Tres escenarios distintos se dibujaban este domingo en La Rioja, apenas 72 horas después del asesinato de Alex, de 9 años, presuntamente a manos de Francisco Javier Almeida. El primero de ellos en Lardero, en el parque infantil de Villa Patro. El Juzgado de Instrucción número 2 de Logroño era el segundo. En última instancia, a menos de 5 kilómetros de los otros dos lugares, los focos apuntaban al Palacio de Congresos Riojaforum, donde Fernando Grande-Marlaska pasaba de puntillas por el asunto.
Cosas del azar, el ministro Marlaska, titular de la cartera de Interior, se encontraba en Logroño este domingo. Lo hacía para clausurar un congreso del PSOE regional y, ante la prensa, hablaba sobre el caso. Estaba en el punto de mira porque la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, dependiente de su departamento, fue quien otorgó el tercer grado a Almeida, algo que a la postre le permitió gozar de la libertad condicional, en contra de la opinión de la Junta de Tratamiento de la prisión de El Dueso, en Santoña (Cantabria).
Apenas una hora antes, el acusado Francisco Javier Almeida salía de las dependencias de la Guardia Civil de Logroño. Eran en torno a las 10.30 horas y su destino, el Juzgado de Instrucción Número 2 de esta misma ciudad. Llevaba casi 72 horas detenido y debía mostrarse ante la jueza. Se acogió a su derecho a no declarar, pero se decretó para él la prisión provisional comunicada y sin fianza a la espera del juicio. Se le acusa de un delito de homicidio y no de asesinato.
El parque Entre Ríos de Lardero acogía a las 12 horas del domingo la concentración en memoria de Alex. Su tío era el encargado de exponer la indignación y el dolor de la familia por lo ocurrido ante el silencio sepulcral de los vecinos. Gonzalo Martín apuntaba: “El asesinato de mi sobrino se podía haber evitado. Este señor salió hace 19 meses (de prisión). Creo que la Justicia ya podía haber hecho algo con este individuo, este asesino”.
Marlaska se escabulle
A menos de tres kilómetros de donde se negaba a declarar el acusado se encontraba Fernando Grande-Marlaska, ministro del Interior. Participaba en el Congreso del PSOE de La Rioja y hacía alusión al asesinato del pequeño Alex. A su salida, a la hora de atender a los medios, ya sabía que Almeida se había negado a declarar y le habían enviado a prisión sin fianza.
Su cartera se ha visto involucrada en la polémica por la concesión del tercer grado a Almeida por parte de la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, que dirige Ángel Luis Ortiz González. Marlaska fue quien le nombró en 2018 y compartió promoción con él.
Ortiz dijo a finales de 2019 que uno de sus principales objetivos en el cargo era "incrementar el número de terceros grados". Esta situación, a la que accedió en 2020 Almeida, era motivo sine qua non para el imputado en el crimen para lograr la libertad condicional.
Después de todo, aseveraba este domingo el ministro que su departamento está "evaluando" lo sucedido "para sacar las conclusiones necesarias". Recalcaba que todas las actuaciones se han llevado a cabo "ateniéndose al principio de legalidad". Y se decantaba por un debate pausado, por el que aboga "en cualquier ámbito normativo. Evidentemente".
Ante preguntas de la prensa en Logroño, Marlaska exculpaba de la decisión de dejar libre al órgano que dirige su compañero Ortiz y del que él es responsable en última instancia. "Quien otorga la libertad condicional es el Juzgado de Vigilancia penitenciaria, pero evidentemente siempre hay una cooperación y coordinación entre ambos".
El socialista hacía hincapié en el debate pausado para pasar de puntillas por la polémica y zanjar su comparecencia improvisada. "No caigamos en la temeridad de tratar de llegar a conclusiones a las horas de esta desgraciada tragedia". Los vecinos de Lardero consultados por este periódico no le vieron en el barrio de Villa Patro.
El silencio del asesino
Francisco Javier Almeida tardó dos años en reconocer que él había asesinado a María del Carmen López. No lo hizo hasta que no se llegó al juicio por el conocido como 'Crimen de la Inmobiliaria'. Tras aquel asesinato, pasó 23 años en la cárcel.
La libertad condicional le permitió gozar de 568 días lejos de un penal. Pero todo se truncó cuando el pasado jueves se le detuvo por ser el presunto asesino de Alex.
Un vecino le vio con el pequeño en las manos el pasado jueves, al lado de su casa en el número 5 de la calle Río Linares. Él le dijo: "¿Este es el niño al que estáis buscando? Se ha desmayado". La policía le detuvo y tuvo improvisar un dispositivo para sacarlo de su inmueble, cerca de donde falleció el pequeño por las heridas causadas. Se vivieron momentos de tensión. Los vecinos querían "lincharlo".
Cuentan los vecinos que era Almeida quien llevaba perturbando la convivencia algún tiempo en el lugar. Varias niñas denunciaron que, semanas atrás, Pachi les había dicho de subir a su casa para ver unos pajaritos.
Las menores incluso se hicieron un selfie para retratar al hombre que les decía de ir a su casa. De hecho, fue un menor de 12 años quien, cuando supo que un niño se había perdido, delató el bloque donde vivía el varón y podía estar el niño.
Pachi se encontraba en libertad condicional desde abril de 2020. La Junta de Tratamiento de la cárcel de El Dueso se mostró en contra de otorgarle el tercer grado. Pero la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias discrepó y le dio tal categoría, algo que permitió en última instancia que disfrutara de la libertad condicional.
Este domingo, Almeida pasó a disposición judicial en el Juzgado de Instrucción número 2 de Logroño. No hubo intentos de linchamiento esta vez. Los vecinos se encontraban a 4 kilómetros (7 minutos en coche), protestando por lo ocurrido. Mientras tanto, Pachi se acogía a su derecho a no declarar. Se le imputa un delito de homicidio y no de asesinato.
La protesta vecinal
Ni un solo ruido se escuchaba en el parque infantil Entre Ríos a las 12 horas del mediodía del domingo. El silencio era sepulcral, a pesar de que en este lugar se concentraban cientos de personas. Contrastaba con todas las quejas que los vecinos expusieron días atrás.
La reunión estaba motivada como protesta por la muerte del pequeño Alex. Niños y mayores dejaron flores y recuerdos en honor al menor asesinado el pasado jueves.
El silencio sólo se rompía en dos ocasiones. Una vecina gritó al aire "¡¡Justicia!!". Posteirormente, Gonzalo, tío abuelo de la víctima, hablaba para pedir un minuto de silencio y agradecer la concentración.
La familia, como es lógico, está destrozada por lo ocurrido. Gonzalo exponía su pesar por lo ocurrido y por que Almeida continuara en la calle a pesar de la ristra de delitos anteriores que le acompañaban.
No lograba entender por qué, entre 2013 y 2020, Almeida gozó de 39 permisos penitenciarios. “Podría haber hecho lo mismo. Estamos hartos. Queremos salir a la calle y no tener que ir con miedo de quién será el señor que pasa a nuestro lado. Tengo que decir que el Ministerio del Interior se ponga manos a la obra y lo solucione. Que mi sobrino sea el último, que no haya más. Que no estén deseando hacer elecciones, que los españoles vayamos a votarles, para buscar un asiento caliente y un sueldo vitalicio. Hoy ha tocado a Logroño, pero mañana puede tocar en otro sitio”.
No creen aún que el niño se fuera con Almeida porque este le invitara a ver unos cachorros. "Alex le tenía fobia a los perros", declaró el tío abuelo. Desde la familia piensan que hubo algo más. “Algo que sólo saben mi sobrino y el asesino”.