Ángel del Castillo está delante de la puerta de la iglesia de Santiago, en Alcalá de Guadaira (Sevilla). Es martes por la tarde y, a pesar de estar solo, mantiene su mascarilla puesta en todo momento. Entre sus manos, el móvil echa humo. Tiene hasta 84 conversaciones de WhatsApp sin abrir y, cada poco tiempo, recibe peticiones de amistad en Facebook. Mucha gente le habla y él, consciente de su fama, siempre responde de la misma manera: “Hola, cofrade a la calle”.
A este joven de 27 de años, en la Andalucía cofrade todos le conocen por su apodo: ‘Angelito el Aguaor’. Es una especie de estrella de rock en el mundillo desde marzo de 2020. Se hizo viral al inicio de la pandemia gracias a un audio de Whatsapp en el que pedía a los cofrades que no se quedaran en casa. "Cofrades, a la calle", dijo por entonces. Y se convirtió en un ídolo de masas.
Ahora atiende entrevistas, firma autógrafos, se venden camisetas con su frase, pronto aparecerá en una novela y en programas de humor cofrade y las hermandades de media Andalucía se lo rifan para que procesione junto a ellas.
Pero el inicio de todo fue una nota de voz enviada cuando la pandemia de la Covid-19 comenzaba a azotar virulentamente España. Las noticias hablaban entonces de un futuro confinamiento y los actos con motivos de la Semana Santa, por ende, iban a suspenderse.
Ángel, como media Andalucía, no podía creerlo. ¿Que los pasos no iban a salir en Semana Santa? Están majaras, eso en Sevilla es imposible. No saben cómo somos aquí con las cofradías, pensaron muchos.
Ahí arrancó la historia de un luchador que ponía voz al sentir de muchos cofrades por entonces, que veían cómo peligraban sus celebraciones durante la Semana Santa después de ver diversos actos multitudinarios sólo unos días antes. Así que Ángel lanzó su proclama a un grupo: “Cofrades, a la calle. A la calle, cofrades, que no va a pasar nada. Ahora tenemos que llenar los cultos, las convivencias, las tertulias. Pasad de las noticias malas...”.
El audio a recorría todos los recovecos de Andalucía. Porque así son las redes cofrades, como una especie de telaraña tejida pueblo a pueblo y barrio a barrio. Las noticias vuelan en pocos segundos y son capaces de hacer que el último eslabón de la cadena cofrade, un 'aguaor', fuera quien abanderara la lucha para que las procesiones volvieran a pisar las calles.
El resto vino solo. El 'age' y la gracia en su forma de comunicar, además de su simpatía, han elevado exponencialmente su popularidad. La mayoría de sus mensajes de voz continúan haciéndose virales año y medio después de su salto a la fama.
Un corazón cofrade
Durante todo este tiempo sin pasos en la calle, Ángel ha sufrido mucho. “Lo he pasado mal, bastante mal”, apunta cuando EL ESPAÑOL le visita en la iglesia de Santiago de su localidad natal.
Ahora es feliz, porque ya puede salir en procesión con relativa normalidad. El pasado mes de septiembre llegó su ansiado momento: estuvo en la calle de acólito (su objetivo es llevar el incienso o uno de los ciriales delante del paso).
Y lo que todavía le queda por delante. “Este sábado salgo con la Pastora de Triana. A ver el tiempo, porque han dado agua”, dice Ángel, que recarga en su móvil la web donde consulta el tiempo para conocer las últimas noticias. También mira Facebook, por si algún cofrade tiene alguna primicia al respecto.
Un conocido pasa por su lado y le pregunta sin problemas: “¿Lloverá el sábado?”. “Dicen que nos va a caer una…”, le comenta un cofrade a modo de aviso por las lluvias. Ángel no quiere ni pensarlo. “A ver qué pasa”, comenta con su amigo. El tiempo no le permitió procesionar.
El sentir de Ángel es el mismo que el de la mayoría de 'capillitas' (como se conoce en Andalucía a los cofrades). Es una pasión que sólo entiende quien la lleva en las venas. Semana Santa y cofradías los 365 días del año, diluvie o se alcancen 45 grados a la sombra.
