Carlos Lara Jorge Barreno

Hay tres preguntas que la gente repite una y otra vez a Ginés: qué edad tiene, cuánto pesa y su nivel de colesterol. En este reportaje se responderá a las tres, y todas desvelan más de lo que parece acerca de quién realmente es este hortelano ubetense de 52 años que triunfa en TikTok. 740.000 seguidores en el momento que se escriben estas líneas –al ritmo que están subiendo, cuando las lean posiblemente sean ya más de 800.000– y varias decenas de millones de visitas a sus videos. ¿El secreto? Sus bocadillos.

Ginés Juan “Corregüela” se mimetiza con Úbeda, municipio de Jaén con algo menos de 40.000 habitantes. Vive como los hortelanos de hace 500 años –salvo por aquello de ser un ‘influencer’, claro– en una ciudad que fue declarada Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO por conservar el trazado renacentista original de aquellos tiempos remotos.

En descenso por las estrechísimas calles serpenteantes aparece la huerta de Ginés: 27.000 m² de terrenos para la siembra. Aparte, tiene un empleo fijo como encargado del riego en una finca. Las vistas allí son privilegiadas. A lo lejos, entre las montañas, se distingue a un lado el castillo de Jaén; al otro, un pueblito blanco como la nieve descansa en la ladera; y más allá, al frente, Sierra Nevada.

Gines 'Corregüela', el tik toker más famoso de Úbeda Jorge Barreno

Atiende a EL ESPAÑOL acompañado por su veintena de gallinas, unos cuantos conejos, un perro que odia estar atado, una borriquilla llamada Navidad, y por Felipe, un ganso que se abalanza al graznido como con la esperanza de convertirlo en palabras. “Aquí nací yo”, dice señalando la finca. En efecto, Ginés es lo que se ve.

Los Corregüela

Sus antepasados siempre han sido hortelanos. Su padre, que de vez en cuando sale en los videos, trabajaba de niño en la casa de unos señoritos aficionados a organizar monterías. “Hay una hierba que se llama corregüela y que le gusta mucho a los conejos”, explica Ginés. Por eso, su padre se echaba un saco al hombro y todas las mañanas iba a cogerla. “Antoñito, ¿adónde vas? A por corregüela para los conejos, decía él… Así una vez y otra hasta que al final le llamaban ‘el corregüela’”.

Ginés es el mayor de cinco hermanos (tres hembras y dos varones). Siempre ha estado muy unido a su padre. De pequeño solía coger los huevos a escondidas, les hacía una incisión arriba y abajo y absorbía (“si cortas solo un agujero, el aire no hace presión y no sale”). Luego, los dejaba como si nada en el nido. Cuando su padre volvía, se encontraba la sorpresa y le hacía la broma: “Qué raro, tiene que haber algún bicho que viene y se los come… ¿Tú lo has visto, Ginés?”. Y Ginés ‘el travieso’ se partía de risa, claro.

“Me comía cinco huevos todos los días para hacerle la broma”, recuerda Ginés, que lo tiene claro: “La gente se piensa que yo los bocadillos no me los como, pero si los huevos fuesen malos yo ya estaría muerto. Me habré comido un millón, por lo menos”. Y no solo los huevos, que otra de las costumbres suyas que viene de la niñez es beberse un vaso de aceite recién despertado.

Ginés en los años 90. Cedida

A su mujer, habladora y simpática como él, la conoció con 16 años. Y desde entonces están juntos. Por eso, cuando últimamente le dicen eso de que su marido es muy gracioso, ella responde incrédula que no le hace gracia, que siempre ha sido así. Las dos hijas que tienen, ambas transitando distintos espectros de la veintena, también son ‘las Corregüela’. Gracias a la menor, Laura, ‘Corregüela’ se ha convertido en el mote más famoso de todos cuantos se han puesto en Úbeda, que no son pocos.

Estrella de TikTok

El primer video de Ginés nada tiene que ver con los que le han hecho famoso. Lo subía a TikTok el 23 de agosto de 2021 y aparecía haciendo un potaje en tanga. Ese mismo día subió un segundo video haciendo ejercicios con Patry Jordán de fondo y con el tanga asomando.

