En un rincón del Valle del Alberche (Ávila) se encuentra Navalacruz, un pueblo pequeño y acogedor que, a pesar de que cuenta con 221 habitantes censados, esconde un paisaje idílico y una gastronomía espectacular. Sus calles y vecinos han visto crecer durante años al portero de la selección española, Iker Casillas y su primo, Diego Casillas, ha querido homenajearle a él y a su familia abriendo un restaurante que lleva por nombre el legado de su apellido.
En 'Casillas' los campos de futbol, las porterías y la selección española pasan a un segundo plano. Esta vez, el gol lo ha parado Diego Casillas (1991, Ávila) que lleva desde julio de 2020, después de que la pandemia estallase, otorgando a los paladares de la comarca de "una fusión de comida tradicional del valle con recetas originales".
El primo del capitán es un experto cocinero. Lleva toda su vida trabajando en la hostelería, por eso decidió invertir en su pueblo. Y es que, la idea de la apertura no fue casualidad, sino que ya la tenía meditado desde hace años: "La verdad es que llevaba tiempo hablándolo mi primo porque no había ningún sitio en el pueblo para poder comer algo ni entre semana. Lo llevo yo entero e Iker me ayudó económicamente con el tema de la apertura y el alquiler del local", asegura.
A día de hoy, ya ha pasado más de 1 año desde que este local abrió sus puertas y ellos pueden decir que, sin duda, fue una buena apuesta debido a la cantidad de clientes que tiene. No obstante, que sea de la familia del famoso portero algo ha tenido que ver y ha ayudado a dar visibilidad al local: "Cada vez viene más gente porque saben que soy el primo de Iker y, sobre todo lo hacen cuando él esta aquí porque lo suele subir a sus redes sociales", asegura el primo del capitán.
Tradición e innovación
Diego Casillas quería que su restaurante fuese diferente al de los típicos de la zona. Por eso, en su carta innova con varios ingredientes realizando diferentes combinaciones en los platos para crear sabores nuevos y diferentes. Esta influencia le viene de su paso por un restaurante japonés en Madrid:" Yo estuve trabajando en un asiátco durante 6 años y mucha influencia me viene de allí. Tengo cosas tradicionales y hago varias mezclas con productos de aquí con técnicas de otros sitios o al revés".
Su carta está en constante evolución todo el tiempo y cuenta con platos abulenses tradicionales como chuletón de Ávila que cuesta 29 euros además de ensaladas y todo tipo de platos con carne ibérica. También, hace fusiones y platos originales como una hamburguesa de oreja con encurtidos, nachos, tostas...
Pero, si por algo se diferencian es por la gran calidad de sus productos. "Todos los ingredientes que utilizamos son naturales y los compramos en pueblos de la zona", recalca Diego.
–Diego, ¿cuál dirías que es tu plato estrella?
–La verdad es que no sabría cuál decirte. Hay platos para todos los gustos como hamburguesas o nachos que se venden mucho. Pero, sin duda, yo recomiendo los bocaditos ibéricos que también son muy demandados.
–¿Y cuál es el plato que más os gusta a ti y a Iker?
–A mí me gusta mucho 'el abanico', que es una carne muy jugosa ahumada y marinada en una salsa especial a la parrilla acompañada de una salsa de yogur griego y guarnición de alcachofas marinadas. El plato cuesta 9 euros y lo que recomiendo mucho. Mi plato favorito yo creo que es el abanico pero también los bocaditos ibéricos que sorprenden un poco mas. A Iker no lo se porque ha probado de todo de la carta. El otro día, por ejemplo, le preparé un bacalao ahumado con crema de coliflor y le gustó mucho.
No obstante, para la gente del pueblo y para todo aquel que vaya a trabajar allí, este bar también ofrece un menú del día que cuesta 10,90 euros.
Lucha contra la despoblación
El municipio de Navalacruz también sufre las consecuencias de la despoblación que tanto han aumentado en los últimos años. Por eso, Diego apostó por abrir este restaurante en la España Vaciada, para que los pueblos, de alguna manera, vuelvan a revivir.
De esta manera, considera: "Para mí la decisión de abrir este restaurante supone una lucha contra la despoblación que tanto afecta a estas zonas. No es que haya venido gente a vivir aquí, pero gracias a que haya un sitio donde se pueda comer bien, es una excusa y un atractivo más de la gente para visitar el pueblo sobre todo durante los fines de semana".
Altruismo y solidaridad
Este verano, el fatídico incendio conocido como IFNavalacruz que arrasó con 21.312 hectáreas de tierras abulenses, afectó de lleno a los alrededores del municipio. Los vecinos intentaron ayudar en todo lo que pudieron e incluso hicieron cortafuegos para que el fuego no llegara a sus casas.
En 'Casillas' también ayudaron en todo lo que pudieron. Diego cuenta que " en el pueblo teníamos mucho miedo y fue muy duro. Estábamos pendientes en todo momento de su evolución y nosotros principalmente llevamos comida y bebidas a los voluntarios que luchaban contra el fuego". Por eso, el atruísmo y la solidaridad están presentes en todo momento en el restaurante donde sus paredes hablarán siempre del gran futbolista y de su familia.