Los vecinos llevaban tiempo advirtiendo de lo que podía pasar. “Nadie nos hizo caso”, se queja uno de ellos a EL ESPAÑOL. Al final ha sucedido. La noche de este jueves, Francisco Javier Almeida López de Castro ha sido detenido como presunto autor del asesinato de un niño de nueve años en Lardero (La Rioja).
Según confirman fuentes policiales a este periódico, el detenido ya ocupó las páginas de sucesos en agosto de 1998 por el llamado “crimen de la inmobiliaria”, cuando le quitó la vida a una mujer en la ciudad de Logroño. Cinco años antes, en 1993, fue condenado a 7 años de cárcel por violar a una mujer.
“Este verano varias vecinas se han quejado de que había un hombre que acosaba a los niños”, afirma un hostelero de la zona. Pachi, como es conocido el presunto asesino, acaparaba todas las miradas por sus antecedentes, que muchos conocían, y por los cuales ya cumplió pena de prisión.
El hombre convenció con engaños al menor asesinado hasta lograr, presuntamente, llevarlo desde un parque cercano hasta su portal, en el número 7 de la calle Río Linares. "Se llevó al niño engañado diciéndole que le iba a regalar un cachorro. Se lo han llevado hoy [viernes] a la comandancia. Cuando llegó la patrulla ya fueron directos a la casa del tipo y se lo encontraron en el rellano. Les parece que pudo ser por asfixia, pero hay que esperar a la autopsia", cuentan fuentes cercanas a la investigación a EL ESPAÑOL.
A las 20:25 horas de este jueves, se recibió una llamada en el SOS Rioja 112 que alertaba de la desaparición de un menor en este municipio del área metropolitana de Logroño, a unos 5 kilómetros de la capital riojana y con más de 11.000 habitantes.
Vecinos de la zona han indicado a EFE que el niño ha sido encontrado en el interior del portal donde vive el detenido. Esas mismas personas narran que la víctima estaba jugando con otros niños en un parque situado junto al colegio Villa Patro, de donde un hombre se lo llevó.
A los pocos minutos del aviso al 112, una patrulla de la Guardia Civil requirió a su vez la presencia de una ambulancia en la zona. Habían encontrado al menor en estado muy grave, inconsciente, tumbado junto a un varón. Una vez que ha llegado la ambulancia al lugar, se intentó reanimar a la víctima. Los intentos resultaron infructuosos y el niño falleció poco después.
Tras conocerse el suceso, se han producido momentos de tensión, sobre todo cuando la Guardia Civil y la Policía Local ha preparado el operativo para sacar al detenido desde el garaje de la vivienda, donde se han concentrado unas 200 personas.
Durante varios minutos, los concentrados han increpado a los agentes, a los que han reprochado que protejan al detenido y han pedido que les dejasen entrar para "lincharlo". Varios de estos vecinos han asegurado frente a los guardias que ya habían advertido de más intentos perpetrados por el detenido en los cuales había tratado de secuestrar a otros niños en esa misma zona del municipio.
"Nos llamabais locos y solo veníais dos y ahora ha tenido que morir un niño para que vengáis todos a proteger al asesino", ha afirmado una vecina a los agentes. Testigos presenciales han explicado a periodistas que en la zona había "inquietud" por la presencia habitual de este hombre que salió de prisión en 2020 tras cumplir una condena por el asesinato de la agente inmobiliaria Carmen López en Logroño en agosto de 1998.
El detenido ha sido trasladado a las dependencias de la Guardia Civil en Logroño; mientras que los agentes permanecen en el interior del inmueble. Los vecinos continúan en las inmediaciones, detrás de un cordón de la Benemérita y de la Policía Local, pendientes del traslado del cadáver del menor por parte de los servicios funerarios.
El asesinato de Carmen
La primera vez que Pachi Almeida delinquió fue por una agresión sexual en 1993, por la que fue condenado a siete años de prisión. Cinco años más tarde mató a sangre fría a Carmen López, una agente inmobiliaria de Logroño.
Según recoge la sentencia de aquel caso, a la que ha tenido acceso este periódico, los hechos probados son los siguientes. Almeida había acudido días antes del crimen a la oficina de la inmobiliaria San Martín, para concertar una visita a un piso en venta. Fue allí donde localizó a su primera víctima mortal.
Asesino y víctima concertaron una cita para el 17 de agosto en el inmueble en cuestión. La primera visita tuvo lugar a las 17:30 horas de aquel día de verano. Hubo una segunda a las 20:30 horas. Carmen no volvería a ser vista con vida. Los dos entraron juntos en el domicilio y Almeida la empujó sobre la cama.
El asesino comenzó a dar puñaladas a la mujer, un total de 17. Todas las heridas eran superficiales, a excepción de una fatal, que le seccionó las glándulas tiroideas y la tráquea. A continuación, el asesino le dio la vuelta a su víctima y le propinó nuevos cortes, le mordió el labio y terminó por clavarle el arma blanca en el corazón, lo que le causó la muerte inmediata a Carmen. La agente inmobiliaria tenía 26 años.
La Audiencia Provincial de Logroño condenó, en abril del año 2000, a Almeida a 20 años de cárcel por un delito de asesinato con alevosía y a otros 10 años por agresión sexual con ensañamiento. No hubo atenuantes.
Los forenses y psicólogos determinaron que Almeida no tenía trastornos mentales y actuó con plena consciencia de lo que estaba haciendo. “Estuvo férreamente protegido durante la instrucción y el juicio”, recuerda una fuente policial que vivió el caso de cerca.
Además de esta condena, el asesino confeso tuvo que pagar las costas procesales del juicio y una indemnización de 40 millones de pesetas a la familia de la víctima en concepto de responsabilidad civil.
Tras esto, ingresó en la prisión de Dueso, en Cantabria, de donde salió el año pasado. El 14 de abril fue trasladado a la cárcel de Logroño en régimen de tercer grado. “Los internos que cometen delitos muy graves o con mucha alarma social, se mandan a cumplir fuera del lugar en que se cometen los hechos, por su seguridad y evitar problemas regimentales”, recuerda una fuente penitenciaria a este periódico. Almeida ya había regresado, una vez cumplida su pena.
Ahora, el presunto asesino de un niño de nueve años permanece bajo la custodia de la Guardia Civil a la espera de pasar a disposición judicial. 23 años separan ambos crímenes.