La temida ley del Talión está ganando enteros entre los ánimos de algunos ciudadanos que están confundiendo la sed de venganza con el sentimiento de dolor que invade a la sociedad española, ante la trágica muerte de Sara Gómez durante una lipoescultura. EL ESPAÑOL ha confirmado que el cirujano cardiovascular que llevó a cabo esa intervención que le costó la vida a Sara, se ha marchado de su casa tras recibir varias amenazas de muerte por teléfono y a través de sus perfiles en redes sociales.
Este diario ha accedido a una de las amenazas recibidas por el facultativo en la víspera de su citación en el Juzgado de Instrucción número 2 de Cartagena, donde este martes debía declarar tras ser denunciado por la familia de Sara, por un delito de homicidio, por perforar supuestamente con la cánula de la lipoescultura varios de sus órganos vitales. El mensaje se inspira en el 'ojo por ojo, diente por diente', a la vista del texto: "Hijo de puta. Asesino. Más te vale que entres pronto en la cárcel porque de lo contrario, yo mismo te mataré a cuchilladas como tú hiciste con esa mujer".
La clínica de cirugía y medicina estética que el doctor J.A.M. pretendía abrir próximamente en Alcantarilla, en la misma localidad donde residía la difunta Sara, también ha sido objeto de una pintada en su fachada: 'Soy un asesino'. Y en las redes sociales, basta con bucear un poco para encontrar decenas de mensajes de odio circulando a diario contra el cirujano denunciado: 'Médico asesino, si se puede decir médico, que lo metan en la cárcel y que no salga porque personas como estas no deberían existir'.
En medio de este clima, el cirujano cardiovascular J.A.M. debía acudir a prestar declaracion este martes y no compareció en los juzgados de la ciudad portuaria. Allí le aguardaban desolados varios familiares de Sara, entre ellos, su padre, Damián, y su hermano, Rubén, sujetando una pancarta con una foto que recordaba la belleza de esta agente inmobiliaria y madre de dos hijos. 'Te queremos pingüina', tal y como rezaba el mensaje, en alusión a la singular pasión de Sara por los pingüinos.
Después de una larga espera, ante la incomparecencia del cirujano, y de su abogado defensor, Pablo Martínez, el portavoz de los familiares de Sara mostraba su preocupación ante la posibilidad de que el médico hubiese huido del país aprovechando su doble nacionalidad: chilena y española. "Tenemos miedo de que se haya fugado", tal y como afirmaba Ezequiel. "No se ha presentado y la jueza no tiene ni idea del motivo: la familia tiene miedo de que haya escapado y está muy nerviosa".
El doctor está 'missing'
EL ESPAÑOL ha podido saber -a través de fuentes judiciales- que la Policía Nacional se pasó todo el lunes 3 de enero tratando de notificar al cirujano el auto por el que se le citaba a declarar, por un supuesto delito de homicidio, en el Juzgado de Instrucción número 2 de Cartagena, el martes 4 de enero. El facultativo J.A.M. se pasó el día 'missing': no respondió a las llamadas telefónicas ni pudo ser localizado por una patrulla en su domicilio ni en las clínicas privadas para las que trabaja.
Por más que hubiesen buscado los policías, probablemente antes habrían encontrado a Wally por Murcia porque el cirujano cardiovascular denunciado ya había volado fuera de España. "Se encontraba en Chile hasta el 4 de enero", según asegura una fuente judicial a EL ESPAÑOL. De hecho, el médico y su pareja, se sometieron a finales de diciembre a una PCR para certificar su negativo en coronavirus y así poder subirse a un avión para cruzar el charco.
El viaje no es un asunto baladí puesto que en la denuncia presentada por la familia de Sara, a través de la Asociación del Defensor del Paciente, se solicitan dos medidas cauteleras contra el facultativo y una prueba que afecta a su novia. De un lado, se pide a la juez que inhabilite profesionalmente al cirujano para preservar la salud de los pacientes de las clínicas donde trabaja, y de otro, reclama que se le retire su pasaporte porque tiene doble nacionalidad, chilena y española, y existen indicios de que pueda huir para evitar un ingreso cautelar en prisión por el delito que se instruye.
