El vaticinio del abogado del asesino de La Rioja tras el crimen de 1998: "Volverá a hacer lo que ha hecho"

La preocupación del letrado era máxima. El motivo era que el tribunal no lo consideraba "un enfermo, para poder curarlo", sino "un delincuente, sabiendo que volverá a matar".

De hecho, predijo lo que desgraciadamente ha terminado ocurriendo: "La muerte anunciada de otra persona, aunque aplazada". Tenía clara la peligrosidad de su cliente, tal y como ha desvelado el periódico La Rioja.

También lo estimó así otro de sus letrados. En este caso, Antonio Pérez Andrés. En el año 2000, Almeida se encontraba en prisión provisional y el Tribunal Superior de Justicia de La Rioja debía prorrogar o no su situación privativa de libertad condicionada.

El letrado, para extrañeza de muchos, no se oponía a que su cliente siguiera en prisión, sino todo lo contrario. No estaba en contra de los argumentos de la acusación.

El propio Almeida se consideraba entonces un peligro para la sociedad y aseguraba ser un peligro para sí mismo y para terceros. La argumentación se basaba, nuevamente, en que estaba enfermo y debía recibir tratamiento para sus patologías antes de volver a gozar de libertad.

Interior le dio el tercer grado

Tal y como ya se ha contado en EL ESPAÑOL, la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, dependiente del Ministerio del Interior, fue quien concedió el tercer grado en febrero del año 2020 a Almeida, detenido este jueves por la noche como presunto asesino de la muerte de un menor en Lardero (La Rioja).

Este órgano administrativo central en materia de Prisiones le otorgó el régimen abierto —que permite a los presos pasar el día fuera de la cárcel y regresar solo a dormir y acceder a él es condición imprescindible para lograr, posteriormente, a la libertad condicional de la que disfrutaba cuando fue detenido anoche— en contra del criterio del penal del Dueso, ubicada en Santoña (Cantabria).

Una vez en libertad, Almeida habría cometido un nuevo delito este jueves. El hombre fue encontrado en su portal con el menor fallecido en brazos. Al parecer, le convenció con engaños hasta lograr, presuntamente, llevarlo desde un parque cercano hasta su portal, en el número 7 de la calle Río Linares. "Se llevó al niño engañado diciéndole que le iba a regalar un cachorro", contaron a EL ESPAÑOL fuentes cercanas a la investigación. 

Además, según ha podido saber este periódico por fuentes vecinales, Almeida había intentado anteriormente engañar a otros niños del barrio, sin llegar a conocerse sus intenciones, en el último año. Pachi, como era conocido el presunto asesino, había sido fotografiado incluso por unas menores en su ventana tras increparles.

El crimen de la inmobiliaria no es el único delito por el que ha sido privado de libertad Almeida. También fue condenado en 1993 por la violación de una mujer.