Desde muy pequeña, el deporte y, sobre todo, el fútbol, han formado parte de la vida de Susana Guasch, que ha visto como su padre, el periodista deportivo Tomás Guasch, entrevistaba a los mejores futbolistas del mundo, entablando amistad con leyendas como Maradona, Juanito, Zubizarreta o Vicente Calderón.
Pero Susana ha llegado hasta donde está ahora, presentadora de la Champions y del informativo Noticias#Vamos en Movistar+, a base de mucho esfuerzo y pasando por la prensa escrita, la radio y la televisión, siempre con la mirada de su padre estricta y, a la vez, protectora.
La periodista repasa con EL ESPAÑOL su trayectoria profesional desde sus primeras crónicas en el periódico del R.C.D. Espanyol; a recorrer el mundo con Real Madrid Televisión en las giras de ‘Los Galácticos’ de Beckham, Ronaldo, Zidane, Raúl o Figo; de cubrir el Mundial 2006 de Alemania para La Sexta, donde compartió partidos con su padre; a la estabilidad de un informativo en un plató.
Además, también comenta el papel de las mujeres en el mundo del deporte y el auge del fútbol femenino.
—¿Cómo fueron sus comienzos en el mundo del periodismo?
—Empecé en el periódico del R.C.D. Espanyol cubriendo la información del primer equipo, el femenino, los benjamines… de lo que me mandaran. Los mismos redactores que lo escribíamos nos encargábamos de venderlo a las puertas del estadio en los partidos los domingos. Era un periódico de aficionados, de amigos, pero me sirvió para aprender muchísimo, para curtirme, para espabilar, para equivocarme…
Allí estuve un par de años y salté a la radio, que es un medio sensacional, muy directo, rápido, que me encanta (Guasch sigue vinculada a este medio gracias a sus colaboraciones con Onda Cero) y poco a poco terminé en la televisión, curiosamente el medio en el que menos me esperaba trabajar y también el que menos me gustaba. Nunca me vi a mí misma delante de un objetivo, pensaba que no sería capaz, que no era para mí.
Debuté en la tele por todo lo alto, en una gira de estas bestiales que organizaba Florentino Pérez para el Real Madrid por todo el mundo. Yo no había hecho nunca absolutamente nada de televisión y me tocó ir a la gira porque la persona que iba a hacerlo no pudo por un problema personal.
Estuve diecisiete días de gira con los Galácticos y los diecisiete días con gastroenteritis entre Chicago, Los Ángeles, Pekín, Tokio, Bangkok... Me llevé una experiencia increíble que tengo grabada a fuego porque supongo que las primeras experiencias son las que más te marcan. Fue insuperable, no se ha vuelto a hacer.
—¿Qué supone para usted el periodismo y el deporte?
—He tenido la suerte de poder hacer de hobbie mi profesión que es lo mejor que te puede pasar. Pasártelo bien mientras trabajas es lo ideal, porque al final le dedicas muchas horas de tu vida y eso es un sueño cumplido para mí.
Aunque me gusta todo tipo de periodismo, el deportivo, por haberlo visto desde pequeña, es a lo que siempre me he querido dedicar. He ido a ver eventos deportivos desde que tengo uso de razón, iba a Sarrià con mi padre porque era socia del Espanyol desde muy pequeña... Siempre me encantó el deporte, en mi casa se vivía a tope y no se veía otra cosa.
Mi madre era una maestra excepcional, pero yo veía a mi padre que viajaba y escribía por el deporte, que iba a partidos, que conocía a muchísima gente del mundillo y encima le pagaban por ello, tenía clarísimo que era lo que yo también quería hacer. En el periodismo, si te va bien, es como que te toque la lotería. Ahora no son tiempos fáciles, no tiene nada que ver el periodismo de antes con el de ahora, la cosa ha cambiado muchísimo.
Disfrutaba más con el periodismo antes, cuando no había tantos impedimentos. Recuerdo que iba a los partidos de liga y podía, cuando se acababa el partido, saltar al campo como un Miura y entrevistar a quien quisiera, sin impedimentos de jefes de prensa, representantes, etc. Podías llamar directamente al teléfono de un jugador, de un entrenador, de un presidente… y hablar con él. He vivido ese periodismo más de la calle, más auténtico y ahora eso no existe.
No puedes llamar a nadie, tienes que pasar por clubs, representantes, siempre te vetan, todo es complicadísimo, no es ni la mitad de divertido de lo que era antes. Se lo han cargado. Porque conseguir una entrevista ahora es casi imposible. No sé si, tal y como está ahora el periodismo deportivo, me dedicaría a lo mismo si volviera a nacer. Ahora, lo que he vivido no lo cambio por nada.
