"¿Cómo es posible que una cazatalentos con tan poca pericia cobre casi 400.000 euros de una empresa privada? ¿Cómo es posible? ¿Cómo es posible? Ya no son puertas giratorias, son puertas, ventanas, tejados..." Así de vehemente se mostró Antonio Miguel Carmona en un mítin de campaña en mayo de 2015, cuando se postulaba a la alcaldía de Madrid. Se refería a Esperanza Aguirre, su rival en aquellos comicios, y a su trabajo en la empresa Seeliger y Conde. La firma la incorporó en 2013 como cazatalentos de grandes directivos. Algo más de seis años después es Carmona quien ficha por una empresa privada. El sábado se dio a conocer que el político socialista será nombrado en los próximos días vicepresidente de la energética Iberdrola España.
Carmona entra en Iberdrola en plena guerra entre el Gobierno y las eléctricas. Los máximos históricos del precio de la luz -supera los 200€/MWh- llevaron a la cartera de Teresa Ribera a decretar una intervención en los precios. La estrategia de la incorporación de Carmona a Iberdrola sigue un acercamiento entre la eléctrica y el Gobierno. Aunque el expolítico del PSOE ya no ocupa ningún cargo público ni tampoco dentro el partido, la noticia de su nombramiento ha generado recelos en los propios socialistas y en sus socios en el Ejecutivo, Unidas Podemos.
El diputado socialista Santos Cerdán ha calificado de un "mal mensaje" el ascenso de Carmona a la directiva de la empresa vasca. Otro socialista, el alcalde de Valladolid, Óscar Puente, ha ido más allá y ha asegurado no entender el fichaje del militante madrileño por parte de la compañía. "Carmona no representa al PSOE y el PSOE no se vende", ha dicho el edil. Según ha trascendido, los socialistas se enteraron del fichaje de Carmona por la prensa y lo rechazan como interlocutor.
Por su parte, el presidente del Grupo Parlamentario de Unidas Podemos en el Congreso, Jaume Asens, ha calificado el movimiento de "indecente" y ha pedido al PSOE la expulsión de Carmona como militante. La portavoz morada, Isa Serra, se ha pronunciado en la misma línea que su compañero: “Es un escándalo y es reírse de la ciudadanía".
Contra la corrupción
Economista de formación, el futuro vicepresidente se afilió al PSOE en 1986, con 23 años. Desde 1990 ha estado estrechamente vinculado al partido en la Comunidad de Madrid y a la Ejecutiva Federal. Carmona fue miembto de la dirección del PSOE madrileño en los 90, época en la que fue muy próximo a Joaquín Leguina y a José Luis Rodríguez Zapatero.
Concurrió a las elecciones a la Asamblea de Madrid en 1999 y 2011, y a la alcaldía de la ciudad en 2015, cuando se midió contra Esperanza Aguirre y Manuela Carmena. A pesar de que fueron los peores resultados históricos hasta la fecha del partido en unas elecciones municipales, Carmona cosechó el mejor resultado de los socialistas en las grandes ciudades. No en vano, ha salido en numerosas encuestas como uno de los políticos más valorados por los militantes socialistas.
Además de diputado autonómico entre 1999 y 2003 y 2011 y 2015, y concejal entre 2015 y 2018, Carmona fue también secretario de Política Económica y Empleo del PSM y miembro del Comité Federal del PSOE. Durante las dos legislaturas en las que fue diputado, hizo de la lucha contra la corrupción su principal mantra: denunció las actividades de los dirigentes populares Ignacio González y Francisco Granados, fue el primer político en hablar públicamente de la situación de Caja Madrid y Bankia y se opuso, entre otras iniciativas, a que los parlamentarios recibieran pensiones máximas, así como promovió la erradicación de otros privilegios.
Carmona fue apartado paulatinamente del PSOE tras las elecciones de 2015. La dirección del partido decidió dar su apoyo a la candidata cercana a Podemos Manuela Carmena en contra de su propio candidato, a quien Esperanza Aguirre ofreció los votos del PP para investirle alcalde y evitar que los morados se hicieran con el consistorio. Además, sus diferencias con el proceso de primarias federal, provocó que fuera finalmente cesado en 2018 como portavoz del Grupo Municipal Socialista en Madrid después de que el partido le ofreciera un puesto de senador, que él rechazó.
Carmona se presentó en 2019 a las primarias a senador, siendo el más votado por los militantes. La dirección federal no aceptó el resultado y le ofreció un puesto como duputado en el Congreso, algo que él nuevamente rechazó y se jactó de no tener precio. Este historial de desencuentros con la dirección del partido le colocan como uno de los principales críticos del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
440.000 euros
A pesar de una carrera política apegada a sus convicciones y contundente contra la corrupción, el economista no ha dudado en aceptar la propuesta del sector privado. Carmona es doctor en Economía, materia de la que ha sido profesor universitario y de la que ha escrito tres libros. Sin embargo, no cuenta con experiencia profesional en el sector energético. El cargo de vicepresidente en Iberdrola es de nueva creación, después de que el Consejo de Administración no renovara a Inés Macho en abril de 2020. En 2018, según datos de la compañía, la ejecutiva tenía una remuneración anual de 440.000 euros.
El nombramiento de Carmona ser hará efectivo en los próximos días. El PSOE todavía no se ha pronunciado sobre la permanencia de Carmona como militante, ni de forma oficial sobre un caso que sus socios de Podemos no dudan de calificar como un nuevo ejemplo de puertas giratorias. "Los méritos que se les exigen son haber defendido los intereses de las mismas [eléctricas] en el pasado contra el bien común, en eso Carmona no tiene tacha", ha asegurado portavoz de Unidas Podemos en la Asamblea de Madrid, Carolina Alonso.