A José Coronado siempre le ha acompañado ese aire de galán de cine que ha conquistado a miles de seguidores durante su amplia carrera -y lo que le faltaban los ha coleccionado a raíz de su última serie, Entrevías. Pese a que ya han pasado 35 años desde sus inicios en el mundo de la interpretación, su profunda mirada y su pelo, ya canoso, peinado hacia atrás sigue conquistando a los espectadores de todos sus trabajos.
El madrileño siempre sorprende en los personajes que interpreta por su capacidad camaleónica. Hace igual de policía de los 90 en Brigada Central que del hermano guapo de Juan Echanove o El Gran Wyoming en Hermanos de leche. Posteriormente, dio el salto a la redacción de Periodistas, donde miles de estudiantes se inclinaron por esa profesión al ver las tramas de la serie.
En cine también ha usado esa capacidad para adaptarse a los papeles que le proponían, pasando de un villano a un héroe, dependiendo de la película, o cambiando a la comedia para interpretar a un padre protector en Es por tu bien, por ejemplo. Uno de los mayores galardones que ha conseguido el actor a lo largo de todos estos años ha sido el Goya a Mejor interpretación masculina protagonista en 2011 por el filme No habrá paz para los malvados, por la que también le dieron un Fotogramas de Plata o un Premio de la Unión de Actores. Policía, bombero, narco… pero después de tantos años detrás de la cámara, el tiempo pasa para todos y el actor ha asumido en Entrevías, su nueva serie en Telecinco que está arrasando en audiencia, que le toca enfrentarse a un rol hasta ahora desconocido para él, el de abuelo.
- ¿Cómo lleva hacer por primera vez de abuelo en una serie?
- Cuando me lo propusieron pensé: si todavía tengo el alma del Coyote… pero la historia me apasionó y me puse a reflexionar. Me di cuenta de que los abuelos del siglo XX no tienen nada que ver con los del XXI. Antes, a los 60 eras un viejillo, y ahora, con esa edad estás en la flor de la vida y reivindico al abuelo del siglo XXI. Un abuelo con sesenta y tantos años, como yo, puede estar hecho un toro.
- Este año cumple 65 años: ¿Se ha llegado a plantear la jubilación?
- Amo demasiado mi profesión como para jubilarme, pero sí que es verdad voy a elegir un poco más los trabajos y tomarme más tiempo para la familia, para los amigos y para todo lo que no es trabajo. Pero la interpretación es mi gran amor, hasta cuando estoy de vacaciones pienso en el próximo rodaje porque disfruto mucho de lo que hago. Hace cinco años me dio un infarto y eso me dio la oportunidad de parar, de reflexionar mucho, y, sobre todo, de priorizar y relativizar. Si tienes dos dedos de frente y una madurez que te permite asimilar que todo tiene un principio y un final, tu existencia está dentro de esa partitura, lo asumes y lo aceptas. Me hizo entender lo que es esto de la vida.
- Pero Tirso, a pesar de ser abuelo, no pierde el toque de galán de tus personajes.
- Hay que esperar porque Tirso es un papel que me parecía delicioso, es el hombre más repelente, gruñón, misántropo, racista que existe, un tipo insoportable porque está peleado con el mundo. A ver cómo lo hace… Ahí está una de las partes fundamentales de la historia, los prejuicios que tenemos a los que son diferentes a nosotros como le pasa con Gladys (Laura Ramos). Le influye también la llegada de su nieta Irene a su vida, que hace que este hombre se mire al espejo y empiece a darse cuenta de que está anclado en el siglo XX y que tiene que evolucionar. Será su nieta la que le diga: “Abre los ojos, entra en el amor, en el siglo XXI, y relájate”.
- En qué ha cambiado ese José Coronado de Brigada Central o de Periodistas a la actualidad.
- He evolucionado mucho, evidentemente. Sobre todo, profesionalmente, en lo personal sigo siendo bastante fiel a mis principios y la educación que me dieron, eso no lo puedo cambiar. Me ha afectado profesionalmente porque tengo que dar las gracias por lo que la vida me ha ofrecido, por una profesión de la que he podido vivir 35 años, que he conseguido que en lo personal no me afecte y no me haga creerme nada. Pensar ni que soy ni mejor ni peor, sino simplemente que soy un tipo muy agradecido a la vida.
