Cristina Blanch tenía 30 años y se dedicaba al asesoramiento empresarial. Desde hacía ya varios años, esta profesional se había formado a fondo en todo aquello que rodeara el mundo de los negocios. Carreras, másteres, idiomas… Hasta el punto en que, en la actualidad, formaba parte de la junta directiva de Ad Infinitum Inversiones, una empresa que habían fundado sus padres. Pero todo cambió la noche del jueves. Su pareja Alberto L.H., presuntamente, le segó la vida a cuchilladas. No contento con ello, fingió un intento de robo en un restaurante para evitar su incriminación en el crimen machista.
El cadáver de la mujer, sin embargo, no fue hallado hasta primera hora de este sábado, tras más de 24 horas desde el crimen. Fue su madre, Cristina M., quien se personó sobre las 9:30 de la mañana en el domicilio de Alberto (35 años), situado en el número 33 de la calle Conde de Altea (Valencia), encontrando allí el cuerpo de su hija. La joven, ha informado la Policía Nacional, presentaba varias heridas de arma blanca que le causaron la muerte.
La madre de Cristina había acudido al citado domicilio a causa de que no respondía a ninguna llamada. De hecho, una de las hermanas de la víctima había denunciado en una comisaría de Madrid su desaparición. Aún no sabían que Cristina yacía junto a la cama del dormitorio principal.
Según revela el diario local Levante-EMV, a tenor de la escena hallada, la mujer intentó defenderse de su agresor, que empleó dos cuchillos, uno panadero y otro cebollero, que han sido hallados ensangrentados en el suelo del dormitorio. Ambas armas están en este momento bajo la tutela de la Policía Científica para practicarles los pertinentes análisis para esclarecer las circunstancias del crimen.
La detención de Alberto
A las 9:00 horas de este viernes, Alberto L.H., abogado especialista en Derecho de familia, Derecho Penal y Derecho Laboral, fue encontrado herido leve por Isabel y un cocinero, trabajadores de un restaurante italiano contiguo al lugar de los hechos. El presunto homicida les dijo que se había caído en el interior del patio porque pretendía robar en el local hostelero. Su caída, según defendía, era la causa de sus heridas.
Los empleados del restaurante, acto seguido, denunciaron el suceso ante la Policía Nacional, que detuvo a Alberto por un supuesto robo con fuerza. Pero era una cortina de humo. Los agentes interrogaron al presunto homicida y le dejaron en libertad por la poca relevancia del delito de robo con fuerza en grado de tentativa. No obstante, como Alberto seguía herido, le trasladaron al hospital.
Pero todo cambió cuando este sábado la madre de Cristina acudió al domicilio de la pareja sentimental de su hija y halló el cadáver. La mujer alertó a la Policía Nacional, que, tras atar cabos, se trasladó al hospital donde seguía ingresado Alberto en observación con el fin de efectuar su detención como presunto homicida de Cristina Blanch.
Le leyeron sus derechos y, a falta del alta médica, Alberto ha estado bajo custodia policial a la espera de ser trasladado a un calabozo. El plan del presunto homicida se había desmontado. Según el citado medio valenciano, los investigadores del grupo de Homicidios consideran que la intención de Alberto era la de huir el viernes a través del patio para evitar ser visto por los vecinos o grabado por las cámaras del domicilio. Quería que se pensara que Cristina había sido asesinada en su ausencia.
Este mismo grupo de Homicidios del Cuerpo Nacional de Policía se ha hecho cargo de la investigación y ha estado investigando tanto el inmueble como el patio interior del edificio con el fin de recabar más pistas, como huellas y pisadas, que terminen de incriminar a Alberto.
La vida truncada de Cristina
En todo caso, lo que sí está claro es que durante la madrugada del jueves al viernes le quitaron la vida Cristina Blanch, una mujer de 30 años que se había formado durante toda su vida en el mundo empresarial. Así, a la joven que había superado el Doble Grado de Derecho y Administración y Dirección de Empresas en la Universidad de Valencia con una notable media superior al 8, se le truncó la vida.
Después, Cristina había cursado sendos másteres en Bremen (Alemania) y en el EDEM, una escuela valenciana de empresas, negocios y management, en el que había alcanzado unos sobresalientes resultados. También los consiguió en un máster superado en el ICEX, en Madrid.
Todo ello, le llevaría a trabajar Distrito 10 Comunicación S.L, Interreg Europe, MEC, Lidl y Schreiber Foods. Actualmente, la mujer ocupaba un cargo en la junta directiva de Ad Infinitum Inversiones, además de ser especialista en el asesoramiento empresarial.
En sus años mozos, no obstante, Cristina Blanch también fue una niña exitosa. Dominaba el inglés gracias a su paso por el Colegio Británico El Plantío, en Paterna (Valencia); el francés, con un C1; y el alemán, con un B2. Además, sabía tocar el piano tras estudiar durante ocho años en el Conservatorio Profesional de Música de Valencia.
Una vida de éxitos que ha quedado truncada este pasado jueves a causa de las cuchillas que, presuntamente, le asestó el abogado Alberto L.H. Ahora, la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género está recabando más datos del presunto asesinato por violencia de género de esta mujer en Valencia. De confirmarse, la cifra de asesinadas por violencia de género ascendería a 38 en 2021 y a 1.119 desde 2003, año en el que se empezó a recoger estos datos.
Cristina Blanch, de 30 años, sería la trigésimo octava víctima de la violencia machista en España desde que comenzó el año. En 2021, también han sido asesinadas María Isabel Martínez, de 37 años Erika Tavares, de 37; Mónica Marcos, de 52; Zuita Bouchira, de 38 años; María Pilar Berrio Jiménez, de 43; Carmen, de 60 años, Oxana, de 36; Luisa Amelia, de 76; una mujer en Sabadell, de 38; María, de 46; África, de 56, Consuelo Martínez, de 81; Alicia Rodríguez, de 36; Katherine, de 58; Rocío Caíz Pozo, de 17; Anna y Olivia Gimeno, de seis y uno; Katia Carolina A.B., de 35; Lucía Dotto Domingues, de 42; Alla Bukanocova, de 48; Nicoleta Clara, de 41; María Teresa Aladro, de 48; Warda, de 28, y su hijo Mohamed, de siete; Betty, de 52; Pilar, de 50; Maria Soledad M. P., de 60; Paula M., de 36; Jordina M.P., de 34; María Cruz, de 48, y su hija Isabel, de 11; María del Carmen M. V., de 46; Alicia P., de 52; Conchi G., de 56; Flora P., de 82. La serie 'La vida de las víctimas' contabilizó 53 mujeres asesinadas en 2017, 47 en 2018, 55 en 2019 y 43 en 2020.