José Félix Tezanos entró pisando fuerte, allá por el verano de 2018, cuando Pedro Sánchez le nombró presidente del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Era la primera vez que accedía al cargo alguien de la Ejecutiva del partido en el Gobierno y aplacaba las críticas con un “¿Sería malo que un judío, un gitano o un podemita presidiera el CIS?”. Defendía que “nadie debería ser juzgado por sus ideas, sino por su trabajo”. Bien, tres años después, su trabajo ha sido mirado con lupa y está a las puertas de ser juzgado en uno de los momentos más críticos de su carrera.
El Juzgado de Instrucción número 29 de Madrid ha admitido a trámite una querella contra Tezanos por un presunto delito de malversación de caudales públicos. La denuncia, según han confirmado fuentes judiciales a EL ESPAÑOL, va acompañada de un informe pericial en el que se analiza estadísticamente su trabajo desde que asumió el cargo. La conclusión es que las encuestas electorales del CIS tienen una media de margen de error de alrededor de 3 puntos cuando lo habitual en otros estudios es menor, de 1,5 puntos. Además, los errores de Tezanos siempre, siempre, benefician a la izquierda, especialmente a su partido, el PSOE, algo inédito en la institución.
La querella, presentada por Vox en su estrategia de judicializar la agenda política, también acusa al presidente del CIS de haber pagado servicios subcontratados a terceros por precios mucho más elevados que los del mercado. Según deslizan a este diario fuentes cercanas a Tezanos, el presidente del CIS se encuentra tranquilo ante esta situación porque, dicen, ni siquiera sabe exactamente por qué le denuncian. Duda de la profesionalidad del informe pericial y no entiende que el Código Penal tipifique lo que se podría calificar como una supuesta falta de rigor en su trabajo.
Sin embargo, el juez instructor ha pedido al CIS que presente antes de 20 días las actas de trabajo en las que se acuerdan los criterios de elaboración de las encuestas electorales de los ejercicios de 2018 y 2020, o aquellas que justifiquen el cambio de técnicas aplicadas en la metodología. También se les pide el programa de cumplimiento normativo y control de delitos.
Tezanos ha sido durante años una de esas figuras políticas que operan en la sombra pero con mucho peso dentro del partido. En el pasado fue un ferviente guerrista y en la última etapa del PSOE se pasó al bando de Pedro Sánchez. Es tan socialista que, si bien dejó la Ejecutiva para no avivar controversias al ser nombrado presidente del CIS, su marcha ha sido temporal para volver al puesto una vez deje la institución.
Los errores de Tezanos
Durante su mandato al frente del centro de estudios sociológicos, la confianza en el CIS ha caído a mínimos, siendo constantemente criticado por diversos expertos e incluso antiguos presidentes de la institución. Nada más entrar, en 2018, cambió el modelo que se había llevado hasta entonces con preguntas diferentes, un nuevo método en la estimación del voto, desaprovechando la serie histórica, dejó de preguntar por la valoración del Gobierno -con todos sus miembros suspendiendo en la anterior- y quitó la conocida como “cocina”.
La famosa “cocina” es un proceso de tratamiento de los datos que permite llegar a una estimación de voto más certera, y el CIS pasó a ofrecer a partir de entonces datos crudos menos fiables ya que no se corrigen los sesgos. Por ejemplo, empezó a ponderar más la simpatía, algo en lo que el PSOE suele llevar ventaja pero que no siempre se traduce en votos reales.
Tres años después, ese sistema no ha hecho sino producir errores. Las fuentes jurídicas aseguran que en el informe pericial aportado con la denuncia se centra en esos fallos. Según explican, las buenas encuestas tienen un margen de error que suele rondar los 1,5 puntos. Si falla menos, es una encuesta acertada, si falla más es una mala encuesta. Analizados los sondeos capitaneados por Tezanos, estos tienen una desviación media de alrededor de 3 puntos.