El objetivo de Ángel antes de la entrevista es que le abran la capilla para poder hacerse una foto con la imagen titular de de la Divina Misericordia. Busca con impaciencia a Don Manuel. “El cura más cofrade de Alcalá”, recalca.
El párroco no está, pero en su búsqueda da con dos catequistas. Angelito el Aguaor, como buen cofrade, es un tipo implicado en sus hermandades. Comenta sus intenciones a estas dos mujeres de cara a la celebración del nacimiento de Jesús. “Voy a preparar para contarle a los niños el misterio de la anunciación…”, comienza a explicarles.
Cuando acaba, les da un par de noticias cofrades. “Está enterado de todo”, dicen ellas. Lo cerciora Francisco, uno de sus muchos amigos en el mundillo; uno de los miembros de la Junta de Gobierno de una de la hermandad de Jesús Nazareno. “A veces me dice cosas que ni yo mismo sé”.
Ángel es una auténtica enciclopedia cofrade. Se sabe todos los nombres, condecoraciones, vírgenes, cristos, nazarenos, palios, misterios, bandas, capataces, párrocos, obispos, arzobispos y santos. No sólo de Alcalá o de Sevilla, sino de toda Andalucía. Como ejemplo, hace alarde de cómo maneja las distintas hermandades de Jerez de la Frontera y avisa de que saldrá próximamente acompañando a una de Córdoba.
Aunque para los legos en temas cofrades pueda parecer extraño, las procesiones se dan durante todo el año, no sólo en Semana Santa. Las motivaciones para las celebraciones son dispares, pero siempre fundamentadas.
No obstante, Ángel está deseando que llegue la semana grande, única vez en la que podrá salir de forma anónima. “Como voy con el capirote, de nazareno, no me va a reconocer nadie”, dice un hombre al que no parece abrumar la fama.
Lo habitual es participar en una o dos procesiones, pero Ángel no se conforma. Sale casi de Viernes de Dolores a Domingo de Resurrección (aunque en este último ya no llevará capirote, al no ser una procesión de penitencia). “Viernes de Dolores con la hermandad del Cristo de la Corona y la Virgen del Rosario; Domingo de Ramos con la Borriquita; Lunes Santo, La Tercera Parada; el Soberano Poder el Martes Santo; Jesús Nazareno el Miércoles Santo; con La Vera Cruz de Mairena el Jueves Santo; Los Servitas el Sábado Santo; y el Domingo de Resurrección voy con el Resucitado”.
El apodo de Angelito el Aguaor es porque Ángel participa en casi todas las actividades que organizan las cofradías, de una manera u otra, y en las procesiones de Gloria es el encargado de repartir el agua al resto de participantes. El aguador en un magnífico castellano; ‘el aguaor’ en perfecto andaluz, claro.
Cuando hace de acólito, sus fieles no están tan contentos. Ángel muestra ahí su cara más seria. “La gente se enfada, pero es que me gusta ir serio. No hablo ni nada, porque las imágenes no son un cachondeo”, arguye.
El único puesto que no ocupa Ángel está debajo del paso. A pesar de que es uno de los 'oficios' más prestigiosos por poder cargar al Señor o la Virgen, él no quiere ser costalero. “Estuve en la Cruz de Mayo de la Hermandad de Jesús, pero no me gustó”, apunta.
Está claro: Ángel hace lo que le gusta. Tanto quiere participar y tanto se ofrece que su agenda es apretada. No es un asistente fijo en ninguna de sus hermandades, donde le llaman, va. "Es como el Guadiana", dice el párroco Manuel. Él es feliz cuando cuentan con él para todo.
Su sueño, como el de la mayoría de cofrades, es ser pregonero de la Semana Santa. Se trata de una función culmen para cualquiera en el mundillo, el objetivo mayor de muchos y el que sólo consiguen unos pocos.
