David, el coleccionista asturiano con más móviles Nokia: tiene 321 y conoció a su mujer gracias a uno

A David, desde muy niño, le ha apasionado la tecnología. Desde su más tierna infancia siempre le gustó “cacharrear” con todo tipo de dispositivos electrónicos. Los montaba, desmontaba, arreglaba… de todo. El primer aparato que deshizo para “ver sus tripas” fue una vieja radio de su abuelo. Ahora es coleccionista —entre otras cosas— y en su haber tiene 321 móviles de la marca Nokia, que forman una de las más curiosas compilaciones de esta marca en España. Todos, para él, son especiales, pero quizá más, el primer teléfono que se compró cuando era adolescente o el que usó para conocer a su mujer.

Este vecino de San Rafael (Segovia), sin embargo, reconoce a EL ESPAÑOL que en un principio no quería hacer una colección de móviles, sino que le llamaba la atención hacerse con todo tipo de “videoconsolas y videojuegos”. “Pero era muy caro”, ríe David Gutiérrez Mora (Avilés, Asturias, 1980) en conversación telefónica con este diario. Por ello, en 2009, comenzaría a hacer acopio de todos los móviles de la marca Nokia casi producto de la casualidad. Hoy tiene una de las mayores colecciones de España de teléfonos de la empresa de telecomunicaciones finlandesa.

“Lo que me gusta de coleccionar móviles Nokia, y no de otra marca, es que esta empresa tenía una variedad de teléfonos muy distintos unos de otros. Por ejemplo, en Sony Ericsson podías conseguir el P10 o el P28, pero en el fondo son todos iguales. Con tapita y ya”, explica este coleccionista asturiano que se ha asentado en tierras segovianas producto del amor. Un amor que, de hecho, empezó también con un Nokia. El Nokia 3210.

David, que es un apasionado de la tecnología, tiene una de las colecciones de móviles Nokia más grandes de España. Cedida

Y es que este técnico informático ha sido muy viajero. Aparte de vivir en Asturias o Segovia, David también ha pasado una larga temporada en Barcelona y, también, en Almería. Fue allí donde, en el año 2000, conoció a Marta, quien es ahora su mujer. “Por ella vivo en San Rafael, porque ella es de aquí”, explica el coleccionista de Nokia. Los SMS de uno de ellos fueron los culpables del incipiente amor de David y Marta.

SMS de amor

“Conservé durante muchos años la factura donde venía el primer SMS que le envíe a mi pareja cuando nos estábamos conociendo. Era del 1 de abril del 2000”, recuerda, con cariño, el coleccionista de móviles. En aquel tiempo, David tenía un Nokia 3210 y empezó a mensajearse, vía SMS, con la que a día de hoy es su mujer.

No existían entonces ni los smartphones ni WhatsApp, pero para un amante de la tecnología como lo es David, los mensajes de texto que ya sólo recuerdan los millennials —o generaciones anteriores— le sirvieron como válvula de escape para hablar con la chica que quería enamorar.

El Nokia 3210, con el que David enviaba SMS a Marta, su actual mujer, cuando la conoció. Cedida

Por ella, el joven coleccionista de móviles de Nokia se trasladó en 2003 a Castilla y León. Dos años después, Marta se reuniría con él en San Rafael, un enclave de 2.312 habitantes, según el INE de 2020, perteneciente al municipio segoviano de El Espinar. Cuando se asentó allí, David decidió profesionalizarse en el mundo tecnológico gracias a la consecución de un título de Técnico de Operaciones de Montaje y Mantenimiento de Sistemas Microinformáticos que se impartía bajo la dirección de la Junta de Castilla y León.

“Antes de eso, de manera autodidacta, aprendí mucho sobre reparaciones trasteando. Desmontaba móviles y otros aparatos y los volvía a montar mediante el método de prueba y error. Así aprendí hasta que ya hice la formación profesional”, asegura el apasionado coleccionista. Comenzaría, de esta manera, una carrera profesional que llevaría a David al acopio de los dispositivos Nokia hasta contar con una prolífica colección.

Móviles en su trabajo

Como técnico informático, David reparaba todo tipo de ordenadores. Y al lugar donde trabajaba de vez en cuando se dejaba caer algún vecino que le cedía su viejo móvil “por si alguien lo necesitaba”. “La cosa es que empecé a acumular y acumular móviles y, por ello, comenzaría mi colección”, desvela el coleccionista.

Así, en 2009, empezó a correrse la voz por todo El Espinar —y alrededores— de que había un chico en San Rafael que estaba coleccionando móviles. “La gente empezó a contactarme por todos lados, sobre todo, por las redes sociales ofreciéndome móviles Nokia antiguos para aumentar la colección. También aportaron mi familia o amigos de Asturias y sus conocidos”, recuerda David.

El Nokia 5110, el primer móvil que se compró David cuando era adolescente, es el más especial de su colección. Cedida

Pero, de los 321 móviles Nokia que tiene David —de los cuales funcionan el 95%—, hay uno que es el más especial. Se trata del Nokia 5110 porque fue el primer móvil que se compró “cuando era adolescente”. “Me acuerdo perfectamente que me costó 25.000 pesetas y era de prepago en Movistar Activa”, esgrime el coleccionista.

David, de esta forma, iniciaría sin saberlo una colección que le ha llevado a tener varias joyas históricas de la compañía finlandesa. Por ejemplo, “el Nokia 8210, que todo el mundo quería al ser el móvil más pequeño en 1998” o “el Nokia 100, el móvil más antiguo que he conseguido que es de principios de los años 90, cuando no todo el mundo tenía móvil”, dice.

Lo curioso de esta colección de móviles, además, es que todos se los han regalado y cedido. “Sólo me he comprado uno, en 2017. Se trata del Nokia 3, con el que la compañía se relanzó al mercado y que ya tenía sistema Android”, cuenta David. Como leen, la vida de David ha estado rodeada de móviles Nokia a nivel profesional, de hobbie o, incluso, sentimental, por lo que ahora exhibe orgulloso su prolífica colección.

El Nokia 3 ha sido el primer 'smartphone' con Android que ha tenido David. Es el único móvil comprado. Cedida

—¿Cuánto podría valer su colección de móviles en la actualidad?

—La verdad, nunca me he parado a calcularlo. Algunos los puedes encontrar en Wallapop, por ejemplo, por 5 ó 10 euros, pero hay otros que son más difíciles de encontrar, por lo que es difícil de cuantificar.

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