Esto se produce aunque los estudios del CIS son los que más recursos tienen, en los que más dinero se invierte para que sean todo lo precisos posible y los únicos que se hacen todos los meses, es decir, los que más información previa manejan.
Más allá del análisis estadístico, la querella que ha sido admitida a trámite también sospecha sobre la dirección en la que se producen esos errores. Normalmente, los fallos benefician a uno u otro partido prácticamente de manera parecida. Por ejemplo, en las elecciones de diciembre de 2015, con el CIS presidido por alguien afín al PP, las predicciones subestimaron al PSOE, pero en las de 2016 lo sobrestimaron. De hecho, El País analizó todas las elecciones desde el año 2000 y el CIS se equivocó antes de Tezanos prácticamente la mitad hacia la derecha y la mitad hacia la izquierda.
Desde que Tezanos ha estado al mando del CIS, esto ha dejado de pasar y siempre ha salido beneficiada la izquierda, especialmente el PSOE. Veamos algunos ejemplos. En las elecciones andaluzas de 2018, el primer sondeo que capitaneó, el CIS sobrestimó en 12,6 puntos el resultado de la izquierda y subestimó en 9,5 los de la derecha. En las generales de noviembre de 2019 infló 6,4 puntos a la izquierda y la derecha puntuó 6,1 por debajo del resultado final. En las autonómicas de mayo de 2019 el error fue casi idéntico. El único acierto rotundo se produjo fue en las elecciones generales de abril de 2019 cuando el sondeo oficial clavó el resultado.
En las últimas elecciones autonómicas de Madrid -en las que Tezanos pidió directamente el voto para el PSOE- todas las encuestas colocaban al PP y a Vox por delante del bloque de izquierdas. Todas menos el CIS, que puso a la izquierda dos puntos por delante de la derecha. Mientras que el resto de sondeos acabaron teniendo un margen de error de 1,6 puntos por partidos, el del CIS fue de 3 puntos y PP y Vox sacaron 12 más de lo que había vaticinado la institución pública.
¿Y los sobrecostes?
Más allá de los errores continuados, sobre la denuncia presentada por Vox también planea la sombra de las adjudicaciones del CIS a empresas subcontratadas. Esta no es la primera vez que Tezanos se ve envuelto en una polémica por este tipo de actuaciones. El año pasado, aprovechándose del decreto del estado de alarma que permitía contratar por la vía rápida sin licitación pública, la institución encargó un polémico barómetro a la empresa Intercampo en el que se preguntó si se debía limitar la libertad de información.
Intercampo fue contratada a dedo y, más allá de las preguntas que hizo, todo se complicó cuando se descubrió que es la empresa que utiliza para los sondeos la Fundación Sistema, vinculada al PSOE y presidida por el propio Tezanos, que siempre pronosticaba amplias victorias para el partido socialista en su revista, Temas, dirigida por el propio presidente del CIS.
Como se ve todo queda en casa en el caso de Tezanos. La revista Temas es una vieja conocida del socialismo patrio y los movimientos de la Fundación Sistema han servido para ver el propio proceso de ideológico del actual presidente del CIS. En sus inicios, la publicación servía para airear los postulados guerristas, con el propio Alfonso Guerra como presidente del consejo de redacción, en contra del ala de Alfredo Pérez Rubalcaba.
Actualmente, ese consejo de redacción dirigido por Tezanos está plagado de nombres afines a Pedro Sánchez, como la exministra de Sanidad María Luisa Carcedo, el exministro de Exteriores Josep Borrell, la exvicepresidenta Carmen Calvo, el candidato para Madrid Ángel Gabilondo y el actual ministro de Presidencia, Félix Bolaños, entre muchos otros del ala sanchista del partido.
Desde el entorno del presidente del CIS aseguran a este diario que aún no conoce el contenido específico de la querella que le ha puesto Vox, sin embargo, aseguran que cuando conozca más detalles sí se pronunciará al respecto e incluso planea escribir un artículo. Será en Temas, por supuesto.
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