Sin embargo, todo comenzó un poco antes, en Facebook: “Era verano y tenía un montón de pepinos sembrados. Quería grabarlo pero no sabía cómo hacerlo para que se me viera a mí. Entonces llegó Laura y me dijo que lo subiera a Facebook”, recuerda. Ese mismo día tuvo ya decenas de comentarios y visitas, así que siguió las recomendaciones de su hija y grabó otro: “Miro el móvil y me saltan solicitudes de amistad por todos lados… Yo le daba ‘sí’ a todo el mundo, pero llegué a 5.000 y Laura me dijo que abriera Instagram y TikTok”.

Ginés apenas maneja el móvil, eso lo hacen entre su hija y su mujer. Sin embargo, sí que graba él mismo sus videos: “Pongo el trípode en la mesa y ya hago mi parodia de tres minutos. Y si me equivoco, pues me equivoco”.

En TikTok ha probado de todo, desde cantar disfrazado de mujer hasta bailar con su hija, pero no fue hasta el 1 de septiembre de 2021 que pegó el bombazo. Primer video haciendo un bocadillo, “uno de tocino, como antiguamente”, y primer millón de visitas. Encontró un filón y siguió tirando del hilo: “Últimamente me dicen que solo hago videos de bocadillos, pero esto es como todo. Si tú estás con dos centrales y vas ganando todos los partidos, no cambias a cuatro centrales”, explica Ginés, que también es futbolero.

- ¿Cuál es el secreto del buen bocadillo?

Que tengas hambre (ríe). Los bocadillos siempre en el campo. Los hago a las dos y media, que es la hora del sándwich en Latinoamérica. La gente de México se conecta por la noche, locos perdíos.

- Y con los bocadillos parece que el tamaño sí importa…

Los bocadillos, cuanto más grandes, más éxito tienen, porque más llaman la atención y más gente lo ve. Me hicieron un pan gigante de chío específico para mí y triunfó.

- ¿Su favorito?

El de aceite, pero aceite bien, una charca de aceite, magreta, huevos fritos y pimientos.

Ginés, con sus coles. Jorge Barreno

Ginés, como ‘maestro bocadillero’ que es, deja las coles –que vende a 60 céntimos el kilo, algo más de dos euros la pieza, a un restaurante chino que las usa para los rollitos de primavera– y se sienta bajo el laurel. Está a punto de realizar una demostración para este periódico. Abre el pan y tumba la botella de aceite boca abajo, “que empape”. Luego la magreta: al menos, una decena de filetes. Ocho huevos, otros tantos pimientos… y voilà, una cena que podría alimentar a toda la redacción de EL ESPAÑOL.

El resultado es tan colosal, tan homérico, tan magnífico, que tiene que enrollarle un par de cintas para que cierre. Y que nadie dude de que se lo come, ay si se lo come. Nada demasiado espectacular para un Ginés que celebró las campanadas cambiando las uvas por huevos de codorniz y que se ha llegado a comer otros doce huevos, esta vez de los grandes, en apenas tres minutos. Este dominio del arte de engullir puede explicar que, aunque no lo parezca, pesa 108 kilos en su apenas metro setenta: “No había engordado nada en los últimos diez años, aunque ahora noto que las camisas me van un poco más ajustadas…”.

- ¿Tiene muchas recetas de bocadillos?

Voy a comprar y hago los bocadillos con lo que pille. Mi mujer me dijo: ‘Hazlo con Cola Cao’ y tuvo 16 millones de visualizaciones. Otro que voy a hacer y a ella le encanta es de picadillo de chorizo con leche condensada.

Gran Hermano

Diez años atrás Ginés ya rozó la fama con las yemas (las de los dedos esta vez). Para él, las cámaras son un embrujo fascinante, las disfruta como cuando jugaba con su padre. Era 2013 y su hija mayor, Miriam, le animó a que se presentase a Gran Hermano. “Yo siempre soy negativo y dije que no. Pero me grabó cogiendo espinacas mientras decía, de broma, ‘¡señora Milá, llévame a Gran Hermano!’ Ella mandó el video sin decirme nada y me llamaron para ir al casting”.

