El 'castigo' que Lourdes le impuso a dos de sus hijos por desobedecer se le fue de las manos y terminó dando explicaciones ante un juez. La convivencia entre la madre y los adolescentes, un chico, de 17 años, y una chica, de 15 años, se tensó a base de discusiones por las continuas salidas con la pandilla de amigos y el incumplimiento del toque de queda para regresar a casa. Algo habitual en más de una familia española, pero que en el caso de esta prole de Los Alcázares ha sido llevado al extremo tras mediar la Justicia porque Lourdes decidió 'poner de patitas en la calle' a ambos menores para atajar su rebeldía.
La chica, de 15 años, debía estar en casa, como un clavo, a las 22:30 horas, y el chico, de 17 años, al ser más mayor, se le permitía llegar pasada la medianoche. Pero los dos incumplían de largo el horario y reiteradamente. Además, estaban más pendientes de sus móviles que de implicarse en las tareas del hogar, a pesar de que su madre estaba pluriempleada: Lourdes se deslomaba a diario como camarera y limpiando casas para mantener a flote la economía familiar -con la ayuda de su novio-.
Las trifulcas con los adolescentes -según fuentes del caso- fueron de menos a más durante las vacaciones de verano porque los zagales incumplían las normas de convivencia familiar, aprovechando las prolongadas ausencias en el hogar de su madre y su novio por sus largas jornadas laborales. El tercer hijo de Lourdes, mayor de edad, no ponía remedio a la situación y eso lo único que provocaba era que la madre estuviese de uñas con sus tres hijos, hasta el punto de optar supuestamente por encerrar a los menores en el domicilio para que no se pasaran el día en la calle.
A finales de agosto se produjo un hecho que hizo estallar a Lourdes: su hija fue cazada presuntamente sisando artículos de una cadena comercial. Así que castigó a la menor 'incautándole' el móvil. Una tragedia para un chica de 15 años. La convivencia empeoró más porque al chico, de 17, también le intervino el celular. El 27 de agosto se produjo tal discusión entre la madre con sus tres hijos, a cuenta de las salidas, que optó por 'castigarlos' echándolos a la calle. El mayor de edad se fue con su novia, pero los menores tiraron cada uno por su lado: ella llegó llorando a casa de una amiga en Los Alcázares y él se fue al domicilio de un colega en San Javier.
Con estos ingredientes, el guión de la trifulca familiar saldada con un castigo radical, fruto de un calentón, dio paso a la intervención del instituto, de la Policía Local, de los Servicios Sociales, de la Guardia Civil y de la Justicia por un caso de abandono de menores de edad. Todo ello, partiendo de la base de un lío doméstico donde ni la madre ni los menores son los buenos ni los malos, ni llevan el cien por cien de la razón.
El escarmiento a los dos adolescentes se prolongó durante 26 días. A lo largo de ese periodo, la chica, de 15 años, estuvo viviendo en casa de una amiga a cuyos padres se negaba a facilitar el número de su madre para que mediasen en la crisis familiar, argumentando que tenía miedo de que le pegase. Por su parte, el chico, de 17 años, alternó noches en el piso de la novia de su hermano, con pernoctaciones en el domicilio de un amigo donde se colaba de madrugada para que sus padres no se enterasen del pastel. Incluso durmió al raso sufriendo el robo de su documentación y el móvil.
'21S': día clave
La situación de los menores se destapó tras el inicio del curso en un instituto de esta localidad del litoral de la Región de Murcia. El 21 de septiembre, Lourdes fue a la salida de clase para llevarse a su hija de vuelta al domicilio familiar. Sin embargo, el reencuentro acabó como el rosario de la aurora porque la adolescente se negó a volver a compartir techo y regresó al centro para denunciar al equipo directivo el 'castigo' que su madre le impuso tanto a ella como a sus dos hermanos: los echó de casa.
