En España, la rabia se considera erradicada desde 1978, según el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación. No parece que sea ahora en caso de Melilla, donde a partir del mes de septiembre se detectó un primer caso de rabia en un perro callejero. Pertenecía a una manada asilvestrada en la que, al poco tiempo, hubo un segundo caso positivo.
Desde entonces a ahora, el Instituto Carlos III ha diagnosticado y confirmado ocho casos de rabia canina en seis meses. ¿El ultimo caso conocido? Uno ayer. Se trata de un ejemplar cuyas muestras fueron recogidas cuando ya estaba muerto, el pasado 25 de febrero. Los vecinos dieron aviso tras verlo deambular "muy alterado, ladrando y sangrando por la zona genital", según detalló El Faro de Melilla a última hora de la tarde.
La Ciudad Autónoma se encuentra desde finales de noviembre afectada por otra alerta sanitaria que nada tiene que ver con la covid-19: está en Alerta Nivel 1 por el virus de la rabia, dentro de un Plan de Contingencia Sanitaria conjunto entre el Ministerio de Sanidad, Agricultura y la Consejería.
La clave se encuentra en la cercanía de Melilla con Marruecos, donde la rabia es una enfermedad endémica. Según el presidente de la Asociación Española de Veterinarios Municipales (AVEM), Juan Carlos Ortiz, lo normal es "que apareciera un caso o dos al año, como mucho", tanto en Ceuta como en Melilla.
El foco inicial proviene, por tanto, de casos importados. En virtud de esa situación fronteriza, la vacuna antirrábica para perros, gatos y hurones es tan obligatoria como gratuita en ambas ciudades autónomas.
Lo que la entidad considera inaudito es que en los doce kilómetros cuadrados de Melilla, "no haya aplicado el Plan de Contingencia contra la Rabia, cuando si se pone en marcha, y se aplica, el foco se corta". La situación actual de Melilla no se daba en España "desde 1950".
Entre las medidas que estipula la Alerta 1 figura, en su punto tres, el control de perros vagabundos o abandonados. En el cuarto, el control de perros asilvestrados y con ellos se procede a "la puesta en marcha urgente" de un servicio de retirada de estos animales de cualquier zona de la ciudad, incluido el perímetro fronterizo.
Pero la situación, desde septiembre, ha ido a más. En los últimos tiempos, no solo se han detectado más casos, sino que se han producido incluso ataques de perros rabiosos a personas.
Hace menos de una semana la Dirección General de Salud Pública y Consumo notificó que un perro, tras morder a cinco personas, había dado positivo en rabia. Era un cachorro de unos seis meses, un macho, que acabó siendo retirado el 21 de febrero de la vía pública en las inmediaciones de la frontera de Beni-Enzar.
El animal fue especialmente agresivo el mismo día de su captura. El perro presentaba una "clara sintomatología" y una gran agresividad. "Mordió a las 5,30 horas a una persona en el puerto, a las 7,30 a otra (y a su perro) en el Barrio del Hipódromo, a las 10,00 horas a una más en la parte alta del polígono Sepes y, antes de ser capturado a otras dos cerca de la frontera", notificó la Dirección General del gobierno melillense.
El Gobierno de Melilla, sin embargo, considera que el Plan de Contingencia se está llevando "a rajatabla". Esta semana han mantenido una Comisión Técnica de la Rabia entre la administración autónoma y la Dirección General de Salud Pública y Consumo.
En ella, se dio traslado de las actuaciones "que se están llevando a cabo", como grupos de trabajo multidisciplinar de los profesionales de la Dirección General de Salud Pública y Consumo, "incluyendo a veterinarios, médicos, enfermeros, farmacéuticos y jurídico; refuerzo de la vacunación animal, captura de perros asilvestrados, profilaxis pre exposición en trabajadores expuestos al virus de la rabia incluyendo un censo actualizado, así como profilaxis postexposición inmediata en personas mordidas por casos confirmados de rabia".
