Las distracciones al volante son la primera causa de los accidentes de tráfico en España, por encima incluso del consumo de alcohol y del exceso de velocidad. Por ejemplo, el uso del móvil mientras se conduce multiplica por cuatro el riesgo de sufrir un accidente y es equiparable a la conducción con exceso de alcohol. La Dirección General de Tráfico (DGT) permite su uso antes de arrancar la marcha y estando agarrado a un soporte homologado en el salpicadero.
Pero, una vez en marcha, manipular el GPS puede costar al conductor una multa de 200 euros y 3 puntos de sanción. Esta prohibición empezará a estar vigente a partir del próximo marzo, cuando entra en vigor la nueva Ley de Tráfico, pero la sanción será mucho mayor. Concretamente, supondrá 500 euros de multa y la retirada de seis puntos del carnet de conducir.
Tráfico advierte de que las distracciones por el uso del móvil pueden poner en grave peligro la integridad de otros usuarios. Si un conductor habla mientras conduce no guarda la distancia de seguridad suficiente con el vehículo que circula delante, pierde la capacidad de mantener una velocidad constante y su tiempo de reacción aumenta considerablemente (entre medio y dos segundos, en función de los reflejos del conductor). Cuanto mayor sea la velocidad, mayor será el riesgo de que una distracción provoque un accidente: tres segundos a 120 km/h bastan para recorrer una distancia superior a la de un campo de fútbol.
En 2020, la conducción distraída estuvo presente en el 31% de los accidentes mortales. Esto supone un incremento de 3 puntos respecto a los datos de 2019. En términos absolutos, un total de 319 accidentes mortales fueron causados por una distracción. Es por esto que la DGT realizó entre el pasado 16 y 22 de septiembre una campaña específica de vigilancia de las distracciones en la conducción.
Tráfico insiste en que la única forma de usar el GPS o el móvil sin que suponga una multa o un riesgo innecesario es “antes de iniciar el viaje”, algo que recuerdan a menudo en su cuenta oficial de Twitter. El director de la DGT, Pere Navarro, ya explicó en su momento que si el teléfono móvil “va en el salpicadero, no sería objeto de denuncia, siempre que se utilice para ello un soporte homologado y no se manipule durante la conducción”. Por tanto, si tiene que manipular el GPS durante un trayecto, detenga el vehículo en una zona segura.
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