En el instituto se quedaron ojipláticos cuando la chica supuestamente relató que no sabía nada de su madre desde el 27 de agosto, que le tenía miedo, que las discusiones en casa eran diarias y la convivencia era mala, que estaba durmiendo de acogida en el domicilio de una amiga... Como era de esperar se activó el protocolo de asistencia a menores y el equipo directivo llamó a la Policía Local.
Una pareja de agentes se entrevistó con la chica y sus dos hermanos que corroboraron que su madre les 'desterró' del hogar familiar. Los policías también hablaron con Lourdes para conocer la otra versión de esta rocambolesca historia y la mujer confesó que la convivencia con sus tres hijos era complicada, que solo querían estar en la calle y que no denunció su desaparición a las Fuerzas de Seguridad porque había tratado de localizarlos .
Las versiones de madre e hijos eran tan distintas como la noche y el día, de modo, que la Policía Local informó de un supuesto caso de abandono de menores a la Guardia Civil. También se dio traslado a los Servicios Sociales de Los Alcázares que se entrevistaron con la madre.
Durante el seguimiento del caso se comprobó que tras el '21S', Lourdes no ejercía la patria potestad sobre su hijo porque presuntamente seguía viviendo con un amigo. También se tuvo constancia de que a su hija supuestamente no le hacía de comer, el almuerzo en el instituto se lo financiaban los padres de la amiga que la acogió temporalmente y además la dejaba encerrada en casa cuando ella se iba a trabajar. El motivo: evitar que se escapase, ya que a sus 15 años no regresaba hasta la medianoche, a pesar de que al día siguiente tenía clase.
'Operación Homeless'
El 24 de septiembre en otra inspección sorpresa se comprobó que los dos menores y Lourdes estaban tratando de arreglar la convivencia familiar, pero ya era tarde porque la Guardia Civil puso en marcha la 'Operación Homeless': sin techo.
El 'castigo' de esta madre, acabó plasmado en un comunicado del Instituto Armado donde informaban de la detención de una mujer, de nacionalidad paraguaya, de 36 años, que quiso darles un escarmiento a sus dos hijos negándoles la estancia en el domicilio familiar. Por todo ello, fue puesta a disposición de los juzgados como presunta autora de un delito de abandono de menores de edad que podría haber tenido consecuencias sobre la custodia de los adolescentes.
EL ESPAÑOL localizó este martes a Lourdes, comprobando que más allá de lo desacertado de echar a la calle a su hijo, de 17 años, y a su hija, de 15 años, lo cierto es que los menores residen en un piso adosado, de una buena zona de Los Alcázares, gracias a su trabajo como limpiadora. Los menores no faltan al instituto, de hecho, la pequeña de la casa aprobó todas las asignaturas el curso pasado y el mediano tras acabar Educación Secundaria Obligatoria estudia un grado medio de peluquería.
Tanto el chico como la chica tienen buen aspecto, están perfectamente aseados y vestidos a la última. "Mis hijos no han estado en la calle un mes y yo sabía en todo momento dónde estaban", espeta la mujer al periodista -visiblemente molesta-. "Yo no fui detenida en ningún momento, acudí voluntariamente a declarar ante la Guardia Civil, acompañada de mi abogada, y he salido limpia del juzgado".
- Entonces, ¿por qué motivo la Guardia Civil ha emitido un comunicado sobre su arresto en la 'Operación Homless' por supuesto abandono de menores?
- Lourdes: Yo sé lo que tengo en mi casa y no tengo que dar explicaciones porque es mi vida privada. Soy una mujer currante, que está criando y educando a sus hijos sin recibir ni ayuda ni una sola prestación social. Aquí la ha liado el instituto por avisar a la Policía y voy a emprender acciones legales contra el centro. También pienso hablar con la Guardia Civil por haber hecho la pelota más grande porque en ningún momento le dijeron a mi abogada que estaba arrestada. Todo esto ha sido una rabieta de mis hijos.