Empresa experta
Pero la oposición, el Colegio de Veterinarios de Melilla y la Asociación Nacional de Veterinarios Municipales consideran que se ha fallado en lo fundamental: en el control y captura de animales vagabundos y asilvestrados en la calle. La consejera de Salud Pública y Bienestar Animal, Francisca Maeso, anunció hace un mes que la ciudad iba a contar con una empresa "experta" recomendada por el Ministerio de Agricultura para la recogida de los perros.
En declaraciones recogidas por el Faro de Melilla, aseveró que ha hablado con asociaciones animalistas y que "el que venga una empresa no significa que no se va a tener en cuenta los derechos de los animales". Y aclaró que el plan de contingencia del nivel I que establece el Ministerio de Sanidad "hay que llevarlo a ratajabla y los perros no pueden estar en la calle".
EL ESPAÑOL ha intentado contactar con la consejera para recabar sus declaraciones, pero se ha remitido a Juan Luis Cabanillas Moruno, director general de Salud Pública de la Ciudad Autónoma. Cabanillas explica a este medio que en noviembre "lo primero que se hizo fue declarar el Nivel de Alerta 1", que estará activo hasta el mes de mayo.
El plan recoge medidas de prevención para animales y para humanos: desde el control del existencias de vacunas en farmacias a la vacunación de personas expuestas por razones laborales, como veterinarios, policías locales o los laceros, que capturan con lazo a los animales silvestres y que pertenecen a la Policía Local.
No obstante, Cabanillas explica que en noviembre se formalizó "un contrato con una empresa local" para que capturase a los perros. Posteriormente, "se incrementó el número de laceros en la Policía Local". Y por último, hace una semana "se ha formalizado una encomienda de gestión a la empresa pública Tragsatec" para que capture a los animales. "Ya nos han dicho que a medida que los capturan, va siendo más difícil, porque aprenden", subraya. A día de hoy, y desde noviembre, se han capturado 37 animales.
Por su parte, AVEM considera que las cifras son "inauditas" para esta enfermedad "en un espacio de tiempo tan corto. Según nuestras informaciones se están produciendo gravísimas irregularidades en la gestión de esta crisis sanitaria. De todo tipo: por inacción, por suplantación, por incumplimiento de la legislación vigente a sabiendas, por decisiones contrarias a lo marcado en el Plan de contingencia contra la rabia, y lo más grave, la obstrucción a los veterinarios oficiales de la ciudad de Melilla, que son los únicos funcionarios autorizados para tomar decisiones en relación con esta crisis, por motivos estrictamente competenciales".
La mayoría de las irregularidades indicadas, "según nuestras informaciones" tienen su origen "en decisiones adoptadas por la Consejera de Políticas Sociales, Salud Pública y Bienestar Animal, Francisca García Maeso en relación con la gestión de la crisis sanitaria". Decisiones que, considera la entidad, "no solo contravienen la legislación vigente, sino que, además, pone en muy grave riesgo a la población de la Ciudad Autónoma de Melilla".
El vigente Plan de Contingencia para el control de la rabia establece que las autoridades competentes ejecutoras de este control y aplicación del Plan en Las Comunidades/Ciudades Autónomas "son los veterinarios oficiales de Sanidad Animal y/o Salud Pública".
La asociación ha remitido una carta a Eduardo de Castro, presidente de la Ciudad Autónoma de Melilla, en la que solicitan "el cese inmediato de dicha consejera por su incapacidad manifiesta en un puesto de tanta trascendencia como la Consejería de Políticas Sociales, Salud Pública y Bienestar Animal, responsable del control de la enfermedad y de velar por la Salud Publica de la población".
Juan Carlos Ortiz considera que las cosas no se han hecho bien, porque de haber sido así, no habrían proliferado los casos. "Con siete casos, ya se puede pensar que los casos no son importados, sino autóctonos". Nivel 2. "Y no solo a perros. El virus afecta a perros, pero también a gatos, zorros, caballos y por supuesto a las personas". Si hay animales asilvestrados que están infectados "pueden haber mordido a otro animal y eso no lo sabe nadie".