Tomás Guash, padre y referencia
Pero en la carrera de la periodista siempre ha estado su padre, que ha sido el espejo en el que siempre se ha querido reflejar como profesional y como persona, y que influyó decisivamente en el camino que tomó la catalana: “Me enamoro del periodismo al ver imágenes de mi padre trabajando, como una que tiene en blanco y negro sentado charlando con Maradona, delante del hotel de concentración del Barça”, recuerda.
Y es que la cercanía del siglo pasado con los deportistas no es como la actual: “Mi padre me llevaba a partidos de fútbol y, antes del partido, nos íbamos a comer con periodistas, con el cuerpo técnico y con algún jugador que estuviera lesionado. Después de los partidos íbamos a cenar con el entrenador y con los jugadores como Valdano, Cappa, Redondo… Yo flipaba, me quedaba loca. Había una conexión muy fuerte entre el futbolista o el entrenador y el periodista”, reconoce.
Todo tiempo pasado fue mejor, y más en el fútbol ya que “era todo más sano, pero ahora es inalcanzable sentarte a comer con un futbolista o un entrenador después de un partido. Tienes que ser un amigo personal, de esos que se cuentan con los dedos de una mano. Yo viví todo ese periodismo de antes y eso me atrapó. Ahora mismo, los jugadores son extraños para los periodistas, no tenemos acceso a ellos y no les conozco. Es todo muy frío”, añade.
Tomás no quería
“Al principio, mi padre no quería que me dedicara a esto, me decía que es muy difícil llegar, que hay que dedicarle muchas horas, fines de semana incluidos, y ganas cuatro duros. Él quería que yo fuera cardióloga, para cuidarle”, afirma con una sonrisa la presentadora.
“Mi hermano es mucho más estudioso y más brillante que yo. Estudió Derecho y se dedicó a la banca, pero yo tenía claro lo que quería, y siempre le dije a mi padre que le demostraría que no quería ser periodista deportivo por la tontería de una chica joven de conocer a los jugadores y tal, sino que sentía la profesión y me gustaba de verdad. Creo que el tiempo me ha dado la razón”.
No obstante, para evolucionar, tuvo que cambiar de ciudad y arriesgarse: “Soy de Barcelona y allí tenía mi vida, mi familia y amigos, pero lo tuve que dejar todo para venirme a Madrid porque allí no conseguía trabajar. Tuve que arriesgar y convivir con la incertidumbre. Tuve la inmensa suerte de que al poco de llegar nació LaSexta y Antonio García Ferreras fue que me llevó de la mano a la televisión, y mi marcha a Movistar+ gracias a Juan Andrés García Ropero (Bropi).
—¿Pensó su padre que le podrían poner impedimentos en el mundo deportivo por ser mujer o por el apellido?
—No, mi padre no pensó en eso, él pensaba en las horas y el sacrificio y las renuncias que supone esta profesión, que está muy mal pagada, en la que es muy difícil ganarte la vida y son poquísimos los que realmente ganan dinero en el periodismo. A mi padre le daba miedo que me quedara por el camino.
En mis comienzos, mi padre no sabía que trabajaba en el periódico del R.C.D. Espanyol y cuando le llegó mi primera crónica escrita se enfadó de tal manera que al día siguiente no me dejó ir a la Universidad.
Me llevó a la delegación del Diario As en Barcelona y me dijo: 'Hazme una crónica del partido que hayas visto este fin de semana en veinte minutos'. La hice, se la di y cuando la leyó me dijo que le había gustado. Desde entonces me dio alas para seguir en esto.
A mi padre le daba miedo que hiciera el ridículo porque estaba muy verde y le asustaba quedar mal él por el apellido, que quedara mal yo… Me quería proteger. Es más, el primer día que salí en televisión, que fue en esa gira de ‘Los Galácticos’ del Real Madrid, mi padre me vio y vomitó de los nervios. Le daba pánico que fracasara.
—¿Cuál es el mejor consejo que te ha dado tu padre y que recuerdos tienes con él en un campo de fútbol?
—El consejo que me repetía y sigue repitiendo es que lea mucho, pero no solo el Marca y el AS, sino todo lo que pueda. Y el mejor recuerdo con mi padre en un campo es en la final del 2006 en Alemania, era mi primer Mundial, pero él llevaba ya muchos a sus espaldas. Cuando terminó la final me fui corriendo a buscarle para inmortalizar el momento de haber coincidido en un evento como ese juntos. Fue único, ya que mi padre será siempre mi referente.