Así que a Málaga se marcharon su mujer y él. Para Ginés aquello fue como ir a Marte: “Había que poner el correo electrónico en un papel, y yo puse ‘arroba’ con letra. Luego, había que poner también los estudios y me daba vergüenza: yo tengo parvulitos y encima lo suspendía”, cuenta con una gracia infinita.

De las 3.000 personas que se presentaban solo seleccionaban a 20. Ginés estuvo a punto, pero se quedó en la reserva: “Me hubiera encantado entrar, lo mío es ir a la tele. A Supervivientes sí que iba”. No obstante, su gran objetivo es otro: "Quiero ir a La Resistencia, con Broncano". Dicho queda.

El destino se la ha devuelto ahora de la forma más inesperada. El martes por la noche, durante uno de sus directos, un chaval entraba a hablar con él a la par que el número de espectadores crecía de mil en mil. 20 minutos después, a Ginés le decían que ese joven era TheGrefg, uno de los youtubers más famosos del mundo. “Estás ya en la cima”, le decían a un Ginés que no entendía nada: “El chico era muy majo, se portó muy bien, me ayudó para que no se aprovechen de mí ahora van a venir las marcas…

Su bocadillo favorito, con ocho huevos Jorge Barreno

El pasado domingo 20 de marzo, durante la manifestación de agricultores y ganaderos que tuvo lugar en Madrid, Ginés se dio cuenta de que todo esto no era una broma: “Me hice más de mil fotos. Cuando los veo que se quedan mirando les digo: ‘Venid, ¿queréis una foto, no?’. A lo mejor hay gente que tiene mis seguidores y no puedes ni hablarle, pero a mí me da igual eso”. Lo primero que hace cada mañana, eso sí, es mirar cuántos seguidores nuevos ha sumado.

Más de 700.000 en TikTok, 7.500 en Youtube, 70.000 en Instagram, 3.000 en Facebook… En total, son unas cifras que lo han metido de lleno en la rueda de la publicidad. “Ybarra, la marca de mayonesa, quiere que haga un anuncio”, revela Ginés. No es la única. Otras le mandan aceite, vino, salchichones… “Se va a disparar más y voy a tener cuidado, me da miedo arriesgar mi trabajo fijo, que es mi vida y mi futuro”, explica.

Lo afronta con una mezcla de orgullo y extrañeza. Lo primero, porque “si tienes un trabajo y triunfas, pues te emocionas. Yo un día rompí a llorar al ver que se unieron 4.000 personas a un directo”, rememora ufano. Lo segundo, porque también nota cómo hay gente que antes ni le saludaba y que ahora, cuando se la cruza por la calle, lo paran y le preguntan qué tal.

Temazo del verano

Quizás la propuesta más loca que le ha llegado ha sido la de un DJ de Barcelona que está sacando una canción sobre él: “Dice que va a ser el bombazo del verano, que me prepare porque voy a estar haciendo bolos en las discotecas”. Aun con los pies en la tierra, él ya hace cábalas: “Este verano, al no llover, me va a fallar un poco el agua de los riegos. A lo mejor solo hace falta dos días por semana y, como estamos mi hermano y yo, igual pido una excedencia…”, cuenta Ginés, que cree que dada la situación es algo que también podría interesarle a la empresa. Ya se verá.

Ginés, con Navidad Jorge Barreno

Lo único que tiene claro es que, pase lo que pase, no va a abandonar su huerta. Nació allí, respira con la fotosíntesis al compás de la tierra. O, como dice él, “disfruto de coger una coliflor y pegarle un bocao”. Todavía no ha ganado ni un euro de TikTok, pese a que ya podría haber empezado a monetizar la cuenta. Ni siquiera tiene el tick azul de verificación. Tan solo se dedica a hacer aquello que le decían a Paul Newman mientras se comía 50 huevos en La leyenda del indomable: “Come, amigo, y serás el hombre más famoso del mundo”. 

Ah, y lo del colesterol, que lo prometido es deuda:

- ¿Cuál es su nivel de colesterol?

500.

- ¿Cómo va a ser eso?

¿Cuánto es lo normal?

- Unos 150…

Pues entonces eso tengo.

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