La Dirección General de Tráfico (DGT) podrá tener sus pequeños fallos, pero siempre buscará una solución para refrenarlos. Al igual que no es tan fácil para la DGT hacer todo a la perfección, tampoco lo será tomarle el pelo. Son muchos los conductores que intentan de una manera u otra saltarse la ley, y no son conscientes de lo caras que pueden ser las consecuencias. Por eso hay que prestar real atención a los sistemas de vigilancia y a las personas que intentan eludirlos, como por ejemplo, tratar de engañar a los radares con el uso de inhibidores o detectores, una infracción grave sancionada con 6.000 euros para el conductor y 30.000 euros para el taller que los instale.

La DGT lleva meses recordando que el uso de los avisadores de radar está totalmente permitidos y son legales, mientras que los detectores y los inhibidores de cinemómetros están totalmente prohibidos.

Se diferencian tres tipos de dispositivos concebidos para inferir o localizar la presencia de los radares: inhibidores, detectores y avisadores de radar.

Inhibidor de radar

Multas de 200 a 30.000 euros

El uso de inhibidores de radar interfiere en el correcto funcionamiento de los sistemas de vigilancia de la DGT, anulando la señal que emiten, bloqueando su acción e impidiendo que detecte, por lo que queda totalmente prohibido considerándose infracción grave. Emplear este dispositivo acarrea una sanción de 6.000 euros y la retirada de 6 puntos del permiso de conducir. Pero cuidado, también se multará por el simple hecho de llevarlo aunque no se esté haciendo uso de él, con la misma cuantía.

Los detectores de radar implican una sanción más económica que la anterior, de 200 euros y la retirada de tres puntos del carné, pero eso no quita que esté totalmente prohibido hacer uso de él o llevarlo en el vehículo. Estos dispositivos no son capaces de interferir en el funcionamiento de los radares pero sí avisar al conductor y detectar su presencia.

Por último, se encuentra los avisadores de radar de los navegadores, habitualmente utilizado por la mayoría de conductores. Usan para su funcionamiento una base de datos con la situación de los radares fijos, como por ejemplo Google Maps o Waze. En este caso no existe ninguna prohibición ni sanción asociada a ello.

Pero el golpe fuerte no se lo llevan los conductores precisamente, sino los talleres que instalen dichos dispositivos ilegales en cualquier vehículo, recibiendo una multa de 30.000 euros.

Dispositivos de la DGT

Para aumentar la vigilancia y ser más precisos detectando los excesos de velocidad, la DGT ha introducido estos últimos años varios dispositivos de alta tecnología que evitarán que los conductores les tomen el pelo.

Pegasus

Entre los más conocidos se encuentran: Pegasus, un radar aéreo de origen militar que la DGT comenzó a instalar en sus helicópteros en 2013. Está compuesto por dos cámaras que trabajan a la vez, la primera es panorámica y sigue el movimiento del vehículo y la segunda cuenta con un teleobjetivo para visualizar la matrícula del mismo; Radares de tramo, es uno de los instrumentos más efectivos para reducir los excesos de velocidad gracias a su dispositivo de reconocimiento de imágenes, tomando la velocidad instantánea de los coches que pasen por el punto exacto donde esté instalado; Radares veloláser, son parecidos a los radares móviles pero mucho más pequeños y con poco peso, permitiendo así ser sostenidos sin problema con la palma de la mano y pasando desapercibido.

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