- ¿Se ve en series que ha hecho y es crítico consigo mismo?
- Sí, aunque no suelo ver mucho los trabajos que he rodado, tengo la suerte de que hay nuevos que me permiten seguir avanzando y no fustigarme con los trabajos que hice anteriormente. Evidentemente, ahora veo algunos de los que hice en mis principios y digo: 'Joder tío, que malo eras'. Tuve la suerte de que cuando yo empecé, el aprobado estaba más barato y me permitieron, a base de kilómetros, ir formándome.
Pero no solo han cambiado los rodajes con los años, ya que la pandemia también supuso un duro revés para la industria: “Es un rollo la mascarilla, los antígenos… Pero, por ejemplo, cuando rodamos Entrevías, que lo hicimos durante todo 2021, no sé si era la carencia de abrazos o de transmitir amor lo que nos hizo crear una gran familia, mucho más especial que en otras ocasiones por la situación sanitaria”, comenta el actor a EL ESPAÑOL.
“Nos sonreíamos con los ojos y tuvimos un año de grabación en el que no hubo un solo día que hubiera algún problema de equipo, que siempre los hay en todos los rodajes. Cuando se contagiaba alguien se reordenaban los planes de trabajo, pero lo hemos ido sacando y el trabajo de producción ha sido fantástico para llegar la final del año con los 16 capítulos de 70 minutos hechos a pesar del coronavirus”, recuerda.
La aparición de las plataformas
El madrileño, con 35 años de profesión a sus espaldas, lleva apareciendo en nuestras pantallas desde los años 90, y la ficción en España ha cambiado mucho con el nuevo siglo con la aparición de las plataformas: “Evidentemente, su irrupción lo que ha hecho es diversificar y aumentar las posibilidades de trabajo de mucha gente. También para demostrar nuestra valía, ya que lo tenemos todo para ir con la cabeza muy alta por todo el mundo. Siempre hemos tenido materia prima en este país, pero nos faltaba creer en nosotros mismos. Cuando empecé todo el mundo decía que las series y las películas españolas estaban en la UCI”, afirma Coronado.
Lo que sí les ha dado a los actores españoles las plataformas es mayor difusión internacional (como ha pasado con los protagonistas de La Casa de Papel, por ejemplo), que el propio actor ha comprobado gracias a la emisión de Vivir sin permiso en Netflix para todo el mundo: “Sobre todo en Sudamérica, que allí tengo hasta clubes de fans, es increíble. Lo he notado para bien, siempre con mucho respeto. Siempre me he sentido querido por todos y no puedo dar más que las gracias”.
Netflix, Amazon Prime, Apple TV… las plataformas con series, películas y documentales ya forman parte de nuestras vidas, pero… ¿Qué opina el actor de ellas? “Me parece imposible disfrutar de una serie viéndola cinco horas seguidas, un capítulo detrás de otro, no puedes deleitarte. Por eso, para mí, la emisión en abierto, en la que hay una espera, un deseo, un tiempo para rumiarla, para comentar con otras personas, me gusta mucho más”.
Éxito de su último trabajo
Tras dos capítulos de emisión en Telecinco los martes, Entrevías ha acumulado casi dos millones de espectadores en cada uno de ellos, pero sobre todo sorprende su gran éxito entre los jóvenes, donde se ha anotado un 22,4% de share para liderar en la franja de 16 a 34 años.
- ¿Cómo valora la aceptación y la audiencia que está teniendo Entrevías?
