La víctima se quitó la camiseta sabiendo que se avecinaba pelea. Al menos 12 personas le perseguían, si bien tres eran los principales instigadores de la agresión. Durante un momento se produce un toma y daca de persecuciones y golpes a las puertas de la estación de Abando-Indalecio Prieto, en pleno centro de Bilbao. Eran las cinco de la tarde de este jueves.

Uno de los principales agresores, un menor, de 16 años, consigue asestarle una puñalada en el torso. Acto seguido, los agresores huyen corriendo. La víctima pierde sangre a raudales mientras avanza unos metros hacia el interior de la concurrida parada de metro y Cercanías. Se tapa la herida con la mano, sabe que es grave. Una vez dentro, se desploma junto a una máquina recreativa para niños.

Los guardias de seguridad le socorren tapando la herida con lo primero que encuentran a mano, en este caso, la chaqueta del propio agredido. Los servicios de emergencias están avisados. Mientras tanto, la gente se agolpa en la estación en torno a lo que dentro de pocas horas será un cuerpo sin vida.

El marroquí apuñalado en la estación de Abando, en Bilbao

Los servicios de emergencia llegaron y trasladaron al hombre, un marroquí de 28 años, al hospital de Basurto con pronóstico muy grave. Poco se pudo hacer por él. Según informa El Correo Vasco, la Ertzaintza detuvo el mismo jueves en torno a las ocho de la tarde al presunto autor de este asesinato, un menor extranjero no acompañado -mena- de 16 años que estaba a cargo de un centro de acogida de la diputación de Vizcaya. Los agentes pudieron identificar al presunto asesino por la grabación de las cámaras de seguridad de la estación, que captaron la agresión.

Uno de los vigilantes salió a la parte trasera, por la calle José María Olabarri, y pudo ver al numeroso grupo de menas salir disparados hacia todas direcciones, la mayoría, hacia la estación de Feve. “12 o 14”, han relatado varios testigos a El Correo.

“Sangraba a chorro”, declararon los vigilantes de seguridad al citado diario vasco. “En segundos el chaval se ha puesto amarillo. Se nos estaba yendo”, lamentaban. “El que lo ha hecho sabía dónde dar”. Al poco rato el hombre falleció, víctima de un brutal apuñalamiento que buscaba hacer el máximo daño posible y no simplemente dar un susto. El charco de sangre sobre el mármol de la estación apunta a una puñalada certera, bien elegida en el torso de la víctima.

El origen de la pelea se remonta casi una hora antes del asesinato en una zona cercana a la estación, en el barrio de San Francisco. Una hora después se produjo la pelea con este funesto final.

Los vecinos de la zona llevan tiempo advirtiendo que la parte trasera de la estación de Abando es la parada habitual de estos grupos de menores y que la inseguridad ha crecido tras el fin del estado de alarma.



De hecho, antes de la pandemia, la trasera de Abando llegó a estar cerrada con vallas. Pretendían, de esta manera, evitar incidentes durante las fiestas de Bilbao. Este cierre se prolongó hasta la entrada en vigor del confinamiento domiciliario a causa de la Covid-19. En ese momento, esas vallas perdieron su razón de ser y se retiraron. Actualmente, no se han vuelto a poner.

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