El fenómeno viral
En el entorno de su hermandad no ha sorprendido su viralidad. En el pueblo sus audios ya estaban a la orden del día antes de que Cofrades a la calle fuese la frase del momento. “Hacía poesías el día de los enamorados, gente que le encargaba para mandársela a las novias también”, cuenta Francisco.
El "Cofrades a la calle" llegó más tarde. “Podrías estar ganando dinero”, le recuerda su amigo. Por el momento, no saca rédito alguno de su fama.
Tal es la viralidad de Ángel que el día que volvieron las cofradías a las calles andaluzas con normalidad, "cofrades a la calle" fue Trending Topic en Twitter en toda España. Su fenómeno trasciende de las cofradías y viaja más allá de Despeñaperros.
En un momento en el que las restricciones asolaban toda España, la frase se convertía en una especie de grito de liberación. Cada medida que permitía un avance hacia la normalidad se celebraba con un "Cofrades, a la calle".
Pero no sólo esas cuatro palabras han pasado a ser casi una forma de vida para muchos. También lo son el resto de sus audios.
—A mí me han dicho que cobra por los audios que envía.
—Eso es mentira —interviene Ángel visiblemente molesto—. A mí me ha regalado la túnica del Cristo de la Corona ‘El Mosca’, porque es el que me está vendiendo las camisetas y todo. Yo lo hago porque me gusta.
Lo hace porque le sale del corazón. Se va a dar un paseo por las mañanas y, a partir de ahí, comienza a enviar los audios. Reconoce que algunos se los piden y otros los improvisa. Como ejemplo, el cuento cofrade que se ha hecho viral recientemente.
Tras el punto y seguido en la conversación, Ángel relata que muchos párrocos le han felicitado. “En Sevilla todo el mundo alucina, todo el mundo me para. Yo estoy muy a gusto. Pero el centro de la vida de un cristiano está aquí”, dice señalando a la iglesia.
Hace spot publicitarios a empresas y hermandades, da a conocer números de loterías de Navidad que se pasan por los grupos de toda Andalucía y hace felicitaciones de cumpleaños y de aniversarios, entre otras.
Ángel es la bondad hecha persona y un comercial de primera. Mientras hace la entrevista, trata de poner en contacto a una banda con una hermandad que le ha pedido ayuda. No hay cofrade que no sepa quién es, y seguramente sean pocos con los que no ha hablado.
Lo único con lo que no traga Ángel es con los políticos. Lo deja claro en uno de sus audios. No quiere que participen en los cultos, ni en nada que tenga que ver con las hermandades. Desde su entorno ya le han dicho que no se meta en esas peleas, que no le favorecen.
A Ángel tampoco le hacían excesiva gracia los memes que comenzaron a viralizarse con su cara al principio. No obstante, se ha reconciliado con algunos de ellos que ahora sí le sacan una sonrisa.
Este líder capillita tiene muchos amigos en Facebook, aunque menos que hace unas semanas. Ha eliminado a algunos de los que tenía en esta red social por motivos políticos. “Ahora sólo tengo cofrades de verdad”, apunta.
Cuando termina la charla, Ángel está muy feliz, aunque con la misma preocupación que al principio: las predicciones para el sábado siguen diciendo que la lluvia aguará la fiesta. Este tipo de cábalas las hacen todos los cofrades, aunque es más incipiente entre los jóvenes. Los más experimentados, por mucha tecnología que haya, siempre recuerdan: "Lo mejor para saber si salimos es sacar la mano por la ventana el mismo día". Esta vez salió cruz.
Su siguiente cita será con el Gran Poder de la capital hispalense. “Voy a verlo el 6 de noviembre”, avisa, el día en que el Señor de Sevilla volverá a su templo tras tres semanas de peregrinación por los barrios.
Angelito el 'aguaor' se marcha calle abajo, no sin antes dejar un mensaje que todo el que lo lea lo escuchará con la voz y la pureza de un cofrade sin dobleces, sencillo y directo. “Animo a todo el mundo a que sienta la Semana Santa. Y, a los cofrades, cuando se vaya el Rey Baltasar, que saquen las túnicas, que planchen, que nos vamos a la calle”.