los Pajaritos tal vez?

—No me importaría. Sé que en un instituto de difícil desempeño probablemente tenga un protagonismo mayor, pero no es algo que yo decida. Estoy dispuesto a asumir el reto que me venga.

—Más que de lengua, ¿aspira a ser un profesor de vida?

Sí, de valores. Profesores de Lengua, de Historia, de Filosofía o de Inglés los hay de muchos tipos. Yo quiero destacar por llevar al aula mis experiencias vitales. Apurar la distancia corta para averiguar los problemas que puedan tener, tanto ellos como sus familias. Porque no todos los alumnos son iguales.

—Llega a la profesión en otro capítulo más del debate sobre el papel poco valorado del profesorado. ¿Cree que los alumnos le respetarán más por ser rapero?

—Creo que cuando se pase la novedad, cuando se olvide que soy un rapero famoso, si algún alumno me falta al respeto tiraré de mis galones y haré como hizo don Jesús: “Después de clase quiero hablar contigo”.