El agente de la Policía Nacional José María Moreno se encuentra atrapado en la ciudad ucraniana de Odesa, en la orilla del Mar Negro, y pese a solicitar ayuda a la Embajada española en Kiev no ha recibido respuesta.
“Hasta esta mañana todo estaba más o menos tranquilo. Hoy (por este lunes) que he podido hablar con él a medio día estaba más preocupado”, explica Daniel, hermano del agente y policía de profesión también.
Hablar con José María se hace imposible. La situación en Ucrania complica las comunicaciones “y por su situación prefiere no estar todo el rato atendiendo a medios”, explica Daniel. Más que razonable, así que el que explica la situación es su hermano, que está en Elche.
Como cada año, José María, que es oficial de Policía en Valencia, donde ejerce en Seguridad Ciudadana, ha viajado al país del este de Europa. El motivo es que está casado con Sandra, una ucraniana de 33 años, desde hace dos años. Ella es reservista con formación militar en su país, lo que entienden sus allegados que podría ponerla en peligro.
Suelen ir por navidades a Odesa, ciudad natal de ella, pero por motivos laborales tuvieron que posponer la visita de este año. Con tal mala suerte que llegaron pocos días antes de que todo estallase, antes de que Rusia invadiera el país fronterizo. Iban para quedarse 20 días, pero ahora quieren marcharse cuanto antes.
Escasean alimentos
“Tienen toque de queda de 7 de la mañana a 7 de la tarde”, dice Daniel. Durante ese tiempo aprovechan para salir a por víveres a una tiendecita cercana. “Ya empiezan a escasear algunos alimentos, pero por ahora aguantan”. La pareja se aloja en una casa de la familia de Sandra. “En caso de necesitarlo, tienen un sótano limpio y adecuado donde resguardarse, de paredes gruesas como un pazo gallego”, describe su hermano.
Durante las horas muertas de la guerra, José María no olvida su labor de servicio público y de ayudar a los demás, y está ocupándose de realizar un listado de españoles en la zona: los llama, les pregunta cómo están, si hay novedades por su zona o si va habiendo heridos.
“Lo hace por si en algún momento lo contactan para poder salir del país, para decirle a las autoridades en qué situación están esos compatriotas”, explica Daniel. Asegura que tiene constancia a través de un grupo de Telegram de que al menos otros cinco o seis españoles están en su misma situación.
Con el paso de los días la posición de Odesa ha ido empeorando. Si es cierto que todavía no hay enfrentamientos directos en las calles de la ciudad, “las defensas antiaéreas no dejan de sonar ya durante toda la noche, están sitiados por todos los flancos y está habiendo arrestos de militares, aunque no sabe muy bien de qué bando son o si son de los dos”, narra su hermano, que se encuentra en Elche, donde tiene destino en la Policía.
Durante los primeros días, José María y Sandra esperaron a que alguien del Ministerio de Exteriores les contactase para salir del país, “pero nunca lo hicieron”: “La única comunicación de la Embajada fue el jueves 24, cuando recomendaban no viajar a Ucrania”. Desde entonces nada, asegura Daniel.
Todo ha sucedido muy rápido, y si entonces el policía español y su mujer decidieron esperar, ahora quieren marcharse cuanto antes. “El problema es que ahora les llegan noticias de que hay civiles muertos en las carreteras que salen de la ciudad y claro, no se atreven”.
Frontera con Moldavia
La frontera más cercana está en Moldavia, “pero hay colas de 40 horas” que no te aseguran que vayas a poder cruzar y “temperaturas de hasta 13 grados bajo cero”.
Por ahora conocen las noticias sobre los dos convoyes que el fin de semana evacuaron a los españoles inscritos residentes en Ucrania, incluyendo a la embajadora, así como que en la frontera con Polonia permanece varios agentes del Grupo Especial de Operaciones (GEO) por si tienen que prestar ayuda a más ciudadanos.
Daniel no esconde su enfado por cómo ha actuado el Gobierno con su hermano y su cuñada. “En la embajada le dijeron que como no estaban inscritos en el censo de españoles allí no podían hacer nada. Que les mandase un correo electrónico con sus datos, pero no les han vuelto a contactar”.
Apoyo sindical
Desde el sindicato Jupol, el mayoritario en el Cuerpo y al que pertenece José María, remarcan que han intensificado los contactos con la Dirección General de la Policía Nacional y las autoridades con responsabilidad en Asuntos Exteriores para tratar de acelerar el regreso a España de este oficial y su pareja.
De forma pública, este lunes han pedido ayuda en su cuenta oficial de Twitter, con apelación directa al presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, y al ministro de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares.
"Nuestro compañero José María se encuentra actualmente en Odesa, Ucrania, junto a su mujer ucraniana Sandra. La Embajada en Kiev no le dio solución alguna por estar inscrito, les han dejado abandonados. Solicitamos ayuda urgente", ha pedido el sindicato en esta red social.
La escalada de tensión llevó a que el Ministerio de Asuntos Exteriores recomendara el pasado 12 de febrero evitar los viajes a Ucrania y que los españoles que se encontraran en este país lo abandonaran, ante la previsión de un ataque militar de Rusia, lo que ocurrió formalmente el 24 de febrero.