Murcia

Era el hombre más buscado por la Policía Nacional: el cirujano cardiovascular que llevó a cabo la lipoescultura que le costó la vida a Sara Gómez. Tras haberse marchado de su casa por las amenazas de muerte que está recibiendo, llegando incluso a viajar a Chile para aislarse, este miércoles, a las 9.45 horas, el médico J.A.M. se personaba en sede judicial después de que la juez ordenase detener al facultativo por no haber comparecido en el Juzgado de Instrucción número 2 de Cartagena donde fue citado el martes por un supuesto delito de homicidio.

Enfundado en un traje y ocultando su mirada con unas gafas de sol, el cirujano cardiovascular llegó a los juzgados de la ciudad portuaria 'escoltado' por los letrados Mariano Bó y Pablo Martínez. Una nube de periodistas aguardaba su llegada, junto a varios familiares de la fallecida, entre ellos, el padre, Damián, un hombre desolado tras enterrar a su hija con 39 años, y el hermano de la difunta, Rubén, guardia civil en activo.

El médico mantuvo en todo momento la vista al frente, con paso firme hacia la puerta del juzgado, sin girarse a mirar la pancarta con una foto que recordaba la belleza de esta agente inmobiliaria y madre de dos hijos. Ni los gritos que ha recibido han causado mella en el rictus del facultativo: '¡Justicia por Sara, por Sara!'

El abogado defensor, Pablo Martínez, había llegado a sopesar la posibilidad de solicitar que su cliente testificase por videoconferencia, por las amenazas de muerte que estaba recibiendo, pero después de que la juez haya ordenado su arresto a la Policía Nacional, este miércoles se ha presentado voluntariamente en sede judicial para evitar su arresto y su posible ingreso en prisión como medida cautelar.

La declaración de este miércoles será clave para que la titular del Juzgado de Instrucción número 2 de Cartagena se pronuncie sobre las dos medidas cautelares solicitadas contra el facultativo, por parte de la familia de Sara. El  abogado de la Asociación del Defensor del Paciente, Ignacio Martínez, de un lado, pide que se inhabilite profesionalmente al cirujano para preservar la salud de los pacientes de las clínicas donde trabaja. Y de otro, reclama que se le retire su pasaporte porque tiene doble nacionalidad, chilena y española, y existen indicios de que pueda huir para evitar un ingreso cautelar en prisión por el delito que se instruye. 

El en grupo de Facebook 'La Voz de Sara', creado en memoria de la agente inmobiliaria, con el objetivo de denunciar otras negligencias médicas ocurridas en clínicas estéticas del país, no dejan de sucederse las reacciones a la presencia del cirujano en los juzgados: "¡Espero que caiga sobre este maldito canalla todo el peso de la Justicia!", "El carnicero que operó a Sara tiene que responder ante la Justicia y mandarlo a la cárcel de por vida", "Justicia para Sara D.E.P"...

El abogado que defiende al facultativo, Pablo Martínez, ha anunciado que están recopilando todas las amenazas y expresiones amenazantes que su cliente está recibiendo en su teléfono móvil, así como por redes sociales, para emprender acciones legales. "Todo esto está empezando a irse de madre y vamos a denunciarlo", ha zanjado el letrado.

La difunta Sara Gómez, junto a su entonces pareja, Ezequiel Nicolás. Cedida

Ezequiel Nicolás, portavoz de los familiares, expareja de Sara, y padre del hijo de la fallecida, Izan, de 10 años, asegura que "esperamos que la declaración del cirujano sirva para que la jueza adopte las medidas cautelares contra este médico". Es decir, tanto su inhabilitación profesional como la retirada de su pasaporte. "No lo pedimos por riesgo de fuga, sino porque tenemos miedo de que pueda dañar a otros pacientes".

El portavoz de la familia avanza que van a solicitar permiso a la Delegación del Gobierno para "celebrar un acto en Murcia", con el objetivo de seguir dando visibilidad al caso de Sara: fallecida por una lipoescultura, a los 39 años, y con dos hijos. "El sentimiento de dolor de la familia es indescriptible, por eso vamos a seguir reclamando Justicia".

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