Además, se solicita la acreditación profesional de la pareja del facultativo denunciado y su relación contractual con los centros implicados en la lipoescultura, tanto la clínica de Murcia donde Sara abonó 5.700 euros por la 'lipo', como la clínica de Cartagena que puso el quirófano y al personal asistente en la intervención. El motivo de pedir esta prueba al juzgado, se debe a que la novia del cirujano estuvo dentro de la sala de operaciones aquel truculento 2 de diciembre.
¿En Granada o en Las Torres?
Este martes 4 de enero, según una diligencia policial, el facultativo regresaba de Chile, pero lo cierto es que dio plantón a la juez. Durante la jornada trascendieron otros dos paraderos dentro de suelo patrio donde podría encontrarse el cirujano: Granada y el municipio murciano de Las Torres de Cotillas. De momento, la Policía Nacional sigue tratando de localizar a J.A.M.
"La apariencia de todo esto no es la de alguien que quiere responder ante la ley: no han podido hablar con el médico ni localizarlo en su casa ni en su centro de trabajo", alerta Ignacio Martínez, abogado de la Asociación del Defensor del Paciente, que representa a la familia de la fallecida.
La preocupación del letrado estaba fundada en el hecho de que sin la testifical del cirujano cardiovascular, básicamente la instrucción se queda sin hilo del que tirar, más allá de los informes clínicos y forenses. Ni la juez puede pronunciarse sobre las medidas cautelares, ni se aclara la situación penal de las clínicas de Murcia y Cartagena en la muerte de Sara, ni se explica qué papel desempeñó en el quirófano la pareja del médico, ni cuál es la responsabilidad de las compañías aseguradoras...
Pablo Martínez, el abogado defensor del cirujano denunciado por homicidio, asegura a EL ESPAÑOL que su cliente "no se ha fugado". Martínez sostiene que su representado "no tenía ninguna prohibición" para viajar y está perfectamente localizado: "Está en la Región de Murcia".
El penalista aclara que ha presentado un recurso donde expone que su cliente "está a plena disposición" de la Justicia. "Su citación se produjo de una día para otro y sin intención de dilatar nada, ni de fastidiar a la familia de Sara, le hemos pedido a la juez un poco de tiempo para conocer al detalle las actuaciones porque hacerlo sin toda la documentación causaría indefensión a mi representado".
El letrado apunta que no descarta solicitar que el médico preste declaración por videoconferencia, a la vista de las amenazas que está recibiendo desde que el 1 de enero se confirmó la muerte de Sara. "Le están llegando mensajes amenazantes a su teléfono y sus redes sociales: pedimos respeto, este tipo de amenazas graves de muerte y coacciones impiden que ejerzamos nuestro derecho de defensa".
Pablo Martínez hace un llamamiento público a la ciudadanía: "Deben calmarse las aguas para que pueda trabajar la Justicia, no es de recibo que este señor acuda a declarar bajo esta presión y con este nivel de exaltación de la violencia porque la situación se está desmadrando. Mi cliente se ha ido de su casa porque tiene miedo de que le pase algo por la calle, como ser agredido, con independencia del respeto profundo que mostramos ante el fallecimiento de Sara Gómez".
"Riesgo de fuga"
Las explicaciones del penalista parece que no han calado en el Juzgado de Instrucción número 2 de Cartagena. La magistrada ha emitido un auto donde ordena a las Fuerzas de Seguridad "la busca, detención y puesta a disposición judicial" del médico investigado en las actuaciones abiertas por un homicidio por imprudencia profesional. Este diario ha podido saber que la juez considera que existe "riesgo de fuga" del cirujano cardiovascular, aprovechando su doble nacionalidad, con el objetivo de evitar la pena de cárcel a la que podría enfrentarse por la gravedad del delito.
Un portavoz del TSJ detalla que la instructora no tiene "el convencimiento fundado" de que el cirujano comparecerá en sede judicial, a la vista de que policías nacionales han tratado en vano de localizarle en las últimas 48 horas y de que las comunicaciones con sus allegados no han aportado nada. De modo que ordena su detención y puesta a disposición judicial "para valorar" si ha intentado eludir la acción de la Justicia.
El auto, en la práctica, se traduce en este escenario para el médico que llevó a cabo la lipoescultura a Sara: cuando sea localizado será arrestado y conducido ante la juez para ser interrogado. Una vez testifique, podrá quedar en libertad con cargos, sin abonar o abonando fianza, incluso ser inhabilitado profesionalmente durante la instrucción del caso o entrar en privision de manera preventiva.