También recuerdo cuando me llevaba a Sarrià de pequeña a ver al Espanyol, que ser de este equipo en Barcelona tiene un mérito que no se puede explicar. Lo fácil es ser del Barça, del poderoso, del que siempre gana. Siempre tuve cachondeo en el cole por ser ‘perica’, pero a mí me hacía sentirme diferente y especial.
Del plató al campo
En la actualidad, Guasch presenta el informativo diario Noticias #Vamos en Movistar+ junto al periodista Carlos Martínez, al que califica como “un ejemplo en todo y el mejor narrador deportivo de España. Desde el primer día hemos congeniado muy bien tanto profesional como personalmente, trabajar con él cada día, codo con codo, es divertido porque aprendo y a la vez me lo paso muy bien porque es un tío muy cachondo”.
—¿Cómo es su día a día en Movistar+?
—Es un no parar ya que, al tener el informativo diario, hay que estar al día de todo lo que pasa. Llevamos información de todos los deportes, no solo nos centramos en el fútbol y el baloncesto, estamos pendientes del rugby, de la NFL…
Es como trabajar en Disneylandia, pero de deportes. El día a día es muy activo porque hay que buscar constantemente información, noticias, reportajes, entrevistas interesantes… es un informativo de una hora al día únicamente de deportes que hay que llenarla sí o sí, y tiene que ser interesante.
—¿Qué prefiere estar a pie de campo en un partido o en el plató haciendo el informativo?
—He estado seis años a pie de campo viajando de un lado a otro sin parar y ahora mismo ya agradezco mucho la estabilidad de estar en plató. La etapa de estar a pie de campo, no es que la cierre ni mucho menos, pero siento que ya la he hecho, la he completado y ahora me toca plató que también me gusta mucho. Como he podido hacer las dos cosas no te sabría decir cual prefiero, estar a pie de campo es una maravilla cuando disfrutas con el fútbol, lo vives en primera persona, pero ahora mismo, para mí estar en plató es mucho más agradecido.
—De todos los eventos y partidos que ha cubierto, ¿de cuáles guarda mejor recuerdo? ¿Cuál es el ‘top’?
—Quizá elegiría, porque no creo que lo vuelva a vivir nadie nunca, lo que me tocó en Antena 3, contar tres Champions seguidas de un equipo español, en este caso de Real Madrid. Es complicadísimo ganar una, depende de muchos factores, puedes tener un buen equipo, pero tener un mal día, al final la suerte influye. Poder contar tres seguidas de un equipo español en directo y en abierto creo que es algo insuperable y que no volverá a pasar en ningún equipo.
—¿Ha sufrido algún comentario desagradable al cubrir algún partido a pie de campo?
—No, al revés, alguna vez hasta me han hecho algún cántico divertido. Recuerdo que en Zaragoza le pusieron mi nombre a un equipo de fútbol sala masculino (el Susala Guasch) y todavía tengo su camiseta. En el campo no he tenido ninguna experiencia negativa en ese sentido, siempre he recibido muchísimo cariño, pero si las he tenido en las redes sociales, donde no ves la cara al que te comenta y se falta al respeto con más libertad.
—¿Qué opina del auge del fútbol femenino? Que hayan entrado los grandes clubes…
—Alexia Putellas es la que ha abierto el camino, ha hecho historia. Es nuestro Rafa Nadal del fútbol femenino y creo que eso tiene que marcar un punto de inflexión. Espero que vengan muchas ‘Alexia Putellas’ detrás. Ahora que el fútbol femenino está en auge y recibe ayudas aprovecho para reivindicar que haya ayudas para todos los demás deportes porque, cuando hay Juegos Olímpicos nos volcamos con todos, pero pasa ese evento deportivo y nos olvidamos de que siguen existiendo.
—¿Qué le parece el auge de presencia femenina la información deportiva?
—Poco a poco la sociedad va cambiando y se va dando cuenta de que una mujer te puede contar igual o mejor lo que está sucediendo en el mundo del deporte. Yo estoy muy agradecida porque siempre me han dado la oportunidad y nunca he sufrido discriminación de género. Lo único que importa es como comunicas, no te puede mantener ahí ninguna otra cosa.
También pienso que nos tenemos que ganar nosotras el respeto, porque lo que no me gusta nada es que las mujeres reciban cosas por el mero hecho de ser mujeres, por cumplir el cupo, ese feminismo mal entendido. Yo no quiero quitarle el puesto a un hombre solo por ser mujer y porque queda bien, quiero estar ahí porque lo valgo, y punto.