“Todo llega a su tiempo, al lugar, a la persona, no lo llamo karma, lo llamo JUSTICIA. Mi dolor se va a convertir en alivio, nos veremos las caras H.D.P”. Este fue uno de los estados de WhatsApp que N. publicó tras la primera detención de Juan Francisco Vargas, el padre del desaparecido Yeremi hace 14 años. El arresto se produjo la madrugada del lunes pasado. ‘Juanfra’ –como le conocen coloquialmente sus allegados- estaba acusado de un presunto delito de agresión sexual contra su propia hija, de 13 años. Luego, quedó en libertad con cargos y con una orden de alejamiento de la pequeña.
Horas más tarde, N. publicó: “Ahora sí, que pase lo que tenga que pasar, ya no hay vuelta atrás, unidas se hará justicia a este ser”. Este segundo estado, al que también ha tenido acceso EL ESPAÑOL, se producía cuando ella y su hija P. –también de 13 años- se atrevieron a dar el paso para denunciar a Juan Francisco por otro caso. Lo hicieron en la comisaría de Puerto del Rosario (Fuerteventura), animadas por la repercusión de la primera detención en Las Palmas. N. había detectado un patrón. Para ella, los presuntos abusos que sufrió P. hace unos meses no podían ser una invención o un hecho fortuito.
Así, en la mañana del jueves, la policía detenía nuevamente a Juan Francisco, acusado por segunda vez en apenas 72 horas de haber cometido delitos sexuales. “Súper nerviosa, pero segura de este paso que hemos dado, princesa. Juntas podremos hacer justicia de una vez, te amo mi niña, siempre juntas”, rezaba un tercer mensaje de N. en su WhatsApp.
N. había conocido a Juan Francisco en 2019 en Balos, en el municipio de Vecindario (Gran Canaria). Comenzaron a salir y, ya establecidos como pareja, se mudaron a la isla vecina de Fuerteventura. En concreto, a la localidad de Corralejo, de donde eran originarias N. y su hija P. Los presuntos abusos se produjeron igualmente en el ámbito familiar y habrían precipitado el fin de la relación, en diciembre de 2020. Sin embargo, en aquel momento, por razones desconocidas, aunque P. relató lo sucedido, madre e hija no acudieron a la policía.
Este periódico se ha puesto en contacto con N., que, en una breve conversación telefónica se ha negado a comentar más detalles de lo que sucedió. “No daré declaraciones hasta que este señor esté entre rejas”, ha dicho refiriéndose a Juan Francisco. “Llevamos días sin comer y sin dormir. No estamos bien. Mi hija no quiere que la señalen en el Instituto”, ha concluido.
Por otro lado, N., en una conversación privada por WhatsApp con una persona del entorno cercano de Juan Francisco que ha podido consultar EL ESPAÑOL, ha asegurado que “se ha hundido él solo”, en alusión a los supuestos abusos sexuales que lo han devuelto al candelero 14 años después de la desaparición de su hijo Yeremi.
Movimientos de ‘Juanfra’
El ambiente que se respiraba la mañana del jueves en el barrio de las 80 viviendas de Los Llanos, en Vecindario, estaba enrarecido. Juanfra se había dejado ver en los últimos días por el lugar que le vio nacer: Los Llanos es el refugio a 30 minutos al sur de Las Palmas al que huyó ante la avalancha que se le vino encima cuando el pasado lunes, Bárbara, otra de sus exparejas, lo denunció por la presunta agresión sexual a G., la hija de ambos, fruto de una relación que tuvieron.
Juan Francisco estuvo ingresado en el hospital el mismo día que quedó en libertad. Él mismo había dicho que se desmayó tras conocer la acusación de su propia hija. Después, el médico le recetó pastillas para la ansiedad. “Lo está pasando muy mal”, asegura alguien de su entorno familiar a EL ESPAÑOL, que mantiene que las acusaciones son "mentiras". Luego no volvió a pisar el piso del barrio de Guanarteme de Las Palmas donde sucedieron los hechos. Se fue a casa de su madre, María del Carmen, en Los Llanos. Allí pasó el tiempo con su hijo mayor, Aidan, hermano de Yeremi, que quiso acompañarle.
María del Carmen, sin embargo, echó a su hijo Juanfra de casa el miércoles. Un vecino de la madre relata que hubo una discusión con la pareja de ella, un hombre de nacionalidad cubana. “¡Cubano, te vas a ir a Cuba!”, le dijo a gritos Juan Francisco al otro, según relata el vecino. Este entiende que la pareja de su madre no quería a Juanfra en casa para evitar ser el foco de atención.
Sin poder quedarse con su madre, Juan Francisco se dirigió entonces a la vivienda de una de sus dos hermanas, también en Vecindario. Sin embargo, el jueves por la mañana apareció nuevamente por casa de la madre con un vehículo gris. Lo hizo brevemente para recoger a su hijo Aidan, que estaba con ella.
Con su hijo, Juanfra volvió a casa de su hermana y, entonces, apareció la policía. Dos agentes de paisano lo volvieron a detener, delante de su propio hijo, en frente de casa de su hermana. Eran alrededor de las 11:30 de la mañana. Simultáneamente, otros dos policías se presentaron en casa de la madre de Juanfra para interrogarla. Juan Francisco volvía a estar detenido por agresión sexual apenas 72 horas después.
Según ha podido conocer este periódico de fuentes judiciales, Juanfra entró en el calabozo de una de las comisarías de la isla de Gran Canaria por una puerta secundaria, para evitar que fuera visto por los transeúntes. La ubicación de las dependencias policiales en las que ha pasado la noche no se ha dado a conocer. Las mismas fuentes han asegurado que el sospechoso pasará a disposición judicial este viernes.
La salida a la luz de este segundo caso de abusos ha abierto numerosas hipótesis sobre el comportamiento y la personalidad real de Juan Francisco. Los hechos registrados en la madrugada del pasado lunes ya no constituyen un caso aislado, sino que se detecta una posible conducta continuada y repetitiva.
Las fuentes policiales que se encargan de ambos casos, sin embargo, descartan que haya relación alguna entre estos presuntos abusos sexuales y la desaparición de Yeremi Vargas hace 14 años. Entonces, Juan Francisco ya fue investigado, al igual que todo el entorno del niño desaparecido, y no hubo ningún indicio concluyente que colocase al padre como sospechoso.
Según ha sabido EL ESPAÑOL por fuentes del entorno familiar, Ithaisa Suárez, madre de Yeremi, está en 'shock' después de esta segunda detención. Lo mismo le ocurrió el lunes pasado, cuando "dudó", aunque finalmente decidió confiar en su exmarido, a quien apoya de forma privada. Ahora, todavía procesa este segundo suceso.