El secretario del Ayuntamiento de Don Benito salía nervioso de la sala del fondo. Eran las 00.23 horas y el conteo debía haber terminado hacía dos horas, según estaba previsto. Sudoroso y sin levantar la cabeza del papel que sujetaba en la mano izquierda, el hombre exponía: "El resultado definitivo es el siguiente: total de votos emitidos 15.132; total de votos sí 10.028; total de votos no 5.026; total de votos en blanco, 78. El porcentaje de votos sí respecto al total de votos válidamente emitidos es el 66,27%".
En ese momento, erguía la mirada hacia las cámaras que le apuntaban antes de exponer una última frase. "¿De acuerdo? Gracias".
Así se daba por concluido el recuento de votos en Don Benito, que tuvo en vilo a toda España hasta pasadas las 00 horas del 21 de febrero. La caída de la plataforma informática sumada a la tardanza en la contabilización de los votos anticipados dejó a muchos con la mosca detrás de la oreja. Entre ellos, a todos los que ya celebraban el sí de Villanueva.
¿Qué pasó desde las 23 horas hasta las 00.23 horas del día siguiente en el Ayuntamiento de Don Benito? ¿Cómo se pasó del no al sí en ese lapso de tiempo?
Los momentos de tensión
Al cierre de los colegios electorales se veía que algo no iba bien. Comenzaban los bailes de cifras de participación. La Diputación apuntaba unos datos que no parecían muy reales, pues en dos horas apenas había subido el porcentaje de votos en Don Benito. La web en la que se podía consultar no daba señales de vida y no volvería a darla en toda la noche. Se exponía que se trataba de un fallo informático.
Mientras, el recuento de votos daba un resultado muy ajustado en la localidad dombenitense. El resultado no llegaba al 66% a falta de contabilizar el voto emitido con anterioridad. La tensión se cortaba con una caricia de Eduardo Manostijeras. Todo quedaba pendiente de los 4.135 votos aún por contar a las 23 horas.
El centro preparado para la prensa era un hervidero: todos pendientes de Canal Extremadura. EL ESPAÑOL decidió entonces ir al Ayuntamiento de Don Benito. Allí estaba el problema por el que todo estaba paralizado. ¿Qué estaba pasando?
El recibidor del Ayuntamiento contaba con personal funcionario en las mesas —ellos eran los encargados de guardar los votos en la consulta y velar por su correcto funcionamiento—, vecinos que habían ido a ver el recuento en primera persona y medios de comunicación.
Tras una parte del recuento a la vista, luego el secretario del Ayuntamiento se refugiaba en la sala del fondo a la izquierda. ¿Qué pasaba ahí dentro? Nadie lo sabía .
Mientras tanto, la teniente de alcaldesa aguantaba el chaparrón, las críticas de los vecinos y las preguntas de la prensa. ¿Qué está pasando? Ella trataba de explicar que no se podían contabilizar los votos nulos por la ley electoral, aplicando la misma norma que se utiliza para el sufragio. Sin embargo, alguien no parecía tenerlas todas consigo en el cuarto del fondo sobre esta norma. Ese fue, supuestamente, el debate que lo retrasó todo.
La desesperación arraigaba en todos. Policía Local y Nacional se daban cita allí también por si los ánimos se caldeaban más de la cuenta. Vecinos en contra de la unión comenzaban a hacer preguntas. "Parece que se han encerrado ahí dentro para discutir entre ellos para ver qué es lo que hacen porque hay un error, hombre... ¿No son públicos?"
La teniente de alcaldesa mostraba su respeto a los funcionarios, "que son los que tienen la responsabilidad sobre las votaciones". Al final, el cónclave salía de la sala para decir que Don Benito había dicho sí gracias al 66,27% de los votos.
Sin explicaciones
La calle sospechaba y Twitter también. Pero a los de las sospechas por la forma de recontar tras una victoria por un 0,27%, José Luis Quintana respondía lo de su libro: "Ha sido público y vosotros habéis sido notarios de cómo se ha hecho el recuento en Don Benito y los funcionarios han determinado que es absolutamente legal. Me alegra enormemente que hayáis estado allí, donde habéis visto la legalidad de todo, todo, todo el proceso".
El reportero de EL ESPAÑOL preguntaba en la rueda de prensa de celebración del Sí a la fusión qué había ocurrido entre bambalinas. Aunque el recuento era público, los votos nulos acabaron debatiéndose en una sala, dentro de la que nadie atinó a explicar de manera certera posteriormente qué ocurrió, qué se dijo, ni por qué estuvieron allí los funcionarios.
—José Luis, ¿podría explicarnos qué se ha debatido en esa sala en ese lapso de tiempo?
—Yo no he estado.
—O sea, ¿no sabe qué ha ocurrido?
—Yo no he estado. A mí me han dado un acta, por parte de los funcionarios, con el resultado final. Yo no he estado en ningún momento en ningún proceso nadie me puede haber visto en ningún sitio.
—¿No sabes lo que ha ocurrido?
—No. Simplemente habrán recontado los votos, habrán hecho sus consultas y han determinado el acta con los resultados que se os han facilitado.
—¿Y por qué se han metido en una sala para contabilizar?
—Yo no he estado, vosotros habéis sido testigos. Yo no he estado.
Una señora que estaba en el lugar se incluye en la rueda de prensa y dice que en la sala sólo estaban los de la mesa. El reportero arguye que su pregunta es por si se puede saber lo ocurrido. El alcalde insiste en que todos han sido testigos, aunque en realidad sólo cuatro medios de comunicación se dieron cita en el Ayuntamiento de Don Benito durante el recuento. El resto esperaba pacientemente los resultados en el centro de medios habilitado.
El regidor de Villanueva se inmiscuye. "Creo que hay una cuestión más sencilla, perdonadme que me meta ahí, y es que están los votos. Cada uno que haga los cálculos".
Otro compañero insiste. Se cayó la aplicación, se dieron unos datos y luego hubo un silencio casi sepulcral durante hora y media.
—¿Qué ha pasado entre las 11 y las 12.30 horas?
—Facilité los datos de todas las mesas. Y en ese mismo tuit se decía que faltaba la mesa del voto anticipado —contestó el alcalde de Don Benito.
—Sí, pero en esa hora y media, ¿qué es lo que ha pasado?
—Pues habéis sido vosotros testigos de que se seguía contando. Bueno, los medios han estado allí. Se seguía contando en esa mesa. Cuando he puesto el tuit, no se había terminado el recuento.
El alcalde de Don Benito tampoco se había enterado muy bien de qué había ocurrido y era uno más de los sorprendidos. Al finalizar el acto, concejalas dombenitenses tampoco tenían muy claro lo ocurrido. Ellos habían obtenido el acta y corriendo a la celebración. Y aquí paz y después gloria.
Quizás, el mejor resumen de todo sea la frase que Quintana dedicó en su final de discurso a quienes "insultan en las redes y demás": "Cuando Roma locuta, causa finita".