Miguel, padre de los niños sustraídos en Aranjuez, denuncia que la madre se los llevó otra vez en 2017
La progenitora se los llevó el sábado 14 de noviembre del centro de menores tutelados que la Comunidad de Madrid tiene en el municipio.
24 noviembre, 2021 06:03Noticias relacionadas
Esta historia, antes que nada, hay que dejar claro que es de parte. Porque una de ellas, la que no tiene voz en este texto, está en busca y captura por la Policía Nacional y la Guardia Civil desde el 15 de noviembre.
Fue entonces cuando Nieves, de 27 años, se llevó a sus tres hijos del centro tutelado Madre Teresa de Aranjuez, en la Comunidad de Madrid. Tenía que devolverlos a las nueve de la noche del día anterior, el 14, pero no apareció. A él se lo comunicaron una hora más tarde.
Miguel Cebrián, de 31, es el padre de los tres menores. Explica que pasó con ellos el fin de semana “dando una vuelta, yendo al parque” porque ahora con el frío “es mejor quedarse en casa”. Los devolvió al centro el sábado a las 13 horas. Al salir, se cruzó con Nieves: “No me dijo nada, sólo me preguntó cómo habíamos echado el finde”, explica a EL ESPAÑOL.
No se podía ni imaginar que desde entonces y hasta ahora pasarían 10 días sin saber de sus pequeños de de 5, 7 y 9 años, que se llaman Izán, Adán y Jonathan respectivamente. La madre se los llevó, y la investigación apunta a que podría habérselos llevado en tren a Córdoba, de donde es su pareja actual, ya que su coche fue encontrado en la puerta de su casa en Almorox (Toledo).
Precedentes
Pero no es la primera vez que Nieves hace algo así. Miguel denuncia en esta conversación que en 2017 hizo lo mismo. Los hechos fueron los siguientes: los dos, una joven pareja “que no estaba preparada para tener hijos”, convivían en 2016. La vida que llevaban, “consumiendo de vez en cuando, fumando porros”, no era la mejor a la vista de los servicios sociales.
Aquel año les quitan a los niños y los internan en una residencia en Pozuelo. En 2017, cuando todavía viven juntos, los recuperan. Pero a los tres meses, siempre según la versión del padre, Nieves se los lleva de la casa de la noche a la mañana para marcharse con otro novio que tenía.
Pero, en vez de quedárselos, se los dejó a su madre, a la abuela de los chiquillos. La familia, viendo la situación por la que pasaba la pareja y los menores, decidió devolverlos al centro de Pozuelo. “Fui a que me los dieran a mí, pero no quisieron dármelos”, afirma Miguel, que estos días está “destrozado, verdaderamente mal”.
De ahí los tres chavales pasaron a familias de acogida. Cada uno a una. Pero el año pasado empezaron a tener problemas. En la casa del mediano, el padre de familia contrajo la Covid-19 y el pequeño no quería quedarse en su nuevo hogar, sólo quería estar con su madre.
Entonces, los servicios sociales le hicieron a Nieves sendos “convive” (un estudio en el que se valora la idoneidad de que los hijos vuelvan con sus pares biológicos) y recuperó a los dos chavales.
El mayor, Jonathan, siguió con su familia de acogida. Pero a los pocos meses volvieron los problemas con la madre: “Dejó de llevarlos al colegio y al médico, si lo hacía no se acordaba de recogerlos… Así que se lo volvieron a quitar”, dice Miguel.
Así es como los tres se reencontraron en el centro de Aranjuez, el último destino antes de que se los llevase su madre por segunda vez. “Todo ha pasado justo cuando los iba a recuperar todos los fines de semana. Por ahora los tenía sólo los veía de manera alterna”.
Miguel ha perdido su trabajo hace pocos días. Estaba demozo de almacén con un contrato de un mes de prueba. “Pero con esto he faltado tres días, no tenía cuerpo para ir”. Su actual pareja sí trabaja haciendo sulencias de limpieza. El padre ahora está limpio, no ha dejado de trabajar y ha pasado todas las pruebas para poder hacerse de nuevo con sus hijos.
Llamadas telefónicas
El padre, desesperado, ha intentado ponerse en contacto con la madre. La ha llamado a los tres números que tiene, pero todos están desconectados. También ha llamado a la abuela materna pero “no suelta prenda”. “Ella sabe dónde están porque son muy cercanas. Están siempre juntas”, dice.
La Policía Nacional, la Guardia Civil, el Ministerio del Interior y SOS Desaparecidos han colgado la alerta de búsqueda en sus perfiles de redes sociales. La investigación sigue abierta y la búsqueda, incesante, sigue adelante.
Para intentar localizarlos se han difundido algunos datos de los niños: Adán mide 100 centímetros y pesa 18 kilos tiene los ojos marrones y pelo castaño. El mediano de los hermanos, Izan, mide 130 centímetros, pesa 30 kilos y también tiene los ojos marrón y el pelo castaño.
El mayor de los niños, Jonathan, mide 140 centímetros, 36 kilos de peso y, al igual que sus hermanos, tiene el pelo castaño y los ojos morenos. Nieves, la madre, tiene un tatuaje en la cara.
Las fuerzas de seguridad piden a los ciudadanos que divulguen el mensaje en redes sociales y si tienen alguna pista llamen al 918929400.
“Sólo le pido a la madre que los entregue cuanto antes, que lo haga por el bien de ellos. Si no los entrega la acabaran cogiendo tarde o temprano, y eso será peor para todos”, reclama.
Además se da la circunstancia de que el mayor y el menor, Jonathan y Adán, necesitan medicación diaria: el primero por ser hiperactivo y el segundo porque recientemente ha sido operado de las amígdalas y de vegetaciones.