Fabián Vivanco ha tenido un final de diciembre rocambolesco. Este hostelero regenta tres locales en la Comunidad de Madrid, pero en uno de ellos se produjo un brote por Covid-19 que segó la vitalidad —y la capacidad laboral— de la mitad de la plantilla. Él es sólo un ejemplo de los muchos empresarios que han sufrido la pérdida de personal laboral a causa de la variante ómicron. Por ello, se ha visto obligado a hacer “malabares” para poder seguir ofreciendo sus servicios. Y es que, como ha avanzado EL ESPAÑOL, entre Nochebuena y fin de año se han multiplicado por 13 las bajas provocadas por el coronavirus SARS-CoV-2.
“En uno de nuestros locales, el restaurante Atlantika, situado en el municipio de Rivas-Vaciamadrid, la mitad de la plantilla no pudo trabajar entre el 20 de diciembre y fin de año por un brote de Covid. Son ocho trabajadores, pero cuatro estuvieron de baja: dos por un positivo y dos por haber estado en contacto con sus compañeros, pero debían estar también de baja, a modo de prevención”, explica a EL ESPAÑOL este hostelero hispano-ecuatoriano.
El resultado: el 50% de la plantilla ha estado de baja. “Eso, evidentemente, ha repercutido en que los trabajadores sin Covid tuvieran que hacer algunas horas de más, a pesar de que reforcé la plantilla con empleados de otros locales. Además, trabajaban con miedo al contagio y estaban muy cansados. Tuvimos que cerrar algunos días por falta de personal para que descansaran los trabajadores. Algo que es justo, pero para el sector hostelero es un duro golpe”, lamenta el empresario, que regenta también la Taberna l'Estación y la Taberna Cliente's, ambas en la capital.
En este sentido, también se ha pronunciado el empresario Félix Pérez (La Coruña, 1967), que también ha estado contagiado por Covid-19. “Si cualquiera de los trabajadores de mi pyme se contagia, es evidente y moral que pida su correspondiente baja laboral. Sin embargo, si las administraciones obligan a una cuarentena de siete días por la pandemia, también podrían ayudarnos a los autónomos de alguna manera. No recibimos ayuda ninguna”, expresa con preocupación Félix, un trabajador por cuenta propia que dirige una cadena de tiendas de artículos para el hogar llamada Flips.
Posibles fraudes
Aunque no es el caso de los empleados de Fabián ni de Félix, se han dado casos de fraudes en el que algunos trabajadores han tramitado su baja tras un positivo en un test de autodiagnóstico. Esta gestión, no obstante, no está permitida en toda España. Es algo que pueden hacer, informa este periódico, 11 millones de trabajadores activos en Andalucía, Cataluña, Madrid, Aragón, Navarra y La Rioja.
Las citadas autonomías han tomado la decisión de habilitar canales externos y validar la eficacia de un autotest Covid realizado en el domicilio particular para gestiones tan importantes como obtener una baja laboral por contagio.
El objetivo es aliviar la presión a la Atención Primaria, pese al peligro de fraude que pueda provocar. En este sentido, los gobiernos autonómicos saben que existen estos riesgos, pero insisten en que parten de una presunción de responsabilidad por parte del ciudadano con el objetivo de “agilizar” las bajas.
Eduardo Abab, de la Unión de Profesionales y Trabajadores Autónomos (UPTA), va un paso más allá, pues en su organización consideran que “la baja la tiene que dar un facultativo” para evitar estas posibles situaciones fraudulentas.
La dificultad de obtener la baja
Pero la variante ómicron no sólo ha ocasionado una explosión de contagios que está dejando en cuadro a muchas empresas, sino que está colapsando la Atención Primaria. Esto repercute en que se ha aumentado la dificultad para tramitar bajas laborales de los trabajadores contagiados. Este ha sido, por ejemplo, el caso de Carolina González (Madrid, 1981), una auxiliar de enfermería, que tras cenar plácidamente con sus familiares en Nochebuena, se contagió.
Esta trabajadora, sin embargo, no fue consciente de que había contraído el virus hasta el 29 de diciembre, día en el que dio positivo en una prueba PCR. Desde entonces, la sanitaria se ha aislado y ha intentado conseguir su baja laboral, pero no la ha obtenido por el colapso de la Atención Primaria en Madrid.
“Me practicaron el 29 diciembre la PCR en mi lugar de trabajo y llamé el 30, a primera hora, a mi Centro de Salud, el Condes de Barcelona de Boadilla del Monte, con el fin de solicitar una cita con mi doctora para tramitar la baja. Ahí me informaron de que debía llamar al teléfono Covid de la Consejería de Sanidad de la Comunidad de Madrid, pues supuestamente son ellos quienes la gestionan, pero igualmente me dieron una cita para el martes, 4 de enero”, explica a este diario Carolina, una sanitaria que trabaja en un hospital de la Comunidad de Madrid.
“Cuando me llamó mi doctora el 4 de enero, me dio, de manera borde, el mismo mensaje, pero accedió a tramitarme ella la baja. Aun así, llamé al teléfono Covid, en el que me tomaron los datos, pero me dijeron que la baja la tenía que aprobar mi médico de cabecera, algo que contradecía la versión de mi médico y de mi Centro de Salud. No obstante, mi doctora me dijo que gestionaría la baja y la dejaría a primera hora del 5 de enero, pero los datos que había introducido, cuando la recogí, estaban mal. De momento, ya con el Covid superado tras una semana, sigo tramitando mi baja e, incluso, mi alta, porque tengo que llevarla a mi lugar de trabajo pese a que han sido comprensivos. Pero aún sigo sin mi baja”, se queja la sanitaria.
172.000 trabajadores incapacitados
Carolina, en este sentido, no es un caso aislado. Ella forma parte de los 172.000 trabajadores que, según los datos que maneja la UPTA, han estado o siguen con incapacidad laboral registrados hasta el pasado viernes. De ellos, muchos están teniendo serias dificultades para obtener la baja laboral porque “los centros de salud están colapsados y no pueden coger todas las llamadas”, explica a este diario Eduardo Abad, presidente de la UPTA.
Por ello, muchos de estos 172.000 trabajadores por cuenta ajena, como Carolina, o por cuenta propia, no han podido acceder a su incapacidad laboral. “Estoy atrincherada en el Centro de Salud y de aquí no me muevo sin la baja laboral de mi hija”, denunciaba una usuaria de Twitter que, tras su insistencia y perseverancia, consiguió su pertinente baja laboral. Carolina, va un paso más allá, e indica que aún sigue “esperando” su baja.
Pero la cifra real de incapacidades, en última instancia, puede ser aún mayor, tanto por la dificultad y demora para obtener una baja como por la falta de solicitud de las mismas a la Seguridad Social. Para Eduardo Abad, presidente de la UPTA, “del total de trabajadores con incapacidad laboral por Covid —bien sea por infección o aislamiento—, 12.500 son autónomos, aunque calculamos que la cifra real puede rondar los 23.000, pues este colectivo, en muchas ocasiones no solicita la baja laboral a la Seguridad Social”.
Es más, el presidente de la UPTA vaticina que, según sus estimaciones, “en las dos próximas semanas habrá un 20% más de bajas laborales, coincidiendo con el momento en el que los expertos auguran el pico de la sexta ola de la pandemia”.
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