Los héroes Enrique y Adrián que salvaron en 4 minutos a una anciana de un incendio
Los dos agentes rescataron a una mujer de 75 años, de origen británico, que estaba atrapada en el interior de su vivienda.
11 febrero, 2022 11:15Noticias relacionadas
Eran las 12:00 del pasado lunes cuando Adrián y Enrique, dos agentes de la Policía Nacional de Valencia, recibieron un aviso de la central para informarles de que se había registrado un incendio en el número 5 de la calle Navarra, en el distrito de Abastos de la capital del Turia.
Adrián y Enrique fueron los primeros en llegar. Las llamas salían del séptimo piso. El fuego avanzaba sin control y el humo anegaba las dos últimas plantas. Despejaron la calle para facilitar el acceso de bomberos y ambulancias, pero sentían la amenaza y había que tomar una decisión rápida para rescatar a las personas atrapadas.
"Nos miramos y ni pensamos en nuestras vidas, teníamos que entrar". En apenas cuatro minutos, llegaron a la última planta agachados para evitar la inhalación del humo, rescataron a una mujer de 75 años, de origen británico, que estaba atrapada en el interior de su vivienda, la bajaron en volandas y la pusieron a salvo hasta la llegada de los sanitarios.
Llevaron una mañana ajetreada reordenando el tráfico de la zona y, al finalizar el rescate, el reloj inteligente de Adrián recogió la plusmarca: 14.000 pasos, unos 10 kilómetros, que les permitieron salvar la vida de la mujer.
Ola de incendios
Valencia cerró el mes de enero con varios incendios domésticos que dejan víctimas mortales y heridos de distina consideración. El más grave fue el que se registró a mediados de mes en una residencia de ancianos en Moncada, un municipio próximo a Valencia, en el que fallecieron hasta 9 residentes.
Estos incendios aumentan en los meses de invierno por sobrecargas en regletas o el uso de braseros. Mantener la calma, confinar la habitación en la que nacen las llamas y seguir las indicaciones de los equipos de emergencia son las recomendaciones de los expertos para que el suceso tenga un final feliz como este.
"Sabemos que la mujer se está recuperando bien. Nos gustaría mucho hablar con ella. Actuaríamos igual, sin dudarlo en ningún momento. Te reconforta saber que has hecho un buen trabajo", cuentan a EL ESPAÑOL.
Adrián tiene 25 años y siempre ha tenido claro que quería ser Policía. Es de Zaragoza, pero está de agente en prácticas en Valencia porque su formación continúa. "Mi madre siempre recuerda que desde pequeño decía que quería ser agente. No he querido ser otra cosa en mi vida". Lo ha conseguido.
Cada día se levanta para patrullar la ciudad con Enrique, un compañero que lleva cerca de 20 años como funcionario del Cuerpo Nacional de Policía. Es un agente experimentado, de 44 años y natural de Valencia. Conoce cada rincón de la ciudad y los tiempos de desplazamiento.
"Recibimos una llamada de la sala operativa alertándonos de un incendio grave en una casa. Cuando estábamos llegando vimos que salía una gran columna de humo del edificio. Cuando percibimos que el asunto es grave, tomamos la máxima precaución y valoramos qué hacer hasta que llegaran los bomberos", explica Enrique.
El tiempo corre deprisa y no saben si hay personas atrapadas en las viviendas. La incertidumbre les hace pensar mejor y tomar la mejor opción con una mirada. "Esa noche, llegué a casa y pensé, que cerca he estado de la muerte", apunta Adrián.
Enrique había participado en algún rescate, pero no de esta envergadura. "Teníamos que subir y punto, no había otra opción. El incendio estaba en la séptima planta. Cuando llegamos a la sexta ya nos encontramos con un humo negro muy denso, casi no podíamos repirar. Accedimos agachados porque sabemos que el humo tiende a subir, y así logramos acceder a las viviendas más altas".
"En la última planta nos encontramos la vivienda de la izquierda en llamas. En la de la derecha, un vecino nos gritaba que había una mujer en la vivienda afectada, de avanzada edad y con movilidad reducida. La mujer no podía avanzar y la sacamos en volandas del domicilio un par de pisos. Luego se cogió a mi hombro y bajamos poco a poco las escaleras", añade Adrián.
La víctima, una anciana de 75 años que no hablaba castellano, estaba paralizada por el suceso. "La mujer estaba consciente, pero no respondía bien a los estímulos, estaba totalmente paralizada. No sabía ni que tenía que huir de las llamas. Vivía sola y no tenía familia en España", cuenta Enrique.
El rescate duró apenas cuatro minutos, pero a estos dos agentes les parecieron horas. "Desde que accedimos a la vivienda y evacuamos pasaron unos cuatro minutos. Subismo, bajamos para evacuar y volvimos a subir para revisar planta por planta porque se generó otro foco en el patio de luces del edificio. En ese intervalo dimos sobre unos 14.000 pasos subiendo y bajando. Estamos orgullosos de lo que hicimos entre los dos", subrayan a este periódico.
Se sienten reconocidos por sus compañeros y superiores. Les ayuda pensar que han hecho bien su trabajo y han salvado la vida de una anciana solo con sus manos.