- Con mucha alegría. Siempre que sacas a una nueva criatura, la presentas en sociedad y es aceptada como lo ha sido. Es una satisfacción del trabajo bien hecho, de haber creído en una historia que creo que es muy original, entra directa por la piel y llega del corazón. Hablamos de familias, relaciones, pero sobre todo es una historia de amor muy atípica, que es lo que me gusta, entre un abuelo y una nieta porque las que hemos visto siempre eran de padres a hijos o hijas, pero la historia de Tirso e Irene tiene su punto novedoso. Además, la historia se desarrolla en un barrio conflictivo de una gran ciudad, que da mucho juego para meter todo tipo de tramas de suspense, de thriller, incluso de comedia. También aportar un granito de arena a la sociedad y hacer reflexionar sobre el tema de los prejuicios que todos tenemos, no solo entretener.
- ¿Te sorprende que arrase entre los más jóvenes?
- Tenemos un público muy diverso y esto está estudiado, es una serie en el que le casting de actores que hay representa todo el espectro de la sociedad, es una ficción familiar que llega a todo el mundo. Está representado el mundo joven por Nona y sus compañeros, Luis Zahera y yo nos encargamos de las otras franjas de edad, así llegamos a todo el mundo y se está demostrando. Es una alegría que lo vea gente joven, es maravilloso y, encima, si es en abierto, esperando a su capítulo cada semana como hacíamos en el siglo XX, me parece que es una delicia y un mérito el que podamos llegar a ellos, que lo tienen tan fácil ahora en todas las plataformas tragarse las series completas en un fin de semana.
- ¿El público está acostumbrado a consumir inmediatez en la ficción?
- El mérito que tiene Entrevías respecto a eso es que es un buen producto, que a pesar de todos los hándicaps de que te interrumpen la historia con anuncios, sigue atrayendo a la gente y haciéndola esperar a que acabe la publicidad y aguantando hasta la semana siguiente para ver el nuevo. Esa forma de ver series es maravillosa. Recuerdo una ilusión porque llegara el día de emisión de tu serie favorita respecto a lo que pasa ahora, que te las zampas las ficciones como una hamburguesa, ves cinco capítulos en un fin de semana y no puedes degustar ni valorar ni apreciar en toda su medida lo que la serie tiene. Hay tanta información que no te permite el saborear el producto. Por otro lado, emitir en abierto Entrevías y tener un público fiel como lo estamos teniendo es maravilloso. Para nosotros y para la gente que mantiene esa ilusión de que llegue el día de la emisión ahora que lo tenemos todo inmediato, está bien esperar un poquito.
- ¿Cuál es tu secreto para que, en todo lo has participado últimamente, sea un éxito?
- Lo primero que miro y lo que más me importa del trabajo que voy a hacer es la historia, de nada te vale un personaje maravilloso si está en una historia que no importa, que no trasciende. Lo primero que hago siempre, y por este orden, es ver la historia, quien la dirige y luego mi personaje. Creo que simplemente tengo un buen ojo para elegir los proyectos ahora que llegan más a mi puerta, miro que sean historias que aporten, no un mero producto comercial.
Personajes con armas
Muchos de los papeles que ha interpretado Coronado ha tenido que usar armas, por un motivo o por otro, y en Entrevías no iba a ser menos donde su personaje, Tirso, es ferretero, pero en el pasado fue militar y guarda una pistola en el cajón de la cómoda de su casa. “La verdad no sé si es que me toca o lo propician para que me toque. Lo que sí es vedad es que al gremio policial lo conozco bastante bien y lo adoro. He actuado mucho con armas, y no es fácil, hay gente que ves que coge un arma y no sabe. He estado con policías, me han enseñado a usar una pistola, a sentir lo que sienten, a entenderles para moverme bien en ese terreno”, reconoce el madrileño.
En su virtud de abordar cualquier personaje, Coronado ha interpretado a héroes de película como a villanos odiados por los espectadores, pero tiene claro que se siente cómodo en ambos lados y dará vida “al que toque, eso es lo bonito de este oficio, que puedes profundizar en la creación de tus personajes y siempre es algo distinto”. Y es que con ellos “se aprende mucho y siempre te ayudan a enriquecer tu vida personal. Es cierto que el lado oscuro siempre tiene un poquito más de atracción por lo que se aleja de nuestras personas. Diría que lo más difícil sería interpretar a un tío normal y corriente y que, con eso, llegues